viernes, agosto 10, 2007

Tesoros Musicales de siempre:Gina y Agni, Mirla y Jorgue Aguilar

Dispensen qujeridos amigos,pero quisiera compartir con Ustedes estos añorados temas del recuerdo.

El tema musical interpretrado por el desaparecido dúo venezolano Gina y Agni (Mogollón) inspirado en el poema de nuestro Andrés Eloy Blanco, "Silencio",al cual pude accesar,después de mucho buscarlo,gracias a la magia de youtube...luego, el alegre "dia y Noche" de nuestra Primerísima, Mirla Castellanos, de su producción musical con Rodven discos e Hispavoz "Vuelve Pronto" y finalmente el tema romántico "Soy para Ti" que popularizara el músico,cantante y compositor Jorge Aguilar,de su producción homónima con Rodven en la época de los años 1984.


Un ratito especial, con mi querida Siriosky...¡la noche de anoche!


La noche de anoche fue especial y mágica, pues me permitió rememorar momentos maravillosos,plenos de afecto,solidaridad y amistad.

De esos momentos inolvidables por los que vale la pena vivir y atesorar por siempre la calidez humana,el afecto y la solidaridad que yace en todos y cada uno de nosotros.

Y es que tuve oportunidad de compartir un rato con mi "guaralera amiga" Siriosky, la rubia de los guarales de oro. Reencontrarnos nos permitió recordar tiempos pasados de gratas anécdotas y momentos difíciles, actualizarnops rapidito con los más recientes acontecimientos de nuestras mundanas vidas y manifestarnos nuestro respeto y mutuo afecto.

Fue un encuentro inicialmente planificado pero finalmente algo atribulado,porque ibamos a vernos ella, Yu,Gio y este servidor, pero finalmente, entre palomitas de maiz rostizadas, un buen trozo de torta tres leches y abundante nestea nos sirvió de logística para cual fénix renacer,reemprender el vuelo y avivar todo ese amor que siempre nos ha mantenido unidos, aún en la distancia.

Hablamos de la amistad,del amor que nos une,del desamor que a veces nos aqueja,de nuestros seres queridos,de nuestra Tupi, que se acaba de ir para España y a quien próximamente le dedicaré unas líneas,de nuestros amigos de siempre. Del maravilloso cumpleañoss que orquestado entre ella y un ser muy querido me propició uno de los más maravillosos e inolvidables momentos de mi vida.

Fué corto el tiempo compartido (de 7 a 9 pm) pues no podía abandonar por más tiempo a bebé canino,pero bastó para volverme a sentir vivo y querido.

Amado,respetado como sólo suele hacerse con la gente tuya, con esa que a su vez te hace suyo(a), te permite sentirte vivo y respitrar el más puro de los aires aún en medio de la másagonizante polución.

Gracias amiga, por tan extraordinario momento...Te quiero y cuenta conmigo,siempre.

jueves, agosto 09, 2007

¡Rosangela,Ricardo y Saúl, Puerto Rico y México, adelante en Latinamerican I 2!

Y bueno, para sorpresa de algunos amigos, desconocedores de que aqui en Venezuela, sí se ve Latinamerican Idol, difícil está la cosa para Arquímides y Juan Pablo, quienes pienso serán los dos cantantes eliminados de esta semana,a juzgar por su intervención de la gala de anoche, donde se homenajeó al ídolo pop de siempre y de méxico Enmanuel y siguen liderizando, a mi entender, Puerto Rico y México como los más fuertes contendores,con la fuerte presencia esta semana de Saúl por Samantha y con nuestra Silvia aún en la pelea....veremos...suerte a todos estos talentosos jóvenes...Saludos.
Rosángela, amor total

Ricardo, ¡detenedla ya!

Saúl, pobre diablo

Silvia, todo se derrumbó

El Club De Los Martes (Misterios sin resolver)


Agatha Mary Clarissa Miller Christie (15 de septiembre, 1890 – 12 de enero, 1976), fue una escritora británica de novelas de misterio; también escribió novelas románticas bajo el seudónimo de Mary Westmacott. Se le llama la Reina del Crimen.

Agatha Christie es la escritora de misterio más conocida del mundo y la más vendida de todos los tiempos en cualquier género [cita requerida] , con excepción de William Shakespeare. Sus libros han vendido más de mil millones de ejemplares en lengua inglesa y otros mil millones en más de 45 idiomas extranjeros (hasta 2003). Como ejemplo de su éxito internacional, ella es la escritora que más libros ha vendido en Francia, superando los 40 millones de ejemplares (hasta 2003), contra 22 millones de Émile Zola, su competidor más cercano.

Su obra de teatro "La ratonera" (basada en su relato Three Blind Mice and Other Stories) tiene el récord de permanencia en cartelera en Londres, con más de 20.000 representaciones desde su estreno en el teatro Ambassadors el 25 de noviembre de 1952 hasta la actualidad.

Christie publicó más de ochenta novelas y obras de teatro, principalmente del tipo de la habitación cerrada y de argumentos donde interviene uno de sus personajes principales, Hercules Poirot y Miss Marple. Aunque le gustaba variar la forma establecida del relato de detectives (uno de sus primeros libros, La muerte de Roger Ackroyd, es famoso por su sorpresivo desenlace), era escrupulosa en jugar limpio con el lector al asegurarse de dar toda la información para resolver el problema.

La mayoría de sus novelas y relatos se han llevado al cine, algunos en más de una ocasión, como Asesinato en el Expreso de Oriente y Muerte en el Nilo.

Agatha Christie estuvo escribiendo desde el final de la Primera Guerra Mundial, cuando creó a su personaje Hercules Poirot, el pequeño detective belga con su cabeza con forma de huevo y su pasión por el orden, y desde entonces uno de los detectives más populares desde Sherlock Holmes. Poirot y sus otros detectives (como Miss Marple) han aparecido también en las numerosas películas, programas de radio y representaciones teatrales basados en los libros de Agatha Christie.

El Club de los Martes (relato corto)

