viernes, agosto 17, 2007

Intolerancia...


"Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza". Antonio Machado (1875-1939) Poeta y prosista español.

Intolerancia (sociología)(De Wikipedia, la enciclopedia libre)

La intolerancia se define como la falta de la habilidad o la voluntad de tolerar algo.

En medicina, intolerancia se refiere a la inhabilidad de ingerir medicamentos o comidas sin provocar reacciones en el organismo.

En un sentido social o político, es la ausencia de tolerancia de los puntos de vista de otras personas. Para un principio social, es demasiado abierto para interpretación subjetiva debido al hecho de que hay una lista de definiciones sin fin para esta idea.

En este último sentido, la intolerancia resulta ser cualquier actitud irrespetuosa hacia las opiniones o características diferentes de las propias. En el plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la perseverancia en la propia opinión, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. Supone, por tanto, cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias ideas o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables (FERRATER MORA,José. Diccionario de filosofía, Ariel, Barcelona, 1980, p. 3267).

Tiene por consecuencia la discriminación dirigida hacia grupos o personas (que puede llegar a la segregación o a la agresión) por el hecho de que éstos piensen, actúen o simplemente sean de manera diferente. Las múltiples manifestaciones de este fenómeno poseen en común la elevación como valor supremo de la propia identidad, ya sea étnica, sexual, ideológica o religiosa, desde la cual se justifica el ejercicio de la marginación hacia el otro diferente. El intolerante considera que ser diferentes equivale a no ser iguales en cuanto a derechos.

Podríamos distinguir también una doble vertiente en la intolerancia. Por un lado estarían los grandes casos de la historia, más o menos conocidos por todos. Pero también es un fenómeno sutil que puede identificarse continuamente en cualquier entorno. La intolerancia, pues, tendría una segunda vertiente más cercana, la cual se halla presente en la vida cotidiana.

La intransigencia para con los demás, para con los diferentes escoge distintos objetos. En cualquier caso, siempre supone una diferencia respecto a lo considerado normal o correcto por quienes juzgan. Es la diferencia en el prójimo, ya se base ésta en características de género, culturales, ideológicas o religiosas, contra lo que arremete el intolerante. Formas comunes de intolerancia son el racismo, el sexismo, homofobia, la intolerancia religiosa y la intolerancia política.

La INTOLERANCIA es el marco mental, la raíz de donde brotan actitudes sociales, políticas, económicas o culturales, y conductas que perjudican a grupos o personas, dificultando las relaciones humanas. Se podría, en consecuencia, definir como todo comportamiento, forma de expresión o actitud que VIOLA o DENIGRA los derechos del prójimo, o invita a violarlos o negarlos.

Uno de los peores males que aqueja a nuestro país es la intolerancia. Sería faltar a la verdad pretender que sólo hay unos intolerantes, específicamente los del bando contrario. Intolerantes en mayor o menor medