jueves, abril 12, 2007

A puro dolor con Guadalupe Victoria Yolí Raymond, La Lupe...




Guadalupe Victoria Yolí Raymond, conocida como La Lupe, fue una cantante nacida el 23 de diciembre de 1939 en Santiago de Cuba y fallecida el 29 de febrero de 1992 en Nueva York.
La Lupe se introdujo en el mundo de la música cantando en distintos locales habaneros, una vez terminada, por exigencia paterna, su carrera de magisterio. En 1959 formó, junto a su primer esposo, Eulogio "Yoyo" Reyes, el Trío Tropicuba, que comenzó a presentarse de forma permanente en un legendario bar de La Habana, llamado La Red. Su forma de cantar, llena de energía y con un cierto toque estrafalario, la hizo famosa casi inmediatamente en la ciudad. Prueba de ellos son sus primeros dos discos: Con el diablo en el cuerpo e Is Back. Exiliada de Cuba, pues su forma de cantar no era bien vista por el nuevo régimen revolucionario que se había instalado en el país, viajó a Miami y, a los pocos meses, a Nueva York, donde empezó a cantar en un bar de Midtown: La Barraca. Allí fue "descubierta" por el percusionista Mongo Santamaría, con el que grabó el disco Mongo Introduces La Lupe (1963). Ciertas desaveniencias con Santamaría fueron aprovechadas por Tico Records para formar un tándem con Tito Puente que grabó cuatro discos que tuvieron un éxito inaudito y la catapultaron al estrellato.
Mucho más famosa que Celia Cruz en los años 60, el éxito de La Lupe se debió en parte a su canto aguerrido, su peculiar y única manera de afrontar el bolero y la cada vez mayor influencia de una música latina alejada de los formalismos de salón que imperaron, en los años 50, en la ciudad de los rascacielos. Ese canto arrabalero, más propio del barrio que de un salón de baile, halló en La Lupe su mejor exponente femenino.
Viajó por muchos países de la región y fue cartel principal en los reputados carnavales de Caracas, en los que ganó premios a la mejor cantante y llenaba el aforo de sus presentaciones. En Nueva York fue la primera cantante latina que actuó en el Carnegie Hall y el Madison Square Garden, tal y como lo recuerdan muchas publicaciones, entre ellas The Village Voice.
En los años 70, sin embargo, varios factores incidieron para que su estrellato decayese. Su vida personal y sentimental era un auténtico terremoto (ella era santera y muchos de sus "padrinos" se aprovechaban de su influencia y dinero; su segundo esposo, Willie García, empezó a desarrollar un cuadro esquizofrénico que la obligó a gastar ingentes sumas de dinero en tratamientos médicos), sus hábitos dispensiosos hacían que, por ejemplo, gastase los 20.000 dólares que ganaba en un concierto en un nuevo abrigo de piel y la consolidación de un fenómeno llamado salsa contribuyeron a que sus producciones musicales fuesen perdiendo relevancia.
En 1974 el sello disquero Tico Records fue adquirido por Fania Records y sus directivos, que habían logrado que Celia Cruz se mudase a la ciudad y formase parte de las portentosas Fania All Stars, decidieron dejarla a ella en un segundo plano. Esto, además, fue fortalecido por una pelea que tuvo con Cruz, al afirmar La Lupe que el marido de la cantante, Pedro Knight, era santero (palero, para ser más precisos). La conversación que sostuvo con la periodista fue "off the record", pero salió publicada en El Diario/La Prensa. Parece ser que Celia Cruz le dijo a Jerry Masucci (capitoste de Fania) a modo de ultimátum: "o ella o yo".
En 1978 La Lupe pedía encarecidamente finalizar su contrato con Fania, para poder así buscar acomodo en otra casa disquera. Tito Puente, incluso, intercedió para que eso sucediera, pero la respuesta que recibieron fue la propuesta de grabar un disco, La Pareja, de desigual factura y poca relevancia entre el público. La casi nula publicidad que recibió la grabación contribuyó a que el esperado retorno de la cantante fuese sólo una ilusión.
Pobre, con su mansión hipotecada, se mudó a Puerto Rico durante unos meses mientras esperaba recibir algún contrato para cantar en los escenarios. El viaje a Puerto Rico le trajo problemas con varias cadenas televisivas, así que optó por regresar a Nueva York.
Cayó en la miseria y logró sobrevivir gracias a la ayuda de subsidios. A finales de los 80 se convirtió a la religión evangelista y compuso e interpretó canciones que fueron recopiladas en unos cassettes que es probable que sean editados algún día bajo el título de La Samaritana.
El 29 de febrero de 1992 sufrió un paro cardiaco fulminante mientras dormía en un pequeño apartamento que compartía con su hija Rainbow en el Bronx. Le sobrevivieron su esposo William García, su hija Rainbow y su hijo Rene Camaro (cuyo padre lo fue Eulogio Reyes). La tumba de La Lupe "Yiyi", se encuentra en el cementerio St. Raymond's del Bronx.
Su trayectoria, prácticamente olvidada por una generación adormecida por la mal llamada "salsa romántica", fue rescatada por la comunidad gay hispana y la inclusión de varios temas suyos en películas de renombre.
Entre sus numerosos admiradores se cuentan el fallecido escritor cubano Guillermo Cabrera Infante y el director de cine español Pedro Almodóvar, que incluyó en la banda sonora de sus películas algunas interpretaciones suyas ("Puro teatro", por ejemplo, suena en Mujeres al borde de un ataque de nervios). De hecho, en España La Lupe es comúnmente asociada con el director manchego, algo que ponen de manifiesto los títulos de una serie de discos recopilatorios publicados por el sello canario Manzana Records: Laberinto de pasiones (probablemente la opción ideal para los que quieran conocer someramente el trabajo de la cantante cubana), Al borde de un ataque de nervios y La ley del deseo (todos ellos, títulos de películas de Almodóvar).
En 2002, la ciudad de Nueva York bautizó como "La Lupe Way" la antigua calle East 140 del Bronx, en memoria suya.
La Lupe aparece como personaje dentro de la novela La isla de los amores infinitos (Grijalbo, 2006), de la escritora cubana Daína Chaviano --obra ganadora de la Medalla de Oro en el certamen Florida Book Awards 2007 y traducida a 18 idiomas.

Sus más sonados éxitos...
"Puro teatro"
"Qué te pedí"
"Besito pa' ti"
"Once We Loved (Se acabó)"
"Fever"
"La mala de la película"
"Carcajada final"
"Quisqueya"
"La tirana"
"Unchained Melody"
"No me quieras tanto"

Discografía Completa

Con el diablo en el cuerpo (Discuba, 1960)
La Lupe is Back (1961)
La Lupe y su alma venezolana (Tico, 1966)
A mí me llaman La Lupe (1966)
The Queen Does Her Own Thing (Roulette, 1967)
Dos lados de La Lupe (Tico, 1968)
Reina de la canción latina (Tico, 1968)
La era de La Lupe (1968)
La Lupe es la reina (Tico, 1969)
Definitivamente La Yiyiyi (Tico, 1969)
That Genius Called The Queen (Tico, 1970)
La Lupe en Madrid (Tico, 1971)
Stop, I'm Free Again (Tico, 1972)
¿Pero cómo va a ser? (Tico, 1973)
Un encuentro con La Lupe (Tico, 1974)
Única en su clase (Tico, 1977)
En algo nuevo (Tico, 1980)

Con Mongo Santamaría

Mongo Introduces La Lupe (Riverside, 1963)

Con Tito Puente

The King Swings, the Incredible Lupe Sings (Tico, 1965)
Tú y yo (Tico, 1965)
Homenaje a Rafael Hernández (Tico, 1966)
El rey y yo (Tico, 1967)
La pareja (Tico, 1978)

(Nota: Todos sus discos fueron reeditados en CD. Sin embargo, es poco probable conseguirlos con facilidad, así que vale la pena comenzar por sus recopilatorios). (Wikipedia)

(La Lupe: legendaria, irrepetible..
Reinaldo Cedeño Pineda, Rebelión)

Atrapada en La Red
En 1955, La Lupe se traslada con su familia para La Habana –su padre andaba con problemas nerviosos- y ella ya tenía el título de maestra, aunque no ejerció. De su etapa de estudiante en la Escuela Normal, la recuerda Norma Esther Silva Gaínza:
“Cierta vez en que llovía y mientras esperábamos, Pacho Alonso que también estudiaba allí, comenzó a dar tumbas en el asiento. Lupe se subió a la mesa y empezó a cantar, a bailar con aquella gracia de ella. Cuando los profesores llegaron, fue tremendo…”

En 1958 su carrera musical se impulsa como integrante del trío Los Tropicubas. El músico, Eulogio “Yoyo” Reyes había quedado rendido a sus pies y se convertirá en su primer esposo… pero ni el trío ni el matrimonio podrán ponerle riendas a una Lupe incontrolable dentro y fuera del escenario. Y aquello se quiebra.
La Lupe, independiente de nuevo, se convierte en solista. Actuó en Le Mans y en el night club La Red. En este último “fijó su cuartel general, donde cada noche recibía a los fanáticos de su estilo agresivo y teatral”.
Aún el lugar existe, en L y 19, en el corazón de La Habana; pero del “fantasma” de La Lupe, no queda rastro.
Al parecer, la primera constancia escrita del apelativo con el que se le conocerá para siempre, La Lupe, se debe al periodista Rafael Caselin.

La musicóloga Alicia Valdés habla de un “original estilo de canto que combina carcajadas, llanto, gritos y movimientos corporales desmedidos y sexuales con desprendimientos violentos de prendas de vestir como los zapatos que utilizaba para golpear a su pianista acompañante”.

El periodista Diego Manrique cita a Guillermo Cabrera Infante, en un artículo publicado en El País, en marzo del 2000:
(…) salía una mulata que daba la impresión de ser a la vez fornida y delicada… Pero se convertía de pronto en un temblor demente, en una incursión trepidante, en un verdadero ataque. La cantante misma primera parecía poseída por el demonio del ritmo… Hoy tengo el diablo en el cuerpo…La cantante ahora se golpeaba, se arañaba y finalmente se mordía las manos, los brazos. No contenta con este exorcismo musical, se arrojaba contra la pared del fondo, dándole trompadas con los puños y con uno o dos cabezazos se soltaba literal y metafóricamente el moño negro. Tras aporrear el decorado, atacaba al piano y agredía al pianista con una furia nueva. Todo ello (…)sin dejar de cantar ni perder el ritmo (…).”

Un testimonio singular nos entrega la profesora universitaria e investigadora, Daysi Cué Fernández. En 1961, era una estudiante de sociología de la Universidad de Oriente, que llegaba a La Habana con sus compañeros, a propósito de una exposición:
“Por la noche, aprovechábamos para recorrer la ciudad…. En una de esas salidas por El Vedado, fuimos a dar, ya en la madrugada, a La Red. En aquel momento, La Lupe era la estrella del lugar. Casualmente iba en el grupo, un muchacho que había sido su compañero de estudios de la Escuela Normal de Santiago, y la Lupe se sentó con nosotros en la mesa.
“Me llamó la atención que la conversación de ella era la de una persona educada, culta, no lo que uno se podía imaginar viéndola actuar. Era muy correcta, al menos lo fue ese día, y no me pareció una mujer vulgar.
“Cuando empezaba a actuar se transformaba y todo lo que se dice es verdad: se pellizcaba, se mordía… desbarataba el mundo; pero lo hacía con una sinceridad que no te daba la impresión de que era una pose de escena.
“No me pareció nada impostado, o una imagen que se tratara de vender. Ella sentía así, y así lo manifestaba. El cabaret se llenaba, porque a todo el mundo le interesaba verla, era un espectáculo.
“La Lupe era un torbellino. Creo que tiene que haber existido muy buena identificación entre ella y los músicos, para soportar todo aquello. Lupe iba contra todos los cánones del período. La Lupe contagiaba y es una artista irrepetible”.