Raymond West lanzó una bocanada de humo y repitió las palabras con una especie de deliberado y consciente placer.
–Misterios sin resolver.
Miró satisfecho a su alrededor. La habitación era antigua, con amplias vigas oscuras que cruzaban el techo, y estaba amueblada con muebles de buena calidad muy adecuados a ella. De ahí la mirada aprobadora de Raymond West. Era escritor de profesión y le gustaba que el ambiente fuera evocador. La casa de su tía Jane siempre le había parecido un marco muy adecuado para su personalidad. Miró a través de la habitación hacia donde se encontraba ella, sentada, muy tiesa, en un gran sillón de orejas. Miss Marple vestía un traje de brocado negro, de cuerpo muy ajustado en la cintura, con una pechera blanca de encaje holandés de Mechlin. Llevaba puestos mitones también de encaje negro y un gorrito de puntilla negra recogía sus sedosos cabellos blancos.Tejía algo blanco y suave, y sus claros ojos azules, amables y benevolentes,contemplaban con placer a su sobrino y los invitados de su sobrino. Se detuvieron primero en el propio Raymond, tan satisfecho de sí mismo.Luego en Joyce Lempriére, la artista, de espesos cabellos negros y extraños ojos verdosos, y en sir Henry Clithering, el gran hombre de mundo. Había otras dos personas más en la habitación: el doctor Pender, el anciano clérigo de la parroquia; y Mr. Petherick,abogado, un enjuto hombrecillo que usaba gafas, aunque miraba por encima y no a través de los cristales. Miss Marple dedicó un momento de atención a cada una de estas personas y luego volvió a su labor con una dulce sonrisa en los labios.
Mr. Petherick lanzó la tosecilla seca que precedía siempre sus comentarios.
–¿Qué es lo que has dicho, Raymond? ¿Misterios sin resolver? ¿Y a qué viene eso?
–A nada en concreto –replicó Joyce Lempriére–. A Raymond le gusta el sonido de esas palabras y decírselas a sí mismo.
Raymond West le dirigió una mirada de reproche que le hizo echar la cabeza hacia atrás y soltar una carcajada.
–Es un embustero, ¿verdad, miss Marple? –preguntó Joyce–. Estoy segura de que usted lo sabe.
Miss Marple sonrió amablemente, pero no respondió.
–La vida misma es un misterio sin resolver –sentenció el clérigo en tono grave.
Raymond se incorporó en susilla y arrojó su cigarrillo al fuego con ademán impulsivo.
–No es eso lo que he querido decir. No hablaba de filosofía –dijo–. Pensaba sólo en hechos meramente prosaicos, cosas que han sucedido y que nadie ha sabido explicar.
–Sé a qué te refieres, querido –contestó miss Marple–. Por ejemplo, miss Carruthers tuvo una experiencia muy extraña ayer por la mañana. Compró medio kilo de camarones en la tienda de Elliot. Luego fue a un par de tiendas más y, cuando llegó a su casa, descubrió que no tenía los camarones. Volvió a los dos establecimientos que había visitado antes, pero los camarones habían desaparecido. A mí eso me parece muy curioso.
–Una historia bien extraña –dijo sir Henry en tono grave.
–Claro que hay toda clase de posibles explicaciones
–replicó miss Marple con las mejillas sonrojadas por la excitación–. Por ejemplo, cualquiera pudo...
–Mi querida tía –la interrumpió Raymond West con cierto regocijo–, no me refiero a esa clase de incidentes pueblerinos. Pensaba en crímenes y desapariciones, en esa clase de cosas de las que podría hablarnos largo y tendido sir Henry si quisiera.
–Pero yo nunca hablo de mi trabajo –respondió sir Henry con modestia–. No, nunca hablo de mi trabajo.
Sir Henry Clithering había sido hasta muy recientemente comisionado de Scotland Yard.
–Supongo que hay muchos crímenes y delitos que la policía nunca logra esclarecer –dijo Joyce Lempriére.
–Creo que es un hecho admitido –dijo Mr. Petherick.
–Me pregunto qué clase de cerebro puede enfrentarse con más éxito a un misterio –dijo Raymond West–. Siempre he pensado que el policía corriente debe tener el lastre de su falta de imaginación.
–Esa es la opinión de los profanos –replicó sir Henry con sequedad.
–Si realmente quiere una buena ayuda –dijo Joyce con una sonrisa–, para psicología e imaginación, acuda al escritor
Y dedicó una irónica inclinación de cabeza a Raymond, que permaneció serio.
–El arte de escribir nos proporciona una visión interior de la naturaleza humana –agregó en tono grave–. Y tal vez el escritor ve detalles que le pasarían por alto a una persona normal.
–Ya sé, querido –intervino miss Marple–, que tus libros son muy interesantes, pero, ¿tú crees que la gente es en realidad tan poco agradable como tú la pintas?
–Mi querida tía –contestó Raymond con amabilidad–, quédate con tus ideas y que no permita el cielo que yo las destroce en ningún sentido.
–Quiero decir –continuó miss Marple frunciendo un poco el entrecejo al contar los puntos de su labor– que a mí muchas personas no me parecen ni buenas ni malas, si no sencillamente muy tontas.
Mr. Petherick volvió a lanzarsu tosecilla seca.
–¿No te parece, Raymond –dijo–, que das dernasiada importancia a la imaginación? La imaginación es algo muy peligroso y los abogados lo sabemos demasiado bien. Ser capaz de examinar las pruebas con imparcialidad y de considerar los hechos sólo como factores, me parece el único método lógico de llegar a la verdad. Y debo añadir que, por experiencia, sé que es el único que da resultado.
–¡Bah! –exclamó Joyce echando hacia atrás sus cabellos negros de una forma indignante–. Apuesto a que podría ganarles a todos en este juego. No sólo soy mujer (y digan lo que digan, las mujeres poseemos una intuición que les ha sido negada a los hombres), sino además artista. Veo cosas en las que ustedes jamás repararían. Y, como artista,también he tropezado con toda clase de personas. Conozco la vida como no es posible que la haya conocido nuestra querida miss Marple.
–No estoy segura, querida –replicó miss Marple–. Algunas veces, en los pueblos ocurren cosas muy dolorosas y terribles.
–~Puedo hablar? –preguntó el doctor Pender con una sonrisa–. No se me oculta que hoy en día está de moda desacreditar al clero, pero nosotros oímos cosas que nos permiten conocer un aspecto del carácter humano que es un libro cerrado para el mundo exterior.
–Bien -dijo Joyce–, parece que formamos un bonito grupo representativo. ¿Qué les parece si formásemos un club? ¿Qué día es hoy? ¿Martes? Le llamaremosel Club de los Martes. Nos reuniremos cada semana y cada uno de nosotros por turno debera exponer un problema o algún misterio que cada uno conozca personalmente y del que, desde luego. sepa la solución. Dejadme ver cuántos somos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. En realidad, tendríamos que ser seis.
–Te has olvidado de mí, querida –dijo miss Marple con una sonrisa radiante.
Joyce quedó ligeramente sorprendidas pero se rehízo en seguida.
–Sería magnífico.miss Marple –le dijo–. No pense que le gustaría participar en esto.
–Creo que será muy interesante –replicó miss Ma pie–, especialmente estando presentes tantos caballeros inteligentes. Me temo que yo no soy muy lista pero, haber vivido todos estos años en St. Mary Mead, me ha dado cierta visión de la naturaleza humana.
–Estoy seguro de que su cooperación será muy valiosa –dijo sir Henry con toda cortesía.
–¿Quién será el primero?
–Creo que no hay la menor duda en cuanto a eso
–replicó el doctor Pender–, puesto que tenemos la gran fortuna de contar entre nosotros con un hombre tan distinguido como sir Henry.
Dejó la frase sin acabar,mientras hacía una cortés inclinación hacia sir Henry.
El aludido guardó silenciounos instantes y, al fin, con un suspiro y cruzando las piernas, comenzó:
–Me resulta un poco difícil escoger al tipo de historia que ustedes desean oír, pero creo que conozco un ejemplo que cumple muy bien los requisitos exigidos. Es posible que hayan leído algún comentario acerca de este caso en los periódicos del año pasado. Entonces se archivó como un misterio sin resolver, pero da la casualidad de que la solución llegó a mis manos no hace muchos días.
»Los hechos son bien sencillos. Tres personas se reunieron para una cena que consistía, entre otrasc osas, de langosta enlatada. Más tarde aquella noche, los tres se sintieron indispuestos y se llamó apresuradamente a un médico.Dos de ellos se restablecieron y el tercero falleció.
–¡Ah! –dijo Raymond en tono aprobador.
–Como digo, los hechos fueron muy sencillos. Su muerte fue atribuida a envenenamiento por alimentos en mal estado, se extendió el certificado correspondiente y la víctima fue enterrada. Pero las cosas no acabaron ahí.
Miss Marple asintió.
–Supongo que empezarían las habladurías, como suele ocurrir.
–Y ahora debo describirles a los actores de este pequeño drama. Llamaré al marido y a la esposa, Mr. y Mrs. Jones, y a la señorita de compañía de la esposa, miss Clark. Mr. Jones era viajante de una casa de productos químicos. Un hombre atractivo en cierto modo, jovial y de unos cuarenta años. Su esposa era una mujer bastante corriente, de unos cuarenta y cinco años, y la señorita de compañía, miss Clark, una mujer de sesenta, gruesa y alegre, de rostro rubicundo y resplandeciente. No podemosdecir de ninguno de ellos que resultara una personalidad muy interesante.
«Ahora bien, las complicaciones comenzaron de modo muy curioso. Mr. Jones había pasado la noche anterior en un hotelito de Birmingham. Dio la casualidad de que aquel día habían cambiado el papel secante, que por lo tanto estaba nuevo,y la camarera, que al parecer no tenía otra cosa mejor que hacer,se entretuvo en colocarlo ante un espejo despues de que Mr. Jones escribieraunas cartas. Pocos días más tarde, al aparecer en los periódicos la noticia de la muerte de Mrs. Jones como consecuencia de haber ingerido langosta en mal estado, la camarera hizo partícipes a sus compañeros de trabajo de las palabras que había descifrado en el papel secante:«Depende enteramente de mi esposa... cuando haya muerto yo haré...cientos de miles...»
»Recordarán ustedes que no hace mucho tiempo hubo un caso en el que la esposa fue envenenada por su marido. No se necesitó mucho más para exaltar la imaginación de la camarera del hotel. ¡Mr. Jones había planeado deshacerse de su esposa para heredar cientos de miles de libras! Por casualidad, una de las camareras tenía unos parientes en la pequeña población donde residían los Jones. Les escribió y ellos contestaron que Mr. Jones, al parecer, se había mostrado muy atento con la hija del médico de la localidad, una hermosa joven de treinta y tres años, y empezó el escándalo. Se solicitó una revisión del caso al ministerio del Interior y en Scotland Yard se recibieron numerosas cartas anónimas acusando a Mr. Jones dehaber asesinado a su esposa. Debo confesar que ni por un momento sospechamos que se tratase de algo más que de las habladurías y chismorreos de la gente del pueblo. Sin embargo, para tranquilizar a la opinión pública se ordenó la exhumación del cadáver.Fue uno de esos casos de superstición popular basada en nada sólidoy que resultó sorprendentemente justificado. La autopsia dio como resultado el hallazgo del arsénico suficiente para dejar bien sentadoque la difunta señora había muerto envenenada por esta sustancia.Y en manos de Scotland Yard, junto con las autoridades locales, quedó el descubrir cómo le había sido administrada y por quién.
–~Ah! –exclamó Joyce–. Me gusta. Esto sí que es bueno.
–Naturalmente, las sospechas recayeron en el marido. Él se beneficiaba de la muerte de su esposa. No con los cientos de miles que románticamente imaginaba la doncella del hotel, pero sí con la buena suma de ocho mil libras. El no tenía dinero propio, aparte del que ganaba, y era un hombre de costumbres un tanto extravagantes y al que le gustaba frecuentar la compañía femenina. Investigamos con toda la delicadeza posible sus relaciones con la hija del médico, pero, aunque al parecer había habido una buena amistad entre ellos tiempo atrás, habían roto bruscamente unos dos meses antes y desde entonces no parecia que se hubieran visto.El propio médico, un anciano íntegro y de carácter bonachón, quedó aturdido por el resultado de la autopsia.Le habían llamado a eso de la medianoche para atender a los tres intoxicados. Al momento comprendió la gravedad de Mrs. Jones y envióa buscar a su dispensario unas píldoras de opio para calmarle el dolor. No obstante, a pesar de sus esfuerzos, la señora falleció,aunque ni por un momento sospechó que se tratara de algo anormal.Estaba convencido de que su muerte fue debida a alguna forma de botulismo.La cena de aquella noche había consistido básicamente enlangosta enlatada con ensalada, pastel y pan con queso. Lamentablemente,no quedaron restos de la langosta: se la comieron toda y tiraron la lata.Interrogó a la doncella, Gladys Linch, que estaba llorosa y muy agitada, y que a cada momento se apartaba de la cuestión, pero declaró una y otra vez que la lata no estaba hinchada y que la langosta le había parecido en magníficas condiciones.
»Éstos eran los hechos en los que debíamos basarnos. Si Jones había administrado subrepticiamente arsénico a su esposa, parecía evidente que no pudo hacerlo con los alimentos que tomaron en la cena, puesto que las tres personas comieron lo mismo. Y también hay otra cosa: el propio Jones había regresado de Birmingham en el preciso momento en quela cena era servida, de modo que no tuvo oportunidad de alterar ningunode los alimentos de antemano.
–¿Y qué me dice de la señorita de compañía de la esposa? –preguntó Joyce–. La mujer gruesa de rostro alegre.
Sir Henry asintió.
–No nos olvidamos de miss Clark, se lo aseguro.
Pero nos parecieron dudosos los motivos que pudiera tener para cometer el crimen. Mrs. Jones no le dejó nada en absoluto y, como resultado de la muerte de su patrona, tuvo quebuscarse otra colocación.
–Eso parece eliminarla –replicó Joyce pensativa.
–Uno de mis inspectores pronto descubrió un dato muy significativo –prosiguió sir Henry–. Aquella noche,después de cenar, Mr. Jones bajó a la cocina y pidió un tazón de harina de maíz para su esposa que se había quejado de que no se encontraba bien. Esperó en la cocina hasta que Gladys Linch lo hubo preparado y luego él mismo lo llevóa la habitación de su esposa. Esto, admito, pareció cerrarel caso.
El abogado asintió.
-Móvil –dijo uniendo laspuntas de sus dedos–. Oportunidad. Y además, como viajante de una casa de productos químicos, fácil acceso al veneno.
–Y era un hombre de moral un tanto endeble–agregó el clérigo.
Raymond West miraba fijamente asir Henry.
–Hay algún gazapo en todo esto –dijo–. ¿Por qué no lo detuvieron?
Sir Henry sonrió con pesar.
–Esa es la parte desgraciada de este asunto. Hasta aquí todo había ido sobre ruedas, pero ahora llegamos a las dificultades. Jones no fue detenido porque, al interrogar a miss Clark, nos dijo que el tazón de harina de maíz no se lo tomó Mrs. Jones sino ella. Sí, parece ser que acudió a su habitación como tenía por costumbre. La encontró sentada en la cama y a su lado estaba el tazón de harina de maíz.
»–No me encuentro nada bien, Milly –le dijo–. Me está bien empleado por comer langosta por la noche.
Le he pedido a Albert que me trajeraun tazón de harina de maíz, pero ahora no me apetece.
»–Es una lástima –comentó miss Clark–, está muy bien hecho, sin grumos. Gladys es realmente una buena cocinera. Hoy en día hay muy pocas chicas que sepan preparar una taza de harina de maíz como es debido. Le confieso que a mí me gusta mucho, y estoy hambrienta.
»–Creí que continuabas con tus tonterías –le dijo Mrs. Jones.
»Debo explicar –aclaró sir Henry– que miss Clark, alarmada por su constante aumento de peso, estaba siguiendo lo que vulgarmente se conoce como «una dieta ».te conviene, Milly, de veras –le había dicho Mrs. Jones–. Si Dios te ha hecho gruesa, es que tienes que serlo. Tómate esa harina de maíz, que te sentará de primera.
»Y acto seguido, miss Clarkse puso a ello y se acabó el tazón. De modo que ya ven ustedes,nuestra acusación contra el marido quedó hecha trizas. Al pedirle una explicación de las palabras que aparecieron en el papel secante, Jones nos la dio en seguida. La carta, explicó, era lar espuesta a una que le había escrito su hermano desde Australia pidiéndole dinero. Y él le contestó diciendo que dependia enteramente de su esposa y que hasta que ella muriera no podría disponer de dinero. Lamentaba su imposibilidad de ayudarle de momento,pero le hacía observar que en el mundo existen cientos de miles de personas que pasan los mismos apuros.
–¿Y el caso se vino abajo? –comentó el doctor Pender.
–Y el caso se vino abajo –repitió sir Henry en tono grave–. No podíamos correr el riesgo de detener a Jones sin tener algo en que apoyarnos.
Hubo un silencio y al cabo Joycedijo:
–Y eso es todo, ¿no es cierto?
–Así es como quedó el caso durante todo el año pasado. La verdadera solución está ahora en manos de Scotland Yard y probablemente dentro de dos o tres días podrán leerla en los periódicos.
–La verdadera solución –exclamó Joyce pensativa–. Quisiera saber... Pensemos todos por espacio de cinco minutos y luego hablemos.
Raymond West asintió al tiempoque consultaba su reloj. Cuando hubieron transcurrido los cinco minutos,miró al doctor Pender.
–~Quiere ser usted el primero en hablar? –le preguntó.
El anciano meneó la cabeza.
–Confieso –dijo– que estoy completamentedespistado. No puedo dejar de pensar que el esposo tiene que ser el culpablede alguna manera, pero no me es posible imaginar cómo lo hizo. Sólo sugiero que debió de administrarle el veneno por algún medio que aún no ha sido descubierto, aunque, si es así, no comprendo cómo puede haber salido a la luz después de tanto tiempo.
–¿Joyce?
–~La señorita de compañía de la esposa! –contestó Joyce decidida–. ¡Desde luego! ¿Cómo sabemos que no tuvo motivos para hacerlo? Que fuese vieja y gorda no quiere decir que no estuviera enamorada de Jones. Podía haber odiado a la esposa por cualquier otra razón. Piensen lo que representa ser una acompañante, tener que mostrarse siempre amable, estar de acuerdo siempre y tragaárselo todo. Un día, no pudo resistirlo más y se decidió a matarla. Probablemente puso el arsénico en el tazón de harina de maíz y toda esa historia de que se lo comió sea mentira.
–¿Mr. Petherick?
El abogado unió las yemasde los dedos con aire profesional.
–Apenas tengo nada que decir. Basándome en los hechos no sabría qué opinar.
–Pero tiene que hacerlo, Mr. Petherick –dijo la joven–. No puede reservarse su opinión, alegando prejuicios legales. Tiene que participar en el juego.
–Considerando los hechos –dijo Mr.Petherick–, no hay nada que decir. En mi opinión particular y habiendo visto, por desgracia, demasiados casos de esta clase, creo que el esposo es culpable. La única explicación que se me ocurre es que miss Clark lo encubrió deliberadamente por algún motivo. Pudo haber algún arreglo económico entre ellos. Es posibleque él creyera que iba a resultar sospechoso y ella, viendo ante sí un futuro lleno de pobreza, tal vez se avino a contar la historia de la harina de maíz a cambio de una suma importante que recibiríaen privado. Si éste es el caso, desde luego es de lo másirregular.
–No estoy de acuerdo con ninguno de ustedes –dijo Raymond–. Han olvidado ustedes un factor muy importantede este caso: la hija del médico. Voy a darles mi visión de los hechos. La langosta estaba en mal estado, de ahí los síntomas de envenenamiento. Se manda llamar al doctor, que encuentra a Mrs. Jones, que ha comido más langosta que los demás, presa de grandes dolores y manda a buscar comprimidos de opio tal como nos dijo. No va él en persona, sino que envía a buscarlas. ¿Quién entrega los comprimidos al mensajero? Sin duda su hija. Está enamorada de
Jones y en aquel momento se despiertan todos los malos instintos de su naturaleza y le hacen comprender que tiene en sus manos el medio de conseguir su libertad. Los comprimidos que envía contienen arsénico blanco. Esta es mi solución.
–Y ahora, cuéntenos el verdadero desenlace, sir Heniy –exclamó Joyce con ansiedad.
–Un momento –dijo sir Henry–, todavía no ha hablado miss Marple.
Miss Marple tan sólo movía la cabeza tristemente.
–Vaya, vaya –dijo–, se me ha escapado otro punto. Estaba tan entusiasmada escuchando la historia. Un caso triste,sí, muy triste. Me recuerda al viejo Hargraves, que vivía en Mount. Su esposa nunca tuvo la menor sospecha hasta que, al morir, dejó todo su dinero a una mujer con la que había estado viviendo, y con la que tenía cinco hijos. En otro tiempo había sido su doncella.Era una chica tan agradable, decía siempre Mrs. Hargraves, no tenía que preocuparse de que diera la vuelta a los colchones cada día,siempre lo hacía, excepto los viernes, por supuesto. Y ahí tienen al viejo Hargraves, que le puso una casa a esa mujer en la población vecina y continuó siendo sacristán y pasando la bandeja cada domingo.
–Mi querida tía Jane –dijo Raymond con cierta impaciencia–. ¿Qué tiene que ver el desaparecido Hargraves con este caso?
–Esta historia me lo recordó en seguida –dijo miss Marple–. Los hechos son tan parecidos, ¿no es cierto? Supongo que la pobre chica ha confesado ya y por eso sabe ustedla solución, sir Henry.
–¿Qué chica? –preguntó Raymond–. Mi querida tía, ¿de qué estás hablando?
–De esa pobre chica, Gladys Linch, por supuesto.
La que se puso tan nerviosa cuando habló con el doctor, y bien podía estarlo la pobrecilla.Espero que ahorquen al malvado Jones por haber convertido en una asesinaa esa pobre muchacha. Supongo que a ella también la ahorcarán,pobrecilla.
–Creo, miss Marple, que está usted equivocada –comenzó a decir Mr. Petherick entre titubeos.
Pero miss Marple meneó lacabeza con obstinación, y miró de hito en hito a sir Henry.
–¿Estoy en lo cierto o no? Yo lo veo muy claro. Los cientos de miles, el pastel... quiero decir queno puede pasarse por alto.
–¿Qué es eso del pastel y de los cientos de miles? –exclamó Raymond.
Su tía se volvió hacia él.
–Las cocineras casi siempre ponen «cientos de miles» en los pasteles, querido –le dijo–.Son esos azucarillos rosas y blancos. Desde luego, cuando oí que habían tomado pastel para cenar y que el marido se había referido en una carta a cientos de miles, relacioné ambas cosas.Allí es donde estaba el arsénico, en los cientos de miles.Se lo entregó a la muchacha y le dijo que lo pusiera en el pastel.
–¡Pero eso es imposible! –replicó Joyce vivamente–. Todos lo tomaron.
–¡Oh, no! –dijo miss Marple–.Recuerde que la compañera de Mrs. Jones estaba haciendo régimen para adelgazar. Nunca se come pastel, si una está a dieta. Y supongoque Jones se limitaría a separar los «cientos de miles» de su ración poniéndolos a un lado en el plato. Fue una idea inteligente, aunque muy malvada.
Los ojos de todos estaban fijosen sir Henry.
–Es curioso –dijo despacio–, peroda la casualidad de que miss Marple ha dado con la solución. Jones había metido a Gladys Linch en un serio problema, tal como se dice vulgarmente, y ella estaba desesperada. El deseaba librarse de su esposa y prometió a Gladys casarse con ella cuando su mujer muriese. El consiguió los «cientos de miles» y se los entregóa ella con instrucciones para su uso. Gladys Linch falleció hace una semana. Su hijo murió al nacer y Jones la había abandonado por otra mujer. Cuando agonizaba, confesó la verdad.
Hubo unos instantes de silencioy luego Raymond dijo:
–Bueno, tía Jane, esta vez has ganado. No entiendo cómo has adivinado la verdad. Nunca hubiera pensado que la doncella tuviera nada que ver con el caso.
–No, querido –replicó missMarple–, pero tú no sabes de la vida tanto como yo. Un hombre como Jones, rudo y jovial. Tan pronto como supe que había una chica bonita en la casa me convencí de que no la dejaría en paz. Todo esto son cosas muy penosas y no demasiado agradables de comentar. No puedes imaginarte el golpe que fue para Mrs. Hargraves y la sorpresa que causó en el pueblo.
Agatha Christie

