viernes, agosto 18, 2006

Animal de Costumbre...




El Hombre, en su sentido más genérico, sin discriminación sexista ni bolivarianismo alguno, dicen y con sobrada razón, es un animal de costumbre.
Nos acostumbramos a todo, tanto así, que hasta dejamos de ser quienes somos en aras de lo que nos acostumbramos a ser.
Desde chicos nos manejamos, a través de costumbres aprendidas, que por fuerza consuetudinaria, termina conviertiéndose en razón y motivo de nuestros modos de actuar y de pensar, al punto de condicionarnos de tal modo, que no logramos deslastrarnos de esas conductas aprehendidas por haberlas hecho parte nuestra.
Nos aterra el cambio, nos resistimos a él de manera tan firme y desesperada, que la simple posibilidad de cambiar, nos paraliza e imposibilita pensar y asimilar con justeza cuándo éste además de necesario,resulta inherente a nuestro efectivo desarrollo.
Para colmo de males, terminamos acostumbrándonos... a lo malo...
Olvidamos la no discriminación por sexo, raza, culto o religión, las reglas de cortesía, las normas del buen hablante y oyente, los principios de solidaridad ciudadana y ni hablar del manual de carreño!, que vá, como eso es de la IV República, producto del escualidísmo, hay que defenestarlo.
Hoy día la premisa es irrumpir intespestivamente, sin permiso, ordenar, gritar y exigir a los demás sin pedir las cosas de a favor, considerar tener la razón pior encima de cualquier circunstancia , en fin, nos hemos convertido, genéricamente (porque afortunadamente creo que aún habemos honrosas excepciones) en un hazmereir de gente, producto de una "comiquita de país". De ahí el por qué la certeza del adagio aquél de que "los pueblos tienen los gobernantes que se merecen!, por lo que lamentablemente, al salir a la calle, escuchar y ver la actitud de la gente en la calle, sobre todo de aquellos que se creen mayorìa y piensan erróneamente que "al fin son tomados en cuenta", me convenzo más de que por lo pronto pareciera que aqui no hay nada que hacer, de que tenemos lo que nos merecemos y pareciera que por más de tiempo del que a mi gusto quisiera.
Asi las cosas, ante un panorama como ese, creo que más que fusionarnos, compenetrarnos y reconciliarnos, lo que necesitamos, es un exorcismo y la posibilidad cierta de creer...¡que aún los milagros existen!

(Perdonen por favor el pesismismo y la desesperanza, ¡aún siendo viernes de estreno!)

5 comentarios:

Daniela dijo...

Hola amigo...pasé por tu blog, me gusta mucho, te dejo un abrazo.

Oswaldo Aiffil dijo...

Hola FEVC! Pasando a leerte. Me pasa lo mismo que a ti muchas veces. Me acuesto triste como hace poco, cuando tuve que ir al centro de la ciudad a tramitar el pasaporte y lo que ves es tan bizarro y surrealista que te preguntas si ese es el país que te mostraron tus padres. Y si no es asi, ¿donde está ese país decente que todos añoramos? Pero cuando me despierto renace en mi la esperanza. Yo no me siento conforme con lo que veo y pienso que no soy el único, habemos muchos mas. Que estamos en un estado de letargo, cierto, pero debemos despertar y seguir sembrando, que la cosecha ya llegará. Un abrazo!

FEVC dijo...

Gracias oswaldo. Con Comentarios como el tuyo sientes que vale la pena, pero ¿sabes? cuando sales a la calle y escuchas y ves al "grueso de la gente", es imposible evitar invadirse por la desesperanza y sentir que pareciera que los tiempos de cambios, aún no llegan. Y eso entristece hermano. ¡Abrazos!

FEVC dijo...

Gracias Daniella, por el abrazo y el comentario, también tuve oportunidad de "ojear" los tuyos,porque en este momento voy de salida, pero prometo detenerme a disfrutarlos,porque de entrada me agradaron mucho. Abrazos y besos para ti, también.

Anónimo dijo...

Como bien dices... afortunadamente existen honrosas excepciones. Es triste ver cómo nos acostumbramos a lo malo... Pero se hace necesario que haya un despertar, para mí, éste se encuentra más cerca de lo que nosotros mismos podemos pensar, quizá sea porque sigo creyendo en milagros, o simplemente me llena saber que aún hay esperanza, ésa que nunca debe faltar...hay que tener esperanza y mucha fe. Aunque esa "mayoría" pareciera ser aplastante por parecer el común denominador en los actuales momentos, quienes aún creemos ser la excepción no podemos desfallecer, ni mucho menos doblegar nuestra fuerza. Debemos continuar en pie de lucha. Es mi humilde opinión...Un saludo desde este maravilloso rincón. MIGUELINA 16/05/07