“La canción de Fidel”
En 1960, la artista graba su primer disco, nunca con mejor título: Con el diablo en el cuerpo (LP-DISCUBA).
Por suerte, estos temas –y la interpretación de su vida desde el teatro- han permitido un acercamiento de las más recientes generaciones de cubanos a La Lupe, tras ser reeditado en el 2003 para la colección Las voces del siglo (Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales: EGREM).
Caía un terrible silencio, y La Lupe dejó de ser alguien de la que se oyó hablar alguna vez, para sobrepasar el estigma: “¡aquella loca que daba zapatazos al pianista!”… y hacerse tangible.
Cuando se le escucha en Con el diablo en el cuerpo, o en Fiebre hay que andar preparado para soportar la descarga volcánica que le sale de la garganta… y cabe imaginársela, mientras suena su grito de combate: Ay yiyiyi. Aquel rescate de la EGREM, incluye una imagen de La Lupe muy joven, sonriente y tranquila, de brazos de Pacho Alonso y Benny Moré.
Que el fonograma original fue un éxito, lo demuestra el Disco de Oro de la Popularidad entregado por la firma RCA Victor. En la propia revista Bohemia (octubre 22, 1961) hallamos un comentario revelador:
Nadie puede afirmar ni negar nada sobre La Lupe antes de escucharla y aún después hay que escucharla de nuevo. La Lupe es un caso de arte considerado como sensación pura y por eso todo el mundo necesita tener siempre cerca del tocadiscos un longplaying de La Lupe. (…) La Lupe es una de las cuatro mujeres de este universo que cultivan y dominan el arte nervioso: Lola Flores, Carmen Amaya, Adelia Castillo y La Lupe (…)
Aún habrá más relacionado con esta producción de estreno, una verdadera joya, en la que un equívoco hace increíble guiño a la realidad (Bohemia, julio 23, 1961):
Cuando decíamos que La Lupe iba a llegar muy lejos, no pensábamos en tanto. Por ejemplo, la semana pasada, sin moverse de La Habana, su nombre era ya muy comentado en Praga (…) Resulta que en el disco de larga duración salido, La Lupe canta “Fiebre” y en mitad de la canción, lanza dos o tres veces el título original: Fiver. Los checos han entendido que lo que quiere decir Lupe es “Fidel” y llaman continuamente a Radio Praga para que pasen “la canción de Fidel”.
El naciente proceso revolucionario lo sacude todo y se radicaliza frente a muchos desafíos. Los centros nocturnos son nacionalizados, y La Red no es excepción. A la luz del nuevo contexto, se reaviva la polémica sobre La Lupe y algunos reinterpretan su estética “marginal”, su “arte nervioso”… más allá del cabaret.
Todavía hay quienes recuerdan con asombro sus presentaciones en la televisión cubana que “puso los pelos de punta”. Aquellos excesos no le ganarían buena fama; aunque tal vez otros demonios se desencadenaron.
La Lupe parte de la Isla hacia México en 1962… Sin embargo, aquellos impulsos no le abandonaron.
Antonia Rey, actriz cubana confesó que: “A veces había que darle oxígeno cuando salía del escenario, porque no podía respirar. Ella era demasiado intensa”. La mismísima Lupe declaró alguna vez: “Yo creo que le gusto a la gente porque hago lo que ellos quisieran hacer, pero no se atreven”.
¿Hasta dónde aquella fiebre no era más que teatralidad, un recurso escénico llevado al límite? ¿Hasta dónde era el impulso de los demonios que la asfixiaban? ¿Hasta dónde fue resultado de las drogas que unos dicen usó y que otros fervientemente niegan?

El tiempo se encargará de despejar las verdades, aunque los mitos nunca puedan asirse definitivamente.
Y lo cierto es que cada aparición suya se convertía en un suceso, que en sus mejores demostraciones, la interpretación de La Lupe no aparece rasgada por la excentricidad.

Lo que sobrevendrá a continuación, cabalgando en la gloria, es historia sabida. A veces, su vida parece un culebrón y otras una tragedia. De tierra azteca, La Yoli va a probar sus condiciones en Nueva York, lugar de triunfos y angustias para tantos latinos.

Sus primeros éxitos están al lado de Mongo Santamaría, luego las palmas junto a Tito Puente con quien hace “la mancuerna perfecta”.

Rinde al Madison Square Garden y al Palladium, se le consagra como Reina de la Canción Latina, pues lo mismo hizo un montuno que un joropo, un guaguancó que una copla, un merengue que un mambo o ¡un bolerazo!, más de uno… todo a su manera.

Tite Curet pone en su alma, “Puro teatro” y “La Tirana”, mientras ella se compra una mansión y no escatima en pieles, en joyas, que es su oportunidad, que no nació en cuna de oro.

La periodista venezolana Lil Rodríguez, voz autorizada sobre la música del Caribe, nos ha dicho que: “fue Venezuela la casa de sus glorias. Acá la amaron hasta la locura hombres de radio y productores de televisión que en mucho ayudaron para la promoción de su trabajo”.
Y allí queda su disco junto a Ramón Brito y tantos recuerdos…

Luego, a descender la pendiente, que tanta vida desbordada lo aceleró todo. Y cuando sobrevino la venta de la empresa discográfica con la que había grabado (Tico) a la Fania, La Lupe no pareció encajar.
Hay tantas cosas por preguntarte, ya imposibles…

Luego, la caída en la casa, el accidente que la llevó a una silla de ruedas, el incendio de su hogar.

Ay, Lupe.

Y su retiro a un modesto apartamento, la “cura milagrosa” en una iglesia evangelista y su decisión de elevar su canto solo a Dios, rechazando cualquier contrato… una historia cinematográfica, pero absolutamente real.

La Yiyiyi: ese carácter que salió de la esquina a la fama universal.

Hoy una calle de Nueva York lleva su nombre: La Lupe Way.

Lupe Victoria Yoli Raymond: i rreverente, marginal, hiriente, trepidante, teatral, visceral, impúdica, salvaje, ciclónica, agresiva, demente, sensual, escandalosa, excitante, única, truquera, descarada, excéntrica, legendaria, irrepetible…

Sobre todo eso: legendaria, irrepetible.

Aquí les dejo con dos de sus himnos..."qué te pedi y la gran tirana"

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sorprendente la vida de esta mujer! Es una pena que aún no pueda disfrutar del audio, para conocer mucho más de ella. Ya tengo curiosidad por saber cómo cantaba. Curioso, pero nunca antes había oído hablar de ella, pese al legado que ha dejado, según comentas. Siento que en este rincón me lleno además de gozo por encontrar una mano amiga, puedo hallar, además, un cúmulo de sabiduría artística, propia de los seres especiales que conforman este microuniverso. Conociendo de la vida de otros también aprendemos, narrada así de esta manera, hasta podría hacerse una película. Si nos detenemos a mirarnos en ese espejo, podemos llegar a darnos cuenta lo efímera que es la vida, que ésta nos da tumbos, ascendemos, caemos y volvemos a seguir hasta el último respiro...sonó fuerte, pero es la verdad, a mi parecer. Un saludo desde acá, este otro rinconcito desde el cual se te lee y se te quiere. MIGUELINA

FEVC dijo...

Super intensa, temperamental,
vehemente, puro sentimientro desgarrador, LA LUPE constituye todo un ícono del bolero,desamor,
desapego y trópico,yo me atrevería a expresar que "ella se transformó en leyenda", junto a Celia Cruz, Olga Guillot, Daniel Santos, Felipe Pirela, Billo Frómeta, Amador Bendayán, Rocío Dúrcal, Mario Moreno Cantinflas y Rocío Jurado, por nombrar algunos grandes de siempre...
Que no la conozcas,bueno,es posible, por tu edad, pero te aseguro que don José y doña Roselia si la conocieron, de seguro. Tampoco creas que es que yo soy una momia,pero mi interés por la música,el cine,espectáculo,
lectura,etc siempre me han llevado más allá, en especial, este mundo tan apasionante y tan nuestro de latinoamérica en relación al bolero,el amor y desamor...
Gracias por el comentario,por estar al pendiente de todo cuanto escribo y erigirte en una suerte de "cómplice fija,lectora aguda y persistente",gracias por ello...de verdad. A veces me desanimo de pensar que pareciera no interesarle a nadie lo que escribo, por no encontrar comentarios, y entonces,
afortunadamente estás ahi, leyendo,comentando...
y no se trata de vanidad o petulancia,sino que de verdad,si no hay receptor,no existe comunicación y en consecuencia no tendría sentido el blog, debiendo dejar de escribir,lo que realmente no quisiera tener qué hacer
...¡Besos agradecidos con el cariño de siempre!

Anónimo dijo...

Hola Freddy!! pequeña confusión con los nombres, mi mamá se llamaba Graciela, Roselia es mi hermana mayor que está en Italia, pero no te preocupes, a cualquiera nos pasa. Por los momentos, me encanta ser tu receptora y lo de cómplice lo tomaré como un cumplido. No desanimes, recuerda las bajadas y subidas de la vida, cuando menos pienses, los amigos de siempre, aparecerán de nuevo para seguir iluminando nuestros días,(OJO, y me incluyo). Por cierto, FELIZ DIA para tí. Ojalá y no tenga que prescindir de este placer enorme del cual me has hecho acreedora.Por cierto, en estos días escuché un tema de la Oreja de Van Goh y me gustaría cuando puedas que lo postearas, se titula: "Puedes contar conmigo", muy propicio por cierto para la ocasión, no crees? Te quiero mucho Freddy, de pana.MIGUELINA

FEVC dijo...

Es cierto, gracias por la aclaratoria,no sé como pude confundirme,debe ser el alma...naque, que no perdona(ja,a,ja). Respecto al tema,claro que lorecuerdo y en cuanto pueda, lo posteo. Lo de cómplice, es un cumplido. Saludos afectuosos y gracias...por todo.

Anónimo dijo...

Al fin la pude escuchar, y solo así comprendo el honor que le has concedido a esta maravillosa mujer de estar acá en tu blogg, estoy sorprendida de cómo haces para indagar tanto sobre este mundo artístico, el cual yo creía conocer al menos, lo indispensable,pero aquí encuentro que estoy en pañales. Gracias a Dios cuento contigo, así aprendo cada día, de todo un poco. Qué grande y cuán grato ha sido encontrar otros aspectos de tí que no conocía, nunca es tarde para seguir aprendiendo, ¿verdad? Mil gracias por todo. TQM. MIGUELINA

FEVC dijo...

Gracias a ti amiga, por volver a pasar y estar al pendiente de disfrutar esta posibilidad de compartir tantas vivencias propias y ajenas.Se te quiere. Besos.