miércoles, agosto 08, 2007

¡Escapémonos!



Escapémonos, tan lejos de aqui
distantes de todo
en la oscuridad donde no hayá más que ver en tus ojos.

Escondámonos
de la multitud del absurdo dia a dia
donde todas esas cosas que perturben no estén más
en nuestras vidas, en nuestras vidas.

Para que estemos solos amor
y el universo se nos quede en un abrazo
donde se esfumen esas dudas
y esos miedos que nos quedan del pasado.

Para que estemos solos, amor
en un dia sin fin,
sin preocuparnos más del qué podrán decir
donde dormamos abrazados y si entonces
nos sorprende el amanecer
saber que estás ahi
que estamos solos.

Escapémonos
por necesidad nos queremos tanto
si el amor está
no hay porque esperar el dónde o el cuándo.

Escondámonos
de la multitud del absurdo dia a dia
donde todas esas cosas que perturben
no estén más en nuestras vidas,
en nuestras vidas.

Para que estemos solos amor
y el universo se nos quede en un abrazo
donde se esfumen esas dudas y esos miedos
que nos quedan del pasado.

Para que estemos solos amor,
en un día sin fin
sin preocuparnos más del que podrán decir
donde dormamos abrazados
y si entonces nos sorprende
el amanecer saber que está ahí
que estamos solos.

Escapémonos...
Escondámonos...
Escapémonos...
Jennifer Lopez & Marc Anthony

¿Por qué te marchas?


