Azúcar!!!!!

A ella, la inigualable, única e indiscutible reina, no sólo del Carnaval,sino además, de cualquier festividad que involucre la alegría, la música, el divertimento, el buen rato y la fuerza de voluntad.

Pionera de la salsa, de la que fué su más fiel exponente y la abanderada de las talentosas mujeres que le siguieron dentro de este díficil género musical.

Poseedora de un talento innato e indescriptible, que le permitió paseartse además por la guaracha, ganándose el mote de La Guarachera de América, además del guaguancó, bachata, bolero, música disco, hip hop, y cuanto género se le presentara, siempre con excelencia y magistral tino.

Con una camaleónica presencia, que le permitía lucir siempre impecable y distinta, sea con canutillo, lentejuelas, mantas, plumas, afro, trensitas, pelo lasio y sorprendentes coloridas pelucas, que la identificaban como toda una reina del show bussines, dueña del aprecio,consideración y afecto, no sólo del público latino, sino del más elevado nivel de público diverso a lo largo de todo el mundo, que la aplaudió a rabiar y bailó hasta el cansancio sus contagiosas interpretaciones.

Incluso quienes no la conocieran (cosa poco probable, podrían haber pensado que lo hacía para llamar la atención, pero al apreciar su talento, escucharle y verle de inmediato, se percataban de la integralidad y presencia, la magia eterna de esta estrella indiscutible de la música afroamericana; la inolvidable e inimitable Celia Cruz.

Desde niño me sorprendió y gustó su especial estilo, mis abuelos y padres leadoraban, de joven seguí y bailé sus temas con interés y ya siendo adulto le amé, al amarla con locura alguien que también amé.

Por eso, nada mejor que este momento para homenajear y recordar a esa eterna figura, cuya presencia hizo furor de varias generaciones, a ese torbellino de alegría cargado de dulzura, cuya Azúcar hizo las delicias de nuestra vida y jamás faltó en una fiesta algún tema suyo para alegrar la velada.

Alegrémonos aqui en la tierra y elevemos una plegaria musical aqui en la tirra, mientras ella, allá en el cielo, se encarga de alegrar, con su voz, temperamento y particular estilo, los míticos carnavales celestiales de la posteridad...