63 Años...haciendo camino

63 años interactuando con una sociedad entera.

Informando, notificando, mercadeando, manifestando el sentir y pensar de todo un conglomerado, tratando de satisfacer las heterogéneas necesidades de un colectivo.

63 años en la historia de un país, siendo parte importante de su destino, rememorando cada momento crítico de su historia, como prueba fehaciente de los aciertos y desaciertos de un pueblo al labrar su destino...toda una odisea particular, en este camino plagado de encuentros y desencuentros, donde el personalismo y afán de figuración cobran vida y se retroalimentan constantemente para vapulear las efectivas necesidades ciudadanas, no sólo ahora, sino desde siempre.

Sólo que en este particular momento histórico, en que muchos pensamos haber llegado al llegadero, cobra más fuerza y valor que nunca, la persistencia de una voz que clama a gritos, la necesidad efectiva de ser escuchada, valorada y tomada en cuenta, respecto al estado de las cosas para despertar en el colectivo, esa conciencia ciudadana, ese arraigo adormecido, con el anhelo de que el bravo pueblo reaccione, con racionalidad y honra para hacer valer su voluntad de expresarse conscientemente, desarrollarse y validarse como ciudadanos del mundo pensante, herramientas efectivas de desarrollo responsable y en aras de ello retomar las riendas perdidas, cumplir la meta trazada de su efectivo crecimiento, en aras de los principios de justicia y libertad que históricamente inspiraron la gesta independentista, haciendo posible la patria amada e ideada, la de la Venezuela posible, la auténtica Venezuela que todos soñamos, queremos y necesitamos.

Por eso en esta encrucijada, en que efectivamente no sabemos qué pasará mañana, contar tras 63 años, con el diario El Nacional, para informarnos y hacer de la documentación del acontecer nacional e internacional una premisa importante de nuestras vidas, es más que una ganancia, una manifestación efectiva del ejercicio de las libertades en el mundo globalizado de la información y el conocimiento.

En un día particularmente controvertido para mi como el de hoy, en el que sincronizadas vicisitudes se presentaron para validar lo que realmente representa un día tormentoso, con la cantante calva martirizando mi existencia, el carro que prende y se apaga, los múltiples reclamos de siempre, la imposibilidad de expresarse con total libertad y entendimiento y esta "condenada" lluvia programada para enchumbarnos la piel y el alma justo a las horas pico, al menos resulta grato, saber que el Nacional aún existe y por ahora se encuentra entre nosotros, para permitirnos sentirnos todavía ... gente de bien.