Tengo que enfrentarme a mi misma y ver la realidad
A entender que las estrellas por altas no se pueden tocar
Que la luz que iluminaba este sueño no se puede ver más
Y el amor por más enorme y intenso un día puede acabar

Da miedo que… que te vayas
Y abandonar las cosas que no volverán
No volverán… jamás…

¿Ahora que puedo decir? si ya no tengo palabras
No necesito morir para entender que es por ti que se apaga mi alma
Ahora que puedo decir si le converso a mi almohada
Que estoy cansada de oír de callar y esperar, de morderme las ganas

Reconozco tu espalda como un cobarde te marchas

Mañana cuando cruce esa puerta no te quiero ver más
Y lleva en tus maletas las cosas que en mi vida no van
Y no creas que me quedo vencida para tu vanidad
Oh... por amor yo me he jugado la vida y me la vuelvo a jugar

Te juro que, me haces falta
En todas esas cosas donde ya no estás
Y que ya no están, jamás.

¿Ahora q puedo decir? si ya no tengo palabras
No necesito morir para entender q es por tí que se apaga mi alma
Ahora que puedo decir si le converso a mi almohada
Que estoy cansada d oír de callar y esperar, de morderme las ganas
Reconozco tu espalda, como un cobarde te marchas

¿Ahora q puedo decir? si ya no tengo palabras
No necesito morir para entender q es por ti que se apaga mi alma
Ahora que puedo decir si le converso a mi almohada
Que estoy cansada de oír de callar y esperar, de morderme las ganas
Reconozco tu espalda, como un cobarde te marchas….
Jennifer Lopez

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martes, agosto 07, 2007

Mis favoritos de latinamerican idol, 2º temporada

Comenzó otra vez la contienda musical latinoamericana,esta vez,con todos los hierros,más derroche en producción e intervención de grandes estrellas (Belinda, Enmanuel, Diego Torres,Ricardo Montaner, Gloria Trevi, Mijares, Susana Zabaleta y nuestra Mayré Martínez) y mucho énfasis en que sobre todo México (les quedó claro con los invitados especiales,verdad?) y Puerto Rico se integren al boom musical de dicho espacio,para garantizar no sólo su permanencia,sino rendir más dividendos.

Una selección bastante pareja este año de talentos, cuyo ganador, a juicio de este servidor,pareciera ser, un hombre y además, mexicano, lo cual este año les expandiría el mercado y de ser así y ganar Ricardo,lo justificarían con el talento de este cuate.

No obstante, no todo está escrito y aún pueden pasar muchas cosas.

Para mi, Rosangela y Samantha darán la pelea y nuestra Silvia Freitas, también estará en la lucha, aún cuando le desfavorece su cercanía con la 1º latinamnerican idol,nuestra Mayré Martinez.

Veremos...

Transmite Sony entertainment Televisión, Conciertos los días miércoles y eliminatorias los jueves de cada semana, a las 8 pm.

¡A apoyar el talento latino con sus mensajes de texto!

Mix Cristian Castro con los 12 finalistas


Ricardo Caballero, de México


Rosangela Abreu, de Puerto Rico


Samnantha Byars, de México


Silvia de Freitas, Venezuela


Carlos Peña, Guatemala


Otra más de Samantha, Soy yo

No es tan pronta la cura como la herida...




Tal vez sea un abuso, utilizar ese hermoso espacio,esta increible oportunidad, para dejar entrever, el desaliento, la impotencia de observar cómo todo se sigue desplomando,cayéndoseapedazos.

Como se irrespeta el profesionalismo,el esfuerzo, en función de un falso protagonismo,de detentar el poder de la información. Como un ser puede valerse de una "posición jerárquica" para,pretendiendo entronarse ewn ella, descalificar, desestimar y hacer daño a quien, sin siquiera intención de destronmarle, lo que intenta es sencillamente hacer su trabajo...en paz. En armonía, en tanto logra canalizar recursos o enhebrar posibilidades que le permitan salir...escapar.

Sí, de eso se trata, de escapar, huir, correr desesperadamente,lo más lejos posible,
tanto como se pueda, ya sin ni siquiera esperar otra cosa que una oportunidad de subsistir lejos de toda esta escoria.

Si tan solo esa voz pudiera escucharse,si tan sólo existiese, del otro lado, una pequeña oportunidad, sin estimar pasado ni títulos,profesión,tan sólo con la cetera referencia ciudadana, de tratarse de un ser vivo con suficiente raciocinio y ánimo para seguir luchando,lejos de este intolerante submundo en el que definitivamente no hay salida.

Y bueno, si, me vuelvo a disculpar,por utilizar este espacio para, sobrevivir, o expresar mi desaliento, el desvanecimiento momentáneo de las fuerzas, la abandonada esperanza de que vale la pena seguir o lo que es peor aún, que valga la pena, a estas alturas,salir corriendo. Pero es que,entiéndanme,por favor, este es el único pequeño e inmenso espacio, para poder expresar,lo que siento...

O la estúpida e inocente creencia, de que exista alguien, más allá de los reducidos amigos de siempre, tan atribulados (o más) que éste desesperado ser, que pueda dar con este mensaje,resultar receptor de éste e incluso,atreverse a responderlo; alguien, con mayores expectativas y referencias de vida; alguien, que pueda certera y evidentemente alzar la mano e indicar, que existe una oportunidad, más allá de estas hermosas y maltratadas fronteras, o lo que resultaría más paradójica e incomprensible aún, que dentro de este intolerante espacio geográfico, pueda existir alguien, con capacidad de ofrecer, todavía, un reducido espacio, que pueda brindar a este desanimado creyente, una uletrior oportunidad de digna y esperanzada subsistencia.

Ah, de verdad, perdón por el desaliento, pero es inevitable.

Para amenguar un poco esta pesadumbrez, posteo este video que me hizo llegar mi querida y consecuente amiga Miguelina, a quien sinceramente agradezco, no sólo su generosidad y afecto, sino además,su total y consecuente récord de ser, la única que efectivamente visita estas páginas, con regularidad, a pesar de todas sus tribulaciones de ama de casa,mamá,esposa,estudiante y ciudadana, dejando su huella. Mil gracias por ello amiga, de verdad.

"Como crecen las espigas en los campos de trigo,crece la amistad entre los hombres y es un sentimiento tan maravilloso,como es eterno el amor en el tiempo"

lunes, agosto 06, 2007

...Porque siempre constituye un buen consejo, no desestimar...los detalles, sin perder el frenesí!

El Sonero del mundo, Oscar De León, que además,es nuestro, de este país de inconsistencias democráticas y bellezas naturales, de gente que sueña y anhela encontrar la paz y salida útil a este desesperado laberinto de discriminaciones y oprobio, nos da consejos y además nos permite soñar con ese "amor caribeño" del cual formamos parte...
¡feliz semana,mis queridos e invisibles amigos!...


Siguiendo la onda de "enseriarse", con los "Finales de Temporada", para reflexionar,angustiarse o revisionar…





Ya en una oportunidad anterior, les mencionaba del frenesí de enseriarse (no el acto asumir alguna postura o posición seria ante la vida, sino más bien, rendirse a la programación de las cable operadoras locales, para disfrutar de programas de calidad o simplemente evadir nuestra triste realidad).

En esa ocasión, les comentaba de lo adictivo del caso y de cómo especialmente me rendía a una rutina particular, casi ritual, circunscrita a la programación de las series que transmite SONY entertainment Televisión (canal 47 de Inter), tales como GREY´S ANATOMY, MÉDIUM, DESPERATE HOUSEWIVES, AMERICAN (O LATINAMERICAN, según el caso) IDOL, CSI, MY WIFE AND KIDS, SCRUBS, WILL & GRACE (las repeticiones de los capítulos de la serie), SATURDAY NIGHT LIVE, EVERYBODY LOVES RAYMOND, EVERYBODY HATES CRIS, ACCORDING TO JIM, THE KING OF QUEENS, con breves paradas en FOX (la espectacular 24 y la no menos sorprendente y truculenta NIP TUCK, cuyo final de 4º temporada fue sencillamente…apocalíptico), AXN (la inquietante LOST, la entretenida KIDNAPED y la siempre interesante THE DEAD ZONE, inspirada nada más y nada menos que en la célebre novela de Stephen King), WARNER CHANNEL (LAS NUEVAS AVENTURAS DE LA VIEJA CHRISTINE, la eterna ER , SUPERNATURAL, SMALLVILLE y por supuesto, LAS PESADILLAS Y ALUCINACIONES del maestro Stephen King) y Universal Channel (la extraordinaria HEROES, los 4400 y LA LEY Y EL ORDEN, en sus variopintas vertientes).

Todo un panorama de posibilidades, para todos los gustos, en realidad, porque la oferta es interminable de acuerdo a las inquietudes y gustos de cada televidente (hay quienes se instalan en la onda noticiosa y se zambullen en GLOBOVISIÓN, CNN en Español, y por supuesto, el celebrado regreso, quizá temporal, de RCTV).

Las series representan una alternativa apasionante, un verdadero oasis en medio de tanto desencuentro, que permite evadirnos y recrearnos con las peripecias de los más interesantes y complejos personajes, reírnos de sus ocurrencias, sufrir con sus conflictos, sorprendernos de los insólitos giros argumentales de los que se valen productores y guionistas para justificar las situaciones más insólitas dándoles visos de credibilidad o incredibilidad tal, que nos resulte prácticamente imposible vivir sin ellos.

De verdad que resulta adictivo, lo confieso y doy fe plenamente de ello. Durante varios meses al año, nos “enganchamos”de cada nueva temporada, cada lote de insólitas nuevas aventuras de estas producciones, cuyo fin nos crea angustia y desasosiego a veces, cuando sus inteligentes y sádicos creadores, se valen de artilugios para dejarnos crisis, peligros y situaciones inconclusas en el último capítulo, que generalmente se develarán el año siguiente, con la nueva temporada, para garantizar, mantener una audiencia cautiva, que permita a la cadena que produce o transmite la serie, seguir invirtiendo para una próxima transmisión.

Una vez finalizadas, se había implantado una técnica de colocar en lo que denominaban “MID SEASON”, capítulos de nuevas series, para atrapar a los televidentes en tanto llegaban las nuevas temporadas de las series preexistentes, pero últimamente, las empresas teleoperadoras han adoptado la vieja técnica de repetir, desde el comienzo, los capítulos de la temporada que recién finaliza, lo cual además de generarles un ahorro, les permite recuperar los recursos invertidos en su adquisición y obtener ganancias adicionales con su reposición, respecto a los compromisoscomerciales adquiridos con sus anunciantes.

Es así, como por ejemplo, este año, particularmente la primera temporada de Héroes, las terceras temporadas de GREY´S ANATOMY, DESPERATE HOUSEWIVES, MEDIUM y LOST tienen un elemento común: El caos, la desesperanza y posible desintegración de relaciones de su nudo argumental, muy propicio de estos tiempos. Los simpáticos y ocurrentes amigos internos del hospital en seattle (GREY´S ANATOMY) parecen tan imbuidos en su propio torbellino de emociones, al punto de haber decidido finalizar, junto a la temporada de la serie, con el mundo de relación que cada uno posee, frente al micro universo que comparten entre quirófanos y pasillos de dicho hospital.

