lunes, septiembre 01, 2008

Otra reflexion no esta de mas!...Los tuyos,los mios y los nuestros!



El Mundo / Lunes / Caracas , 01 de Septiembre de 2008


Nosotros y los otros
«Nuestra clase media continúa metida en los claustros del hiperconsumo y la ignorancia; las burguesías nacionales viven en el nirvana de la opulencia y las clases populares permanecen donde siempre han estado: en el olvido »

JUAN CARLOS SANTAELLA
Estoy convencido de que el derecho a criticar a otros se gana y se merece. Para que ello resulte un hecho cierto y legítimo, tenemos que admitir, en primer término, la existencia del otro y, en segundo término, el respeto acerca de sus ideas. Sobre la base de este respeto se construye la tolerancia y, desde luego, la capacidad de saber estructurar, a partir de las diferencias, una relación fundamentada en el diálogo abierto y la comunicación amplia. Las mentes cerradas y el pensamiento primario nos llevan por caminos caracterizados, básicamente, por su naturaleza dogmática, excluyente y sectaria.

Desde este reducido ámbito, sería casi imposible establecer un mecanismo mediante el cual se pudiesen superar las absurdas barreras que inevitablemente nos separan. La civilidad y el contacto con los otros no alcanzan una debida transparencia, si nos anclamos, de manera ciega y fanática, con doctrinas que sesgan y reducen la interacción humana. Sean doctrinas políticas, religiosas o de cualquier tipo, los lenguajes fracasan toda vez que aquéllas nos someten impidiéndonos una desprejuiciada conexión con los demás.

Más allá de entender los actuales procesos políticos nacionales y los cambios que se están llevando a cabo –buenos o maloslos venezolanos hemos fracasado en la deseada actitud para generar diálogos inteligentes que nos puedan permitir vivir, al menos, dentro de un contexto configurado dentro del respeto y en el apreciable espacio de dignidad. No es que el país se haya exactamente balcanizado o polarizado, como ocurre en Bolivia, sino que la vida nacional, confusa, arrebatada y en extremo resentida, se transformó en un mosaico disperso de voces, optimismos y desencantos disímiles, originando un paisaje prolijo en tribus anarquizadas y llenas de profundos odios. La propia oposición política venezolana es un clarísimo ejemplo de lo antes dicho.

El oficialismo, por su lado, tiene grupos de un radicalismo tal, que la conformación de matrices de diálogo con los sectores que se le oponen, son casi inexistentes. Un tercer sector flota entre la indiferencia y el vivapepismo: los llamados "ni-ni". A éstos les importa un bledo si la nación tuerce su rumbo hacia el norte o hacia el sur, siempre y cuando los mismos puedan seguir satisfaciendo un hedonismo político rayano en la vulgaridad y la inopia. Al parecer, la conducta "ni-ni" no repara en mayores preocupaciones, excepto en montarse sobre los buenos negocios e irse constantemente de viaje a Miami.

"Me importa un carajo lo que ocurra". Este es el eslogan típico de los venezolanos que sólo se preocupan por comprarse una 4 x 4 y guardar suficientes dólares debajo del colchón. Estas tribus narcotizadas por el miedo, la flojera, el desencanto o la falta de una visión histórica mucho más clara, ha profundizado aún más la imposibilidad o la conveniencia del diálogo. Nuestra clase media continúa metida en los claustros del hiperconsumo y la ignorancia; las burguesías nacionales viven en el nirvana de la opulencia y las clases populares permanecen donde siempre han desgraciadamente estado: en el olvido.

La mortal dicotomía "nosotros" y "los otros", fija las interacciones cotidianas.

Mientras, insisto, nuestros lenguajes fracasados sigan etiquetando de "golpistas" a unos y de "comunistas" a los otros, todo el país seguirá percibiéndose como una obsesiva red de comunidades heridas, dispuestas, en cualquier momento, a reaccionar de manera criminal. No habrá inclusión social mientras los venezolanos nos detestemos tal y como hoy lo hacemos. Las inclusiones, así como las exclusiones, se producen primero en la conciencia, en el alma, y luego se hacen pavorosa realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Son muchas las cosas que quiero comentarte de este post, pues viene con un ligadito...suculento!!
La foto...genial!! es tan tierna!!!Los tuyos, los míos y los nuestros me suena a una peli cómica, que si no me equivoco dio origen a una serie ¿o fue alrevés? bueno, en eso no soy muy buena..en saber que fue primero si el huevo o la gallina(jajaja).
Ahora bien, poniéndonos un poquito serios, cuánta profundidad en este artículo que dejas acá, yo lo sintetizaría:
No puede existir buena comunicación si no hay respeto, la tolerancia que a mi parecer, es consecuencia de la primera y por último, en la medida en que seamos capaces de tener una mente abierta tanto para el diálogo, como para aportar soluciones y no seguir siendo parte del problema, ya tendríamos una batalla ganada. Creo que al final quisiste hacer una comparación con este juego de palabras, los tuyos, los míos, los nuestros con "nosotros" y "los otros" enfocando el tema de la inclusión y exclusión, o me equivoco?
Con respecto a las canciones, amigo, te felicito!! están de un rebueno, me encantaron escucharlas, sobre todo, al Ladrón de tu amor. Gracias, mil gracias por traerla , pues creo haberte hecho mención en anterior oportunidad lo mucho que me gusta este tema...es taaaaan romántico. Muchas gracias, de verdad.
Bueno, por hoy debo despedirme, no sin antes recordarte querido amigo, lo mucho que te quiero y lo bien que me hace venir a mi querido rincón.
Gracias por permitirme tomar estas bocanadas de aire...Te dejo mi cariño, abrazos y besitos de buenas noches. Cuídate ok? Tu amiga del alma...MIGUELINA