Las cosas aqui son tan calladas... que pareciera vivir en el desierto

Sé bien que había decidido "postponer las lágrimas"(por ahora),pero,en realidad, ¿cómo puede hacerse y evitarse ante la fuerza incontenible del amor?

Ayer fue un dia triste y atribulado, porque con lágrimas en los ojos y el corazón deshecho, tuve que separarme del ser vivo más importante en estos momentos de mi vida, llevarle a otro sitio, en principio,donde adecir verdad, también va a ser querido y mimado, por su otro papá y otros seres que le quieren, mientras pongo orden donde vivo,dado que tengo que mudarme,tomar alguna decisión...en fin, no sé si vuelva a verle o tenerle junto a mi,a pesar de ser lo que más deseo.

Tenia tiempo, a decir verdad, que no me sentía tan mal. Vacío. Hueco. Sin norte ni sentido, sin esperanzas ni fé.

Sin tener que levantarme con su presencia ,con su jadeo inconfundible,persiguiéndome
para que le saque,a la carrera al parque, a orinar y defecar, para regresar corriendo,moviendo su colita,para devorar su alimento, tomar mis medias o zapatos para que le persiga, moviendo su cola, comportándose como todo niño mimado o como un bebé canino, a pesar de sus cuatro años y ocho meses, con limitaciones de espacio,
sí, pero a pesar de ello... con un universo inconfundible de amor y compañia.

Tampoco ya vale la pena, regresar a la carrera, ausentarse poco o casi nada durante el día, para compartir con él. Sacarle al medio dia y en la tarde, peinarle, sostener
su hueso de carnaza mientras casi me deja sin aliento, acariciar su barrigita para que extienda sus extremidades cuando se subia abruptamente a mi lado en la cama, a comer una manzana, como todas las noches hacía.

Sentirse grande, querido, acompañado, aún a pesar de no gozar de humana compañía.

Esta vida mundana, tan gratificante a veces, se encuentra aplastada,acorralada y casi extinguida gracias,entre otras cosas, a nuestra diaria "cotidianidad socio-política",donde no existen alternativas para quienes nos negamos a teñir de rojo nuestra existencia y abandonar nuestra libertad,nuestro derecho a desarrollar nuestras capacidades, conforme nuestro actuar,nuestra preparación, la académica, formal y la de la experiencia de la vida útil (hasta ahora);sin dañar a los demás, ni dejar de ser quienes somos.

Tal vez nada de esto valga la pena y termine imponiéndose,a fuerza de petrodólares y dominio absoluto del poder, esta ignominiosa existencia y sucumban todos los venezolanos al abismo, ya no de la intolerancia e irrespeto(esa ya tiene instalada casi 9 años y va para largo)sino a la más descarada e impotente negación del ser.

Quizás ni siquiera deba seguir tratando de alertar,de gritar o expresar este peligro inminente con precisión dantesca, que cual "la nada" va arrasando con todo lo que encuentra a su paso, para convertir en tierra árida e infértil lo que fueron arbustos sembradios y verdor;quizás nuestros niños ya dejen atrás su inocente sonrisa y luzcan también, la imagen intolerante de una beligerante formación antiimperialista, a favor del ejemplarizante actuar del dictador cubano y de quienes han hecho del rapto de libertades, una manera impositiva de sobrevivir más que vivir.

Incluso, a lo mejor sea también tarde, para seguir creyendo, que la esperanza es lo último que se pierde y aquélla histórica definición, que encabeza hasta ahora nuestro himno nacional, del "gloria al bravo pueblo"(coño, ¿cuál?), no haya sido más, que el producto de la afiebrada imaginación de alguien, que a lo mejor nunca supo, qué carajos expresaba, cuando componía esas gloriosas notas,que a estas altura,nada de raro tendría,que de la noche a la mañana,también tengan pensado cambiar...