Las atribuladas amas de casa (DESPERATE HOUSEWIVES) resquebrajan su mundo de relación particular, al contraer nuevas nupcias, tres de las 5 incondicionales amigas, pero generar consigo, un cúmulo de dudas, traiciones descubiertas, conatos de infidelidad, asesinatos y mucha desazón, incluido el aparente suicidio de la sexualísima Eddie Brit.

Mientras que la psíquica Alison Dubois (MEDIUM) ve tambalearse su familia, trabajo y vida personal al ser descubiertos sus dones públicamente y ser despedida de la Fiscalía, donde colaboraba en el descubrimiento de crímenes gracias a dicho don especial.

Los HEROES más ultramodernos que hemos podido imaginar en nuestra contemporaneidad (una versión extendida y actualizada de los X Men, con participación en carácter de actor invitado, de su propio creador, Stan Lee) se debaten luchando contra el indestructible archienemigo Sylar, que además de robarles los poderes, se encuentra tratando de aniquilarles, por lo que deben defenderse de éste y a su vez impedir que acabe con la humanidad, para descubrir al final que han fallado en su misión y no saben que ha de depararles a continuación.

Los atribulados náufragos de LOST (cuyo capítulo final de temporada será transmitido esta noche a las 9 pm) parecieran ven desfallecer sus esperanzas de ser encontrados y rescatados de las fauces malignas de esa particular isla, donde lo imposible se torna posible y todos y cada uno de ellos se enfrentan a las recriminaciones de su pasado.

El heroico y casi indestructible Jack Bauer sigue contando con la incondicional fidelidad de su inseparable compañera Chloe, para descifrar las intrigas que pretender acabar con los Estados Unidos de Norteamérica y su Presidente en la trepidante acción de 24.

En fin, unos “finales de temporada" de verdadero pronóstico, que sólo han de permitirnos…reflexionar sobre lo que hemos visto, disfrutado y esperamos continuar viendo; angustiarnos, ante no sólo el temor de lo desconocido, sino la larga espera de lo que resta de año para disfrutar de las nuevas temporadas o revisionar, para “aprendernos de memoria” nuestras historias favoritas, seguir bien de cerca todos los acontecimientos de la temporada que culmina, capturar los capítulos que nos perdimos o sencillamente volver a ver los que más nos gustaron….Cada quien decidirá.

De todos modos, les informo, que a partir de esta noche, a las 10 pm, Sony repite, todos los lunes desde el principio, la polémica y recién finalizada III temporada de Grey´s Anatomy, que resultó todo un suceso, con la salida de Preston Burke (Isaiah Washington), a causa de sus públicos comentarios y rechazos homofóbicos contra su compañero George O´Malley (T.R. Knigt).

Es importante destacar que muchas de estas series son transmitidas,además, dobladas al español, con cierto retraso, por la señal abierta de Televen, acá en Venezuela.

Por cierto, ¿Cuál es su favorita?

