martes, agosto 01, 2006


La Inolvidable Yayita
¡Para quererla por siempre!
Es verdaderamente especial, de esos seres que definitivamente hay que quererlos, porque... bueno porque si, porque ni modo, su algarabía, originalidad y modo de ver la vida, forma parte de nuestra esencia.
Del venezolano bonchón, buena gente, solidario, jodedor. Así es "yayita", una ráfaga de aire fresco que insufla aire en nuestras vidas (aunque a veces el aire esté enrarecido por haber estado de farra la noche anterior,¡jeje!). Una joven de hoy, moderna, desinhibida, que se debate entre el rigor formal de la vida cotidiana, su particular vida familiar, desbordada sensualidad y las exigencias propias de su vida personal.
Una "niñita" encerrada en el cuerpo de una mujer, con sus deseos, sueños y esperanzas.
Preparada en el área de informática, sin embargo su desempeño torció el rumbo para dedicarse a la asistencia administrativa, con desvíos significativos que dependieron, en buena medida, de las personas a quienes correspondió atender (desde ocuparse de pagar a asistentes domésticas, pagar los servicios del jefe de turno, el colegio del muchachito, mil vainas más, cada tarea a veces más descabellada que otra y sin ninguna relación con sus verdaderas funciones), sin embargo siempre allí, afable, creativa, evitando estar "más ladillada que mojón sin moscas", con expresiones altamente suyas, impregnadas de "personalidad" y una sonrisa siempre en el rostro, esa es Yayita.
Aún ante los momentos más determinantes, aquéllos que ciertamente nunca queremos vivir, como la pérdida de quienes más amamos, ha sabido después de la lágrima, alzar la frente, respirar profundo, seguir adelante, porque ella es así: personalidad, corazón, fibra.
Solidaria, incluso en esos tiempos de dolor, en los que el común denominador deja el pelero, bien por imposibilidad de expresarse ante la tragedia, o simplemente por indiferencia, cuando hace falta la mano amiga, el abrazo fuerte, el amor de siempre.
Porque ella es así, de esos seres mágicos de estar en las buenas y las malas, como debe ser.
Suele ser graciosa, ocurrente, cálida, incluso en medio de las mil y una confusiones que a veces también genera con esa mezcla de inocencia y absurdo de los momentos más algidos.
Por eso quiero que sepas, Yaye, que, "eventualmente", estando tan cerca y estando tan lejos, entre corneta y corneta, no sólo anuncias que allí estás, sino que además, allí van besos, recuerdos, cariño, verdad y afecto, amalgamados en un gesto, encerrados en ejercicio de un simple acto reflejo (el tocar corneta) lleno de amor, y sabes algo? no hay palabras ni modos o maneras como pagar eso, como retribuir el afecto implícito en ese aparente gesto, que sólo tú y yo, en la complicidad que ambos conocemos muy bien.
Henry, un gran afecto de siempre, alma especial plena de luz y calor, hoy especie de duende travieso que anida ahora entre nosotros, porque su presencia se transmuta y permanece, te quería muchísimo y disfrutaba , como yo, también de tus ocurrencias y de esa "sabrosura" natural para bailar al son del trópico.
Para él Yayita y Sirioski (otra amiga del alma, de quien también espero tener oportunidad de escribir) eran como el sol y la luna, como el agua y la sed, es decir... simbióticas. Y tenía razón. Las dos son fuente permanente de afecto y solidaridad constante.
Gracias por la sonrisa fresca, los brazos abiertos y el calor de amiga.
Gracias por compartir conmigo tantos momentos de auténtico dolor y maravillosa alegría, por vivir "situaciones extremas" de esas que tú y yo sabemos, atesoramos y recordamos, gracias por los chistes, las expresiones tan tuyas, tan nuestras...y aunque no te hubiera escrito con anterioridad, ello no implica descuido, olvido o desatención.
Por el contrario, sólo trataba de esperar el momento oportuno, para poder contar con las palabras precisas para convalidar tanto afecto, tanta emoción y con ello expresar, una vez más... ¡Gracias por todo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué belleza!! ¿Habrá recibido esa amiga Yayita tanto amor? Espero que sí. Es rico saber que a uno lo quieran de esa forma, y sobre todo, como dejas ver, aceptándonos tal cual somos, y estar en las buenas y en las malas. Qué lindo resulta compartir tantos buenos deseos y tanto cariño. Es un honor ser tu amiga, definitivamente. Un abrazo, MIGUELINA 07/05/07