viernes, abril 04, 2008

Descubriendo y disertando, sobre diferencias y similitudes cotidianas del mundo urbano con "el enemigo"



Por no estar en Venezuela, no puedo disfrutar lamentablemente del film que acá les escribo, cuyo estreno entiendo se efectua finalmente el dia de hoy en mi pais. Sin embargo, me permito recomendarlo, dada la valia, desempeño y brillantez de su realizador, el talentoso y experimentado en las artes del cine y la television, Luis Alberto Lamata(Jericó, Desnudo con Naranjas, La Primera Vez, Miranda Regresa), quien es hijo de uno de los mas talentosos pioneros de nuestra tele, Juan Lamata (QEPD.)

El realizador comentó que esta película, que tiene varios años en proceso de producción, es una obra de realización independiente protagonizada por Carlos Cruz y Lourdes Valera.

'La película toca un tema que para los venezolanos es muy duro, una faceta de la realidad con la que nos topamos todos los días: la violencia urbana. (…) La película trata el tema desde la tragedia de unos padres', explicó Lamata.

Así, el realizador relató que la película se basa en las historias del padre de una víctima y de la madre de un joven sicario.

'Es el encuentro de estos dos dolores y de cómo los habitantes de esta ciudad estamos obligados a entendernos para superar la tragedia de la violencia', aseguró.

En el largometraje también actúan Elba Escobar, Daniela Alvarado, Gledys Ibarra, Caridad Canelón y Aroldo Betancourt.

'Más que dejar un mensaje, lo que quiero es, a través de estos personajes, reflexionar por qué nos hemos convertido en una sociedad tan violenta, de por qué al año mueren más personas que en un país con guerra civil y (…) que es un problema que escapa más allá de los gobiernos, que tiene que ver con la actitud de las personas', aseveró.

La película está basada en la obra Un Corrío Muy Mentao, del dramaturgo venezolano Javier Moreno. Es un film que trata sobre el desencuentro, el rencor, la venganza y la redención de dos habitantes de Caracas. Antonieta Sánchez es una madre soltera que en medio de un ambiente duro y hostil ha conseguido salir adelante con su hijo Odulio gracias a su trabajo de lavar y planchar. Sin embargo, éste ha perdido el camino y con sólo 16 años ya es un delincuente. Por su parte, Benigno Robles es un fiscal del Ministerio Público de clase media, que en la búsqueda de hacer justicia en el país, abrazó la carrera del derecho siendo joven. Benigno es padre de Elisa, su única hija, a quien le cambiará su vida luego de ser alcanzada por una bala. Entre la angustia y el dolor por la posible pérdida de sus seres queridos, Benigno Robles y Antonieta Sánchez se encuentran en un hospital de Caracas para descubrir que su encuentro no es casual. Elenco
Lourdes Valera, Carlos Cruz, Daniela Alvarado, Elba Escobar, Dario Soto, Caridad
Director
Luis Alberto Lamata
Productor
Luisa de la Ville y Luisa Alberto Lamata
Escritor
Luis Alberto Lamata
Asimismo, me permitio reproducir la critica de este filme que a tal efecto realizara el asertado periodista y critico de cine Juan Antonio Gonzalez.

Disfrútenla por favor, apoyemos nuestro cine!

CRÍTICA

Pequeñas tragedias

No es que se pretenda aquí encausar hacia una única vertiente estilística y temática el trabajo profesional de un cineasta como Luis Alberto Lamata, pero quienes lo descubrimos a través de las poderosas imágenes de Jericó, por allá por el año de 1991, en el último de los festivales del Cine Nacional que organizó el Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes, sabemos que antes que director de cine, Lamata es un historiador; de allí su propensión por recrear en la pantalla grande hechos históricos como la Conquista, la Guerra Federal (Desnudo con naranjas) y más recientemente la vida y el tiempo del Generalísimo Francisco de Miranda (Miranda regresa).

No obstante, repito, sería injusto encasillar a Lamata como un autor cinematográfico especializado en el relato y en la recreación históricos, pues con ello estaríamos desconociendo, por ejemplo, la existencia de sus primeros cortometrajes y su exitosa carrera como director de telenovelas y de seriados para la televisión (entre los que destacan el ciclo de cuentos de Rómulo Gallegos). Aún así no deja de causar cierta sorpresa que para su nuevo trabajo, El enemigo, este artista haya escogido contar una historia de las tantas que ocurren en los barrios de un valle que como en el de Caracas, las diferencias sociales se han hecho tan imperceptibles, tan permeables, que las miserias, las alegrías, las esperanzas y la desesperanza que antes distinguían a unos y otros estratos sociales, ahora son compartidos por ricos, pobres y clase media.

Es por ello que los protagonistas de El enemigo -película que Lamata hizo a partir de la pieza teatral Un corrío muy mentao de Javier Moreno y con la independencia que le permitió el no tener que someterse a los (necesarios) rigores de los comités de estudios de proyectos del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC)-, son dos personas de niveles sociales distintos, pero vinculados, unidos, por circunstancias capaces de igualarlos en su dolor de padres.

Lourdes Valera interpreta a la madre de un joven delincuente que es herido brutalmente por otras personas, como él, involucradas en el tráfico de drogas; por su parte, Carlos Cruz encarna al padre/fiscal público de una emprendedora estudiante universitaria que también resulta gravemente herida durante un asalto en el que termina siendo la rehén del hijo del personaje a cargo de Valera.

Ambos atribulados padres coinciden en los pasillos del Hospital Clínico Universitario; locación que los del resto de los personajes que pueblan la ciudad y esta historia en particular sin, por ello, desvincularlos del tema central por el que quiere guiarnos el filme de Lamata: la violencia urbana como desencadenante de relaciones dolorosamente "democratizantes"; como admitía el actor Edgar Ramírez en una entrevista que quien suscribe le hizo con motivo del estreno de Cyrano Fernández: "Nada tan democrático como el dolor". Nosotros añadiríamos: Nada tan igualitario como las pequeñas tragedias diarias que no conocen de clases ni de privilegios. La violencia, la que viven la madre de un delincuente y el padre de una víctima de la delincuencia, no hace distinciones entre unos y otros. A la hora de tocarnos, de atravesarse en nuestro camino, lo hace, sin más.

Quizás, El enemigo es la película más pesimista que se ha visto de Luis Alberto Lamata. Pero es que la realidad no deja espacio para falsos optimismos; no, por lo menos, mientras campean la delincuencia, la rabia, la injusticia, la interminable búsqueda de justicia, la rabia y el dolor irracional que proviene de la pérdida de un ser "sangre de nuestra sangre"…

En fin, Lamata nos acerca a la visión de una ciudad que por próxima no es mejor apreciada por quienes habitamos en ella; y es que si quitamos las lágrimas - las ajenas y las propias-, o bien si hacemos a un lado la indiferencia con respecto a lo que ocurre a nuestro alrededor, como si fuéramos inmunes a eso, irremediablemente tendríamos que concluir que cuando no nos rodea, el enemigo puede estar junto a nosotros… y, quién quita, dentro de nosotros. (Por: Juan Antonio González) Mi punto.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Claro que apoyaremos nuestro cine nacional, y con obras cómo éstas, capaces de hacernos reflexionar aún más.
Gracias por postearla, querido amigo. Es un gusto leerte. Saludos y mi cariño de siempre. MIGUELINA 05/04/08