domingo, agosto 05, 2007

Una adorable criatura, de Truman para Marilyn



UNA ADORABLE CRIATURA
En su libro 'Retratos', publicado en España por Anagrama, el autor de 'A sangre fría' dibuja esta deliciosa imagen de Marilyn Monroe. Los recuerdos de un funeral al que ambos acudieron juntos en 1955 dan pie al escritor para inmortalizar a la actriz como una mujer ingenua, insegura, frágil, malhablada y, sobre todo, adorable...
Por Truman Capote
Fecha: 28 de abril de 1955. Escenario: La capilla de la Universal Funeral Home, en la avenida Lexington esquina con la calle 52, en la ciudad de Nueva York.
Una interesante multitud se aglomera en los bancos: celebridades procedentes, en su mayor parte, del teatro internacional, del cine, de la literatura, presentes todos para rendir homenaje a Constance Collier, la actriz de origen inglés que había muerto el día anterior a los 75 años[...]
Durante los últimos decenios de su vida vivió en Nueva York, donde enseñó arte dramático con un talento sin igual; en sus clases sólo admitía a profesionales, por lo general, actrices consagradas que ya eran «estrellas»: Katharine Hepburn fue una de sus discípulas permanentes; otra Hepburn, Audrey, también era protegée de Collier, lo mismo que Vivien Leigh, y, durante unos meses antes de su muerte, una neófita a la que la señora Collier se refería como «mi problema especial», Marilyn Monroe.
Marilyn Monroe, a quien conocí por medio de John Huston cuando éste la dirigía en su primer papel con diálogo, en La jungla del asfalto, entró bajo la protección de la señora Collier por sugerencia mía[...] Fui yo quien le presenté a Marilyn Monroe, y al principio no estuvo muy inclinada a tener tratos con ella: era corta de vista, no había visto ninguna película de Marilyn y no sabía absolutamente nada de ella, salvo que era una especie de estallido sexual de color platino que había adquirido fama universal; en resumen, parecía una arcilla difícilmente apropiada para la estricta formación clásica de la señora Collier. Pero pensé que la combinación resultaría estimulante.
Y así fue. «¡Claro que sí!», me aseguró la señora Collier, «tiene algo. Es una adorable criatura. No lo digo en el sentido evidente, en el aspecto quizá demasiado evidente. No creo que sea actriz en absoluto, al menos en la acepción tradicional. Lo que ella posee, esa presencia, esa luminosidad, esa inteligencia deslumbrante, se perdería en un escenario. Es tan frágil y delicada que sólo puede captarlo una cámara. Es como el vuelo de un colibrí: sólo una cámara puede expresar su poesía. Pero el que crea que esta chica es simplemente otra Harlow o una ramera, o algo por el estilo, está loco[...]»
Pero ahora la señora Collier había muerto. Y ahí estaba yo, paseando por el vestíbulo de la Universal Chapel mientras esperaba a Marilyn; habíamos hablado por teléfono la noche anterior, quedando de acuerdo para sentarnos juntos durante la ceremonia, cuyo inicio estaba previsto para mediodía. Llegó media hora tarde; siempre llegaba tarde, pero yo pensaba: «¡Por el amor de Dios, maldita sea, sólo por una vez!» Y entonces apareció de pronto y no la reconocí, hasta que dijo...
MARILYN: ¡Vaya, cuánto lo siento, chico! Cuando ya estaba maquillada, pensé que quizá fuese mejor no llevar pestañas postizas, ni maquillaje, ni nada, así que me lo quité todo, y además no se me ocurría qué ponerme...
O(Lo que se le ocurrió ponerse habría sido apropiado para la abadesa de un convento en audiencia privada con el Papa. Llevaba el pelo enteramente oculto por un pañuelo de gasa negra; un vestido negro, suelto y largo, que en cierto modo parecía prestado; medias negras de seda apagaban el brillo dorado de sus esbeltas piernas.Con toda seguridad, una abadesa no se habría calzado unos zapatos negros de tacón alto tan vagamente eróticos como los que ella había escogido, ni las gafas oscuras que le daban aspecto de búho y resaltaban la palidez de su piel de vainilla y leche fresca).
TC: Estás muy bien.
MARILYN (mordisqueándose una uña roída ya hasta el final): ¿Estás seguro? Es que estoy tan nerviosa. ¿Dónde está el lavabo? Si pudiera ir un momentito...
TC: ¿Y tomarte una pastilla? ¡No! ¡Chitón! Esa es la voz de Cyril Ritchard: ha empezado el elogio fúnebre.
O([...]A lo largo del servicio Marilyn no dejó de quitarse las gafas para enjugar las lágrimas que se desbordaban de sus ojos azulgrises. En ocasiones la había visto sin maquillaje, pero aquel día ofrecía una nueva experiencia visual, un rostro que yo no había observado antes, y al principio no me di cuenta de qué podría ser. ¡Ah! Se debía al sombrío pañuelo de la cabeza.Con los bucles invisibles y el cutis limpio de cosméticos, parecía tener 12 años; una virgen pubescente que acaba de entrar en un orfanato y está llorando su desgracia. La ceremonia terminó al fin, y los asistentes comenzaron a dispersarse).
MARILYN: Quedémonos aquí sentados, por favor. Esperemos a que salga todo el mundo.
TC: ¿Por qué?
MARILYN: No quiero hablar con nadie. Nunca sé qué decir.
TC: Entonces, quédate ahí sentada y yo esperaré fuera. Tengo que fumar un pitillo.
MARILYN: ¡No puedes dejarme sola! ¡Dios mío! Fuma aquí.
TC: ¿Aquí? ¿En la capilla?
MARILYN: ¿Por qué no? ¿Qué te quieres fumar? ¿Un porro?
TC: Muy graciosa. Venga, vámonos.
MARILYN: Por favor. Hay un montón de fotógrafos ahí fuera. Y, desde luego, no quiero que me hagan fotografías con esta facha.
TC: No te lo reprocho.
MARILYN: Has dicho que estaba muy bien.
TC: Y es cierto. Estás perfecta..., para interpretar La novia de Drácula.
MARILYN: Ya te estás riendo de mí.
TC: ¿Tengo yo pinta de reírme?
MARILYN: Te estás riendo por dentro. Y ésa es la peor risa. (Frunciendo el ceño; mordisqueándose la uña del pulgar.) En realidad, podría haberme maquillado. Toda esa gente llevaba maquillaje.
TC: Yo también. A paletadas.
MARILYN: Lo digo en serio. Es el pelo. Necesito un tinte. Y no he tenido tiempo de dármelo. Ha sido tan inesperado... La muerte de la señora Collier y todo lo demás. ¿Ves?
(Levantó un poco el pañuelo, mostrando una franja oscura en la raya del pelo.)
TC: ¡Pobre inocente de mí! ¡Todo este tiempo pensando que eras rubia natural!
MARILYN: Lo soy. Pero nadie es así de natural. Y, de paso, que te follen.
TC: Muy bien, ya ha salido todo el mundo. Así que vamos, arriba.
MARILYN: Esos fotógrafos siguen ahí fuera. Lo sé.
TC: Si no te han reconocido al entrar, tampoco te conocerán al salir.
MARILYN: Uno de ellos me reconoció. Pero me escabullí por la puerta antes de que empezara a chillar.
TC: Estoy seguro de que hay una entrada trasera. Podemos salir por allí.
MARILYN: No quiero ver cadáveres.
TC: ¿Por qué habríamos de verlos?
MARILYN: Esto es una funeraria. Deben de tenerlos en alguna parte.Lo único que me faltaría hoy sería meterme en una habitación llena de cadáveres. Ten paciencia. Iremos a algún sitio y te invitaré a una botella de champán.
O(Así que seguimos sentados, hablando, y Marilyn dijo: «Odio los funerales. Me alegro de no tener que ir al mío. Pero no quiero ceremonias, tan sólo mis cenizas arrojadas al agua por uno de mis hijos, si llego a tener alguno. No habría venido hoy a no ser porque la señora Collier se preocupaba de mí, de mi bienestar, y era como una abuela, como una abuela vieja y dura, pero me enseñó mucho. Me enseñó a respirar. Me ha servido de mucho, además, y no sólo para actuar. A veces, respirar es un verdadero problema»[...]
Comentamos cuánto nos gustaba vivir en Nueva York y cómo detestábamos Los Angeles [«A pesar de que nací allí, sigue sin ocurrírseme nada bueno de esa ciudad. Si cierro los ojos y me imagino Los Angeles, lo único que veo es una enorme vena varicosa»]; hablamos de actores y de actuación [«Todo el mundo dice que no sé actuar.Lo mismo dijeron de Elizabeth Taylor, y se equivocaron. Estuvo extraordinaria en Un lugar en el sol. Nunca conseguiré el papel adecuado, nada que me guste verdaderamente. Mi físico está contra mí»]; hablamos algo más de Elizabeth Taylor, quería saber si la conocía, le dije que sí y ella me preguntó cómo era, cómo era en realidad, y yo contesté: pues se parece un poco a ti, es enteramente sincera y tiene una conversación ingeniosa, y Marilyn dijo que te follen, y añadió: bueno, si alguien te preguntara cómo es Marily, cómo es en realidad, ¿qué le dirías?, y yo contesté que tendría que pensarlo).
TC: ¿Crees que ya podemos largarnos de aquí? Me prometiste champán, ¿recuerdas?
MARILYN: Lo recuerdo. Pero no tengo dinero.
TC: Siempre llegas tarde y nunca llevas dinero. ¿Es que por casualidad te figuras que eres la reina Isabel?
MARILYN: ¿Quién?
TC: La reina Isabel. La reina de Inglaterra.
MARILYN (frunciendo el ceño): ¿Qué tiene que ver con esto esa gilipollas?
TC: La reina Isabel tampoco lleva dinero nunca. No se lo permiten.El vil metal no debe manchar la real palma de su mano. Es una ley o algo parecido.
MARILYN: Ojalá aprobaran una ley como ésa para mí.
TC: Sigue así y quizá lo hagan.
MARILYN: Pero entonces, ¿cómo paga las cosas? Cuando va de compras, por ejemplo.
TC: Su dama de compañía la sigue con un bolso lleno de calderilla.
MARILYN: ¿Sabes una cosa? Apuesto a que todo se lo dan gratis.A cambio de concesiones.
TC: Es muy posible. No me sorprendería nada. Proveedor de la Real Casa. Perros galeses. Todas esas golosinas de Fortnum & Mason. Hierba. Condones.
MARILYN: ¿Para qué querría ella condones?
TC: Para ella no, boba. Para ese tipo que la sigue a dos pasos.El príncipe Felipe.
MARILYN: Ah, sí. Ese. Es un encanto. Tiene aspecto de tener un buen aparato. ¿Te conté alguna vez lo de aquella ocasión en que vi a Errol Flynn sacársela de repente y empezar a tocar el piano con ella? ¡Oh, vaya! Ya hace cien años de eso, yo acababa de empezar como modelo, fui a una estúpida fiesta y ahí estaba Errol Flynn, tan orgulloso de sí mismo, se sacó el cipote y tocó el piano con él. Aporreó las teclas. Tocó You are my sunshine. ¡Imagínate! Todo el mundo dice que Milton Berle tiene el chisme más grande de Hollywood. Pero ¿a quién le importa? Oye, ¿no tienes nada de dinero?
TC: Unos 50 dólares, quizá.
MARILYN: Bueno, eso nos llegará para un poco de champán.
O(Al salir, en la avenida Lexington sólo había inofensivos peatones.Eran cerca de las dos, una tarde de abril tan espléndida como se podría desear: un tiempo ideal para dar un paseo. De modo que deambulamos hacia la Tercera Avenida. Algunos transeúntes volvían la cabeza, no porque reconociesen a Marilyn, sino por sus galas de luto; se rió entre dientes con su risita particular, un sonido tan tentador como el cascabeleo de las campanillas en el tren de la risa, y dijo: «Quizá debiera vestirme siempre de esta manera. El perfecto anonimato».
Al acercarnos al local de P.J. Clarke, sugerí que sería un buen sitio para refrescarnos, pero ella se opuso: «Está lleno de esos gacetilleros repugnantes. Y esa zorra de Dorothy Kilgallen siempre está ahí, entrompándose. ¿Qué les pasa a esos irlandeses? ¡Qué manera de beber; son peores que los indios!»)[...]
MARILYN: ¡Eh! ¡En la acera de enfrente!
TC: ¿Qué?
MARILYN: ¿Ves el cartel con la palma de la mano? Debe de ser el consultorio de una adivinadora.
O ([...]Marilyn hizo acción de entrar, pero cambió de parecer)
MARILYN: A veces quiero saber lo que va a pasar. Luego pienso que sería mejor no saberlo. Pero hay dos cosas que me gustaría saber. Una es si voy a adelgazar.
TC: ¿Y la otra?
MARILYN: Es un secreto.
TC: Vamos, vamos. Hoy no podemos tener secretos. Hoy es un día de dolor, y los afligidos comparten sus pensamientos más íntimos.
MARILYN: Bueno, se trata de un hombre. Hay algo que me gustaría saber. Pero eso es todo lo que voy a decirte. Es un secreto, de verdad.
O(Y yo pensé: eso es lo que tú crees; yo te lo sacaré)
TC: Estoy preparado para invitarte a champán.
O(Terminamos en un restaurante chino de la Segunda Avenida, desierto y con muchos adornos. Pero tenía un bar bien provisto y pedimos una botella de Mumm's; nos lo sirvieron sin enfriar y sin cubo, así que lo bebimos en vasos largos con hielo)
MARILYN: Es divertido esto. Como rodar exteriores, si es que a uno le gustan los exteriores. Cosa que desde luego a mí no me gusta nada. Niágara. ¡Qué asco! ¡Uf!
TC: Así que cuéntame lo de ese amante secreto.
MARILYN: (Silencio.)
TC: (Silencio.)
MARILYN: (Risitas.)
TC: (Silencio.)
MARILYN: Tú conoces a muchas mujeres. ¿Cuál es la más atractiva que conoces?
TC: Barbara Paley, sin duda. Indiscutiblemente.
MARILYN (frunciendo el ceño): ¿Es ésa a la que llaman Babe? Desde luego, a mí no me parece ninguna niña. La he visto en Vogue y demás. Es tan elegante... Encantadora. Sólo con mirar fotografías de ella me siento como una fregona.
TC: A ella le divertiría oír eso. Está muy celosa de ti.
MARILYN: ¿Celosa de mí? Ya estás otra vez tomándome el pelo.
TC: Nada de eso. Está celosa.
MARILYN: Pero ¿por qué? [...]
TC: ¡Vamos, vamos! ¡Sé sincera conmigo! Ese amante secreto tuyo...es William S. Paley, n'est-ce-pas?
MARILYN: ¡No! Es un escritor. Un escritor.
TC: Eso está mejor. Ya vamos a alguna parte. Así que tu amante es un escritor. Debe de ser un auténtico ganapán, si no, no te daría vergüenza decirme cómo se llama.
MARILYN: (furiosa, frenética): ¿Qué quiere decir la ese?
TC: ¿La ese? ¿Qué ese?
MARILYN: La ese de William S. Paley.
TC: ¡Ah, esa ese! No creo que signifique nada. La ha debido de poner para darse tono.
MARILYN: ¿Es sólo una inicial que no representa ningún nombre? ¡Dios mío! El señor Paley debe de sentirse algo inseguro.
TC: Tiene muchos tics. Pero volvamos a nuestro misterioso escriba.
MARILYN: ¡Cállate! No lo entiendes. Tengo mucho que perder.
TC: Camarero, otra botella de Mumm's, por favor.
MARILYN: ¿Estás tratando de tirarme de la lengua?
TC: Sí. Te propongo una cosa. Haremos un trato. Yo te contaré una historia y, si la encuentras interesante, quizá podamos hablar luego de tu amigo escritor.
MARILYN (tentada pero reacia): ¿De qué trata tu historia?
TC: De Errol Flynn.
MARILYN: (Silencio.)
TC: (Silencio.)
MARILYN (odiándose a sí misma): Vale, empieza.
TC: ¿Recuerdas lo que has dicho de Errol? ¿Lo orgulloso que estaba de su cipote? Puedo garantizarlo. Una vez pasamos una agradable noche juntos. ¿Me comprendes?
MARILYN: Te lo estás inventando. Me quieres engañar.
TC: Palabra de honor. Estoy jugando limpio. (Silencio; pero veo que ha picado, así que tras encender un pitillo...) Pues eso ocurrió cuando yo tenía dieciocho años. Diecinueve. Fue durante la guerra. En el invierno de 1943. Aquella noche, Carol Marcus, o quizá se había convertido ya en Carol Saroyan, dio una fiesta para su mejor amiga, Gloria Vanderbilt. La celebró en el piso de su madre, en Park Avenue. Una gran fiesta. Unas cincuenta personas. A eso de medianoche se presentó Errol Flynn con su amigo inseparable, un mujeriego fanfarrón llamado Freddie McEvoy.Los dos estaban bastante borrachos. A pesar de eso, Errol empezó a charlar conmigo y estuvo divertido, nos hicimos reír el uno al otro; de pronto dijo que quería ir a El Morocco, y que yo les acompañase a él y a su amigo McEvoy. Le dije que muy bien, pero McEvoy dijo entonces que él no quería dejar la fiesta con todas aquellas muchachas que acababan de ponerse de largo, así que Errol y yo terminamos yéndonos solos. Pero no fuimos a El Morocco. Tomamos un taxi hasta Gramercy Park, donde yo tenía un pisito de una habitación. Se quedó hasta el mediodía siguiente.
MARILYN: ¿Y qué puntuación le darías? En una escala de uno a diez.
TC: Francamente, si no hubiera sido Errol Flynn, no creo que lo hubiese recordado.
MARILYN: No es una historia maravillosa. No vale lo que la mía; ni por asomo.
TC: Camarero, ¿dónde está nuestro champán? Estamos sedientos.
MARILYN: Y no me has contado nada nuevo. Siempre he sabido que Errol lo hacía a pelo y a pluma. Mi masajista, que prácticamente es como una hermana, atendía a Tyrone Power, y me ha contado el asunto que se traían Errol y Ty Power. No, tendrá que ser algo mejor que eso.
TC: Me lo pones difícil.
MARILYN: Te escucho. Así que oigamos tu mejor experiencia. En ese aspecto.
TC: ¿La mejor? ¿La más memorable? Suponte que contestas tú primero a esa pregunta.
MARILYN: ¡Y soy yo quien lo pone difícil! ¡Ja! (Bebiendo champán.) Joe no está mal. Marca buenos tantos. Si sólo se tratara de eso, aún seguiríamos casados. Sin embargo, todavía le quiero. Es auténtico.
TC: Los maridos no cuentan. En este juego, no.
MARILYN (mordiéndose las uñas; pensando): Bueno, conocí a un hombre que está emparentado de alguna manera con Gary Cooper.Un corredor de bolsa, nada atractivo; tiene sesenta y cinco años y lleva unas gafas de cristales muy gruesos. Es gelatinoso como una medusa. No sé qué pasó, pero...
TC: No te esfuerces. Otras chicas me han hablado de él con todo detalle. Ese viejo verde tiene mucha cuerda. Se llama Paul Shields.Es padrastro de Rocky Cooper. Dicen que es sensacional.
MARILYN: Lo es. Muy bien, listillo. Te toca a ti.
TC: Olvídalo. No tengo que contarte absolutamente nada. Porque sé cuál es la maravilla que ocultas: Arthur Miller. (Bajó sus gafas oscuras: ¡cielos!, si las miradas mataran, ¡uf!) Lo adiviné en cuanto dijiste que era escritor.
MARILYN (balbuceando): Pero ¿cómo? Quiero decir, nadie..., quiero decir, casi nadie...
TC: Hace tres años, por lo menos, o cuatro, Irving Drutman...
MARILYN: ¿Irving qué?
TC: Drutman. Es un redactor del Herald Tribune. Me contó que andabas tonteando con Arthur Miller. Que estabas colada por él.Soy demasiado caballero para haberlo mencionado.
MARILYN: ¡Caballero! ¡Un cabrón! (Balbuceando de nuevo, pero con las gafas oscuras en su sitio.) No lo entiendes. Eso fue hace tiempo. Aquello terminó. Pero esto es nuevo. Ahora todo es distinto, y...
TC: Que no se te olvide invitarme a la boda.
MARILYN: Si hablas de esto, te mato. Haré que te liquiden. Conozco a un par de tipos que me harían gustosos ese favor.
TC: No lo pongo en duda ni por un momento.
(Por fin volvió el camarero con la segunda botella)
MARILYN: Dile que se la vuelva a llevar. No quiero más. Quiero largarme de aquí.
TC: Si te he molestado, lo siento.
MARILYN: No estoy enfadada.
O (Pero lo estaba. Mientras yo pagaba la cuenta se fue al tocador.y deseé tener un libro para leer: sus visitas al lavabo de señoras a veces duraban tanto como el embarazo de una elefanta. Mientras pasaba el tiempo, me pregunté tontamente si estaría tomando estimulantes o tranquilizantes. Tranquilizantes, sin duda. Había un periódico encima de la barra y lo cogí; estaba en chino. Cuando pasaron veinte minutos, decidí investigar. Quizá se había tomado una dosis mortal, o a lo mejor se había cortado las venas. Encontré el lavabo de señoras y llamé a la puerta. Ella dijo: «Pase.» Dentro, se estaba observando en un espejo mal iluminado. Le pregunté: «¿Qué estás haciendo?» Contestó: «Miro a Marilyn.» En efecto, se estaba pintando los labios con un lápiz de color rubí. Además, se había quitado el sombrío pañuelo de la cabeza y había peinado su lustrosa cabellera, fina como algodón de azúcar)
MARILYN: Espero que te quede suficiente dinero.
TC: Eso depende. No lo bastante como para comprar perlas, si ésa es tu idea del desagravio.
MARILYN (con risitas, otra vez de buen humor. Decidí no volver a mencionar a Arthur Miller): No. Sólo lo bastante para un largo paseo en taxi.
TC: ¿Adónde vamos? ¿A Hollywood?
MARILYN: ¡No, hombre! A un sitio que me gusta. Lo sabrás cuando lleguemos.
O(No tuve que esperar tanto, porque nada más parar un taxi dio órdenes al conductor para que se dirigiese al muelle de South Street, y pensé: ¿No es ahí donde se toma el transbordador para Staten Island? Y mi siguiente conjetura fue: ha tomado pastillas después del champán y está completamente ida)
TC: Supongo que no vamos a dar un paseo en barco. No llevo mi Dramamina.
MARILYN (contenta, riéndose): Sólo por el muelle.
TC: ¿Puedo preguntar por qué?
MARILYN: Me gusta estar allí. Huele a países remotos y doy de comer a las gaviotas.
TC: ¿Con qué? No tienes nada para darles.
MARILYN: Sí. Tengo el bolso lleno de pastelitos de la suerte.Los he robado en el restaurante.
TC (tomándole el pelo): ¡Ah, sí! Cuando estabas en el lavabo abrí uno. El papelito de dentro llevaba un chiste verde.
MARILYN: ¡Vaya! ¿Pastelitos de la suerte verdes?
TC: Estoy seguro de que a las gaviotas no les importará.
O(En el trayecto pasamos por el Bowery. Diminutas casas de empeño, puestos de donar sangre, pensiones de cincuenta centavos el catre, pequeños hoteles sombríos de un dólar la cama y bares para blancos, bares para negros, en todas partes mendigos, pedigüeños jóvenes, nada jóvenes, ancianos, vagabundos en cuclillas al borde de la acera, agachados entre vidrios rotos y vomiteras, pordioseros reclinados en portales y apelotonados como pingüinos en las esquinas.Una vez, al detenernos ante un semáforo en rojo, un espantapájaros de purpúrea nariz se acercó a nosotros dando traspiés y empezó a restregar al parabrisas del taxi con un trapo húmedo, sujeto con mano temblorosa. Nuestro conductor, furioso, gritó obscenidades en italiano)
MARILYN: ¿Qué pasa? ¿Qué ocurre?
TC: Quiere una propina por limpiar el cristal.
MARILYN: (tapándose la cara con el bolso): ¡Qué horror! No lo puedo soportar. Dale algo. Deprisa. ¡Por favor!
O(Pero el taxi arrancó a toda prisa, casi derribando al viejo borrachín. Marilyn se echó a llorar)
MARILYN: Me he puesto mala.
TC: ¿Quieres irte a casa?
MARILYN: Todo se ha estropeado.
TC: Te llevaré a casa
MARILYN: Espera un minuto. Me pondré bien.
O(Así llegamos a South Street, y efectivamente la visión de un transbordador anclado allí, con la silueta de Brooklyn al otro lado del agua y las blancas gaviotas que describían piruetas contra un horizonte marino salpicado de leves y algodonosas nubes como encajes delicados, ese cuadro, tranquilizó pronto su espíritu.
Al bajarnos del taxi vimos a un hombre que llevaba a un chow-chow de la correa, un posible pasajero en dirección al transbordador y, cuando nos cruzamos con ellos, mi acompañante se agachó para acariciar la cabeza del perro)
EL HOMBRE: (con tono firme, pero no hostil): No debería tocar a perros que no conozca. Especialmente a los chow. Podrían morderla.
MARILYN: Los perros no me muerden. Sólo los seres humanos. ¿Cómo se llama?
EL HOMBRE: Fu Manchú.
MARILYN (riendo): ¡Oh! Como en la película. Tiene gracia.
EL HOMBRE: ¿Cuál es el suyo?
MARILYN: ¿Mi nombre? Marilyn.
EL HOMBRE: Lo que me figuraba. Mi mujer nunca me creerá. ¿Podría darme un autógrafo?
O(Sacó una tarjeta y una pluma; utilizando el bolso como apoyo, escribió: «Dios le bendiga, Marilyn Monroe»)
MARILYN: Gracias
EL HOMBRE: Gracias a usted. Ya verá cuando lo enseñe en la oficina.
O (Llegamos a la orilla del muelle y escuchamos el chapoteo del agua)
MARILYN: Yo solía pedir autógrafos. A veces lo hago todavía.El año pasado, Glark Gable estaba sentado junto a mí en Chasen's y le pedí que me firmara la servilleta.
O (Apoyada en un poste de amarre, me daba el perfil: Galatea contemplando lejanías inexploradas. La brisa le acariciaba el pelo, y su cabeza se volvió hacia mí con etérea a suavidad, como movida por el aire)
TC: Pero ¿cuándo damos de comer a los pájaros? Yo también tengo hambre. Es tarde y no hemos almorzado.
MARILYN: Recuerdas que te dije que si alguien te preguntaba cómo era verdaderamente Marilyn Monroe..., bueno, ¿qué le contestarías? (Su tono era inoportuno, burlón, pero también grave: quería una respuesta sincera) Apuesto a que dirías que soy una estúpida.Una sentimental.
O (La luz se iba. Marilyn parecía esfumarse con ella, mezclarse con el cielo y las nubes, disolverse a lo lejos. Quería elevar mi voz sobre los chillidos de las gaviotas y llamarla para que volviese: ¡Marilyn! ¿Por qué todo tuvo que acabar así, Marilyn? ¿Por qué todo tuvo que acabar así Marilyn? ¿Por qué la vida tiene que ser tan terrible?)
TC: Diría...
MARILYN: No te oigo
TC: Diría que eres una adorable criatura.
En Retratos (Anagrama) también se incluyen perfiles de Marlon Brando, Elizabeth Taylor, John Huston, Charlie Chaplin y Mae West, entre otros.

A los 45 años de su desaparición física,su presencia persiste en el corazón de millones de fans de ayer y hoy



En Hollywood te pueden pagar 1.000 dólares por un beso, pero sólo 50 centavos por tu alma.Marilyn Monroe.

Marilyn Monroe fue la personificación del glamour de Hollywood por excelencia. Su inmenso atractivo fue capaz de conquistar el mundo, pero a pesar de su belleza seductora y sus curvas voluptuosas, Marilyn fue mucho más que un símbolo sexual de los años 50. La aparente inocencia de su mirada junto a su innata sensualidad hizo de su imagen un ícono de admiración internacional por más de un siglo. Su vida fue el reflejo de su pasión y lucha personal. Hoy su espíritu brilla junto el prestigio de su inigualable imagen de legendaria diva de Hollywood.

Su madre, Gladys Monroe Baker (el segundo apellido Baker lo llevaba en honor de su primera pareja), trabajaba como prostituta. Bautizó a su hija Norma Jean en honor a la actriz del cine mudo Norma Talmadge. Con respecto a su segundo nombre, hay otra teoría según investigación del biógrafo Donald Spoto (autor de Marilyn Monroe. La biografía): "Siempre se ha dicho que el nombre de Norma Jeane (con "e" al final como aparece realmente) procede de Norma Talmadge y Jean Harlow. Pero lo cierto es que Jean Harlow es el seudónimo de Harlean Carpenter, que lo cambió en 1928 (recordemos que Marilyn nació en 1926); así que posiblemente, durante los años 20, los nombres compuestos estaban en el orden del día."

Se sabe casi con certeza que su padre fue un tal Stanley Gifford, que acudía "al trabajo" de Gladys, pero se barajan otros nombres. Se ha llegado a mencionar el nombre de Martin E. Mortensen, inmigrante noruego con quien Gladys también tuvo relaciones sexuales. Marylin fue dada alternativamente en adopción desde las 6 semanas de nacer y hasta los 7 años de edad, cuando su madre se la llevó a una pequeña casa que había comprado; pero un año más tarde Gladys era internada en un psiquiátrico, bajo un diagnóstico de "adiccion sexual". Monroe vivió obsesionada con la idea de haber heredado esta enfermedad, especialmente tras ser internada en varias ocasiones debido a sus crisis de pareja. Durante las crisis psíquicas de su madre, Monroe vivía con el matrimonio Bolender, vecinos de su abuela, un orfanato o con alguna familia adoptiva. Es a la edad de ocho años que es violada por el casero del hogar adoptivo donde vivía, hecho que la traumatizó de por vida.

En noviembre de 1938, a los 12 años, Monroe compartió habitación con Edith Ana Lower, su amiga y tía de su madre adoptiva, a la que quería profundamente. A los 16 años, y según la propia Monroe,animada por esta amiga, con la intención de buscar estabilidad para su vida y no tener que regresar al orfanato, se casa con James E. Dougherty, irlandés de 21 años, empleado de una fabrica de aviones. Monroe se entregó a la tarea de ser una buena ama de casa, hasta que estalló la Segunda Guerra Mundial. Su marido se incorpora a la Marina y es enviado como instructor a la isla Catalina, frente a Los Ángeles. Lo acompaña unos meses, pero después su marido embarca hacia Australia. En 1945 un fotógrafo de la Marina visita la fábrica donde ella trabajaba con su suegra, para hacer un reportaje sobre el trabajo de las mujeres durante la guerra. Monroe es la escogida para salir en las fotos. La revista Yank le propone convertirse en modelo. Seguidamente es contratada por la agencia de modelos Blue Book.

Monroe comenzó su carrera como modelo, representada por Emmeline Snively, quien le aconsejó teñirse el cabello de su rubio oscuro natural a un rubio platinado. En 1945 salió en la portada de más de 30 revistas. Era conocida como "el sueño de los fotógrafos". En julio de ese mismo año, Ben Lyon, jefe de reparto de la 20th Century Fox accede a entrevistarla y queda fascinado. Poco después la contrata por 125 dólares a la semana. Le cambia el nombre por el de Marilyn, como Marilyn Miller, la actriz de éxito del momento. Poco después rueda su primera escena en una película,
aunque es eliminada del montaje final.

En 1946 Monroe se divorció de James Dougherty y comienza una relación con el fotógrafo André de Dienes. Poco después éste rompe con ella al pensar que salía con otros hombres y tenia relaciones sexuales

Joe Schenk le consiguió su segundo papel protagonista en Ladies of the Chorus 1948. Un año después Monroe aceptó posar desnuda para el fotógrafo Tom Kelley, para un calendario que más tarde sería el impulso definitivo para su consagración. John Hyde fue su segundo protector y gracias a él logró un nuevo contrato con la Fox, pero Monroe quedó de nuevo desamparada tras su muerte en 1950. En 1951 participó en la entrega de los Oscar. En 1952 aparece en la portada de la revista Life. En 1953 inmortalizó sus huellas en el cemento de la entrada en Hollywood Boulevard, junto con Jane Russell.

En diciembre de 1953 aparece en la portada del primer número de Playboy, siendo, por lo tanto, la primera chica del mes de la revista, con la famosa fotografía "sueños dorados" gracias a sus medidas de 37-23-36 (94-58-92). Dicha revista le ha dedicado 5 veces en la portada, y la última portada fue la correspondiente al mes de diciembre de 2005, la cual tiene información reciente sobre su muerte.
Monroe estuvo relacionada sexualmente con el director Elia Kazan. Se rumora que se casó con el escritor Robert Slatzer. El matrimonio con Slatzer nunca se ha corroborado y no hay evidencia ninguna de tal union. Lo que se cree es que Slatzer es un fanático quien sólo ha usado el nombre de Marilyn Monroe para su propia ventaja. Su matrimonio, en 1954 fue con el famoso ex-jugador de béisbol Joe Di Maggio, celoso y dominante, incapaz de tolerar y comprender las crisis emocionales de Monroe. Nueve meses después se divorcian. En 1954 realizó su famosa actuación para las tropas norteamericanas en Corea.

Aunque Monroe irradiaba sensualidad y ante las cámaras aparecía como una mujer segura, en realidad padecía una inseguridad patológica. Esta inseguridad y sus retrasos y ausencias provocaban grandes pérdidas a los productores, que comenzaban a exasperarse. En 1954 comenzó a estudiar artes escénicas con Lee Strasberg, director de Actor's Studio en Nueva York. En ese mismo año creó Marilyn Monroe Productions junto al fotógrafo Milton Green, para conseguir mayor control sobre sus contratos. Su nueva empresa produjo Bus Stop (1957) y The Prince and the Showgirl (1957), dirigida y coprotagonizada esta última por Laurence Olivier. En 1955 la Fox le interpone una demanda por incumplimiento de contrato, pero en ese mismo año firma un contrato con este estudio, por el cual recibió 8 millones de dólares por 7 películas.

En 1956 Monroe se casó con el dramaturgo Arthur Miller, quien escribió especialmente para Monroe el guión de The Misfits. Esta sería su última película. Todavía casada con Arthur Miller, Monroe se enamoró de Yves Montand, marido de Simone Signoret con quien compartía cartel en El multimillonario. Monroe y Arthur Miller se divorciaron en 1961.

En 1960 Monroe es galardonada con el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia. En 1961 es ingresada en la clínica psiquiátrica Payne de Nueva York por una crisis depresiva. Al año siguiente compró su casa en Santa Mónica, en Los Ángeles. En ese año comienza el rodaje de su última película, la inacabada Something's Got to Give, coprotagonizada por Dean Martin y dirigida por George Cukor. La Fox confiaba en este proyecto para sanear su economía, ya que la empresa amenazaba con la quiebra, debido a los desmesurados gastos que estaba generando la película Cleopatra. No en vano, Monroe había sido durante una década la estrella más rentable de la Fox desde Shirley Temple. Pero Monroe está delicada de salud, con frecuentes sinusitis, bronquitis, y síntomas cada vez más marcados de inseguridad. Sus ausencias hacen que la película se retrase cada vez más, y la Fox no se podía permitir más pérdidas.

En 1962 tuvo lugar en Nueva York la famosa gala por el cumpleaños del presidente John F. Kennedy, en la que Monroe le cantó el "Happy Birthday" (Cumpleaños feliz). Para acudir a esta gala, Monroe se ausentó durante 7 días del rodaje, a pesar de que la Fox le exigió que se quedase para cumplir con su trabajo. En 1962 la Fox rescinde su contrato debido a sus repetidas ausencias y retrasos, despidiéndola del rodaje de Something's Got to Give, que dirigía George Cukor. La Fox intenta completar la película utilizando otra actriz, pero Dean Martin se opone, por lo que a la Fox no le queda más remedio que readmitir a Monroe.

En 1962 aparece la última entrevista de Monroe en la revista Life. El 4 de agosto de ese mismo año se había mostrado muy contenta. A las 9 de la noche dio las buenas noches a su criada, Eunice Murray.

A las 10:30 una ambulancia se estacionó cerca del lugar.

Antes de su muerte, según se dice, había vivido un romance con Robert F. Kennedy y John F. Kennedy, cuya repentina decisión de abandonarla podría haberla impulsado a consumir una sobredosis de barbitúricos. Su íntima amiga, Isadora Santander en ese entonces de 26 años, reclama haber leído en una de sus cartas la pérdida que ella sentía al no ver ayuda de parte de nadie de sus amigos ni enfermeros.Aún así opinó para la revista "People" que Marilyn llevó, pese a sus enfermedades, una vida feliz pero llena de complejos abrumadores.

El hecho es que el clan Kennedy nunca aceptó que John y Robert Kennedy se relacionaran con ella, primordialmente por la intervención de J. Edgar Hoover, quien sospechaba que la actriz sostenía peligrosas relaciones con comunistas de la época y que se acrecentaron mientras sostenía su amistad con los Kennedy y manejaba información que podía afectarles gravemente.

Su deceso se cubrió de un halo de misterio. Fue encontrada sin vida por su criada, tendida sobre la cama, con el teléfono descolgado, en su casa el 5 de agosto de 1962 a las 3 y media de la madrugada, a la edad de 36 años. De la ambulancia estacionada desde hacía 5 horas salieron enfermeros que entraron escoltados por personajes del gobierno y fueron los primeros en entrar al departamento. Una asesora del departamento creyó reconocer a Robert Kennedy. El informe policial calificó el suceso como probable suicidio, si bien se han barajado otras posibilidades, incluida la del asesinato. Un testigo afirmó que mientras era retirado el cuerpo de Monroe, uno de los presuntos enfermeros aplicó una inyección entre los pechos de la actriz ya fallecida. Muchas conjeturas de asesinato han apuntado a la familia Kennedy y a J. Edgar Hoover. La autopsia reveló que el cuerpo de la estrella contenía una cantidad excesiva de barbitúricos como para matar a 15 personas.

Tres días después, Joe Di Maggio celebró el funeral en privado. Lee Strasberg pronunció las siguientes palabras de despedida: "No puedo decir adiós a Marilyn, nunca le gustaba decir adiós, pero adoptando su particular manera de cambiar las cosas para así poder enfrentarse a la realidad, diré "hasta la vista". Porque todos visitaremos algún día el país hacia donde ella ha partido."
Sus restos se encuentran en el Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Angeles, California.

Filmografia
Something's Got to Give, (inacabada, 1962)
Vidas rebeldes, The Misfits (1961)
El multimillonario, Let's Make Love (1960)
Con faldas y a lo loco, Some Like It Hot (1959)
El príncipe y la corista, The Prince and the Showgirl (1957)
Bus Stop, Bus Stop (1956)
La tentación vive arriba, The seven year itch (1955)
Río sin retorno, River of no return (1954)
Luces de candilejas, There's No Business Like Show Business (1954)
Los caballeros las prefieren rubias, Gentlemen prefer blondes (1953)
Cómo casarse con un millonario, How to marry a millionaire (1953)
Niebla en el alma, Don't Bother to Knock (1952)
Cuatro páginas de la vida, O. Henry's Full House (1952)
Clash by Night (1952)
Me siento rejuvenecer, Monkey Business (1952)
No estamos casados, We're Not Married (1952)
Niágara, Niágara (1952)
Home Town Story (1951)
Love Nest (1951)
As Young As You Feel (1951)
Let's Make It Legal (1951)
Right Cross (1950)
The Fireball (1950)
La jungla de asfalto, The asfalt jungle (1950)
Eva al desnudo, All About Eve (1950)
A Ticket to Tomahawk (1950)
Ladies of the Chorus (1949)
Amor en conserva, Love Happy (1949)
Scudda-Hoo! Scudda-Hay! (1948)
Dangerous Years (1947)
The Shocking Miss Pilgrim (1947)