¡Sin lugar donde esconderse!

Debo confesarles algo, desde ayer trato en vano de escribirles de mil tópicos, pero nada, no me sale.

Me encuentro atrapado en esta dicotomía absurda en la que lamentablemente se ha convertido mi vida cotidiana.

Y muchos pensarán, ¡coño, qué bolas, vas a seguir abigail!,pero es que, de verdad, siento que no puedo con esto, la mediocridad me asfixia.

Ni aún en los tiempos remotos, en los que tuve que lidiar con una Jefa encumbrada, que permitía que el resto de sus empleados (excluyéndome a mi, por supuesto) hicieran lo que les viniera en gana, al punto que jugaban la vieja y el ahorcado en su oficina, contaban chistes y una de ellas se especializaba en jugadora de "solitario" ante la mirada de propios y extraños, mientras yo era cuestionado, objeto de mil burlas, en medio de la más azarosa situación, no me quedaba otra que aguantar y, a diferencia de ellos, trabajar, pues ni aún en esos difíciles tiempos me habia sentido tan desanimado, apesadumbrado.

Tal vez es el calor, la soledad repentina, los aguaceros (aunque hoy no haya pasado de simple amenaza) esta vaga sensación de inestabilidad económico laboral afectiva, qué sé yo.

O la pelona.

Pero no, no se asusten, que no me refiero a aquélla que piensan, la némesis de la vida.

No, es quien por fuerza del destino (?) le corresponde "liderar" mi entorno laboral.

Y es que, para serles franco, liderar no es cuestión de conocimiento o sabiduría, y eso está francamente demostrado. Es cuestión de aptitud, actitud, de gentilicio, esfuerzo y hasta de ciudadanía...

No es sólo pretender caerte bien y fingir consideración, es sentirlo, dejar paso al profesionalismo, al respeto, hacer equipo.

Sin temores estúpidos ni miedos a ser despalazado, a compartir las directrices para que el trabajo salga bien, para que sea digno.

No es sólo "parecer"...es necesario "Ser"

Me hubiera gustado escribirles de la diversidad sexual, de la referencia obligatoria de ciudadania y desarrollo en el occidente de este país que el tiempo y sus ciudadanos de honor olvidaron, de la incertidumbre del futuro inmediato, de la alegría porque "bichita" al fin se aventuró a escribir en su blogg, de forma genial, de la satisfacción de saber siempre de "Sika" ha prometido escribir cuentos en su fantástico blogg, de más lectura, más cine, otras barajitas premiadas, pero no...nada sale...sólo esta ansiedad, esta rabia e impotencia contenida, y por favor, en franco y perfecto ejercicio de la poca libertad ciudadana de que dispongo, no quisiera cuestionamientos, porque al vivir en medio de tanta locura y sentir que el excremento te chispea, es imposible aceptar cualquier crítica, por más constructiva que parezca (disculpen, por favor, la franqueza).

Para colmo, Gloria, la gorda bella, con su hermoso rostro y francas expresiones (de las de verdad, porque francamente no acepto el viejo mito de que todas las gordas son caras hermosas y simpáticas, esa vaina no es más que un mal y edulcorado viejo cliché, hay gordas desarregladas, feas y antipáticas, que no es el caso), amiga incondicional que había prometido venir, para hablar de verdad, como hasta ahora no hemos podido hacerlo, tratar asuntos de trabajo pero aprovechar de verla, contemplarle y de una buena vez expresarle mi temor, mi miedo, mi angustia desesperada por buscar una salida útil y efectiva de esta pesadilla sin fin.

Pero nada, tampoco ha venido. Y se posterga una vez más la reunión, el encuentro, la conversación franca y sincera para definir objetos, buscar la salida, si es que existe.

Por si fuese poco, el cacharito oriental averiado, que no prende. Una falla eléctrica, especie de crónica de un desastre anunciado se hizo evidente desde ayer, cuando los limpia parabrisas se volvieron locos, cual si se tratase de un film de horror, de esos de adolescentes estúpidos que les ronda la muerte.

El viaje frustrado, el bebé canino alejado... en fin, el caos materializado en mi particular existencia...

Repito, no es que quiera ser trágico, exagerado, absurdo o malagradecido con la vida, que no coño, que si algo agradezco al creador es eso, la vida y sus oportunidades, con sus altas y bajas, pero que vá, ¡esto es como demasiado!el nadar contra la corriente me tiene cansado, desgastado.

Tratar de lograr un lugar en el mundo, ha sido tan cuesta arriba, que pareciera más fácil y lógico, abandonarse, dejarse caer, dejarse arrastrar...

Sólo hoy, ahora, quisiera jugar, a ser un simple mortal que desea, aunque sea por un momento, sentir que en su vida se ha restablecido el equilibrio, o que de alguna manera, existe una esperanza más cierta, concreta y cada vez menos remota, de ser feliz y ejercer la ciudadanía de siempre, con la convicción certera de que efectivamente...¡vale la pena!