jueves, agosto 17, 2006



Entre caídas se aprende
No hay mejor forma de aprender, que equivocándose, confrontando la realidad...
Desde chicos, aprendemos a caminar, cayéndonos.
De ahí en adelante, la mayoría de las veces, sobre la base del error y ensayo, nos formamos una primera apreciación de la vida.
Siendo adolescentes, al desafiar los consejos de nuestros padres, porque ciertamente, nadie aprende en cabeza ajena, terminamos aprendiendo, al final del camino, que ellos tenían razón (aunque no siempre se lo reconozcamos) (porque ellos también se cayeron y aprendieron, no crean que es por sabios!)
Aprendemos a confiar, después que nos traicionan.
A amar, una vez vencidos mil temores, aplacadas las inseguridades, soltadas las amarras y lanzándonos finalmente a la mar, sin importar el naufragio o certera llegada al destino ansiado.
En medio de la tormenta, nos guarecemos de ella y calmamos nuestros apresurados latidos, para dar lugar a la calma y con ella el restablecimiento de nuestro torbellino interno, convirtiéndolo en paz.
No es fácil lidiar con nuestros demonios, pero una vez los conocemos, reconocemos y admitimos, aprendemos a aplacarlos, a vivir e incluso interactuar con ellos en nuestra atribulada vida cotidiana.
Solamente de ese modo, podemos dar cabida a nuestra particular existencia, convirtiéndola en "vida propia", abriendo las ventanas y puertas de nuestra mágica morada, para dar paso al sol del día, la brisa fresca de la tarde, los románticos atardeceres en la colina que adorna su patrio trasero, en medio de una hermosa y plácida luna, unos días modesta, otras oculta, radiante u ostentosa, coqueteando incluso con millares de estrellas para alumbrar la senda y hacer del "transitar para la búsqueda de nuestro particular destino", un mágico viaje, donde la esperanza es el norte y el próspero porvenir, la premisa de un ansiado y certero destino. Ese que se anida en el fondo de nuestros corazones, aún donde yacen las esperanzas rotas y los sueños perdidos, para avivar razones que los hagan perfectiblemente humanos y!tremendamente posibles!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bello escribes, Freddy!! Tal como te había dicho en una oportunidad, el tiempo de Dios es perfecto, y para mí resulta mágico encontrar estos escritos justo en este momento de mi vida, pues viene a ser un bálsamo que refresca el malestar de las vicisitudes confrontadas del día a día. Vivimos en una lucha interna enorme(nuestros demonios o monstruos), sin embargo ello nos permitirá ver con claridad, hacia dónde vamos, una vez que los vencemos o aprendemos a convivir con ellos o aplacarlos, como bien dices. Solo ahora comprendo por qué te gustó tanto aquellas líneas de Renny Yagosesky, todo pareciera compaginar de tal manera tu sentir... "transitar para la búsqueda de nuestro particular destino", un mágico viaje, donde la esperanza es el norte y el próspero porvenir, la premisa de un ansiado y certero destino. Ese que se anida en el FONDO DE NUESTROS CORAZONES, aún donde yacen las esperanzas rotas y los sueños perdidos, para avivar razones que los hagan perfectiblemente humanos y!tremendamente posibles!" Recuerdas? "NO HAY TESORO SINO AL FINAL DEL ARCOIRIS, EN EL FONDO DE LAS MINAS, AL INTERIOR DE LAS OSTRAS Y EN LO PROFUNDO DEL CORAZÓN..." Gracias Freddy, por permitirme estar aquí, realizando este maravilloso viaje. Saludos MIGUELINA 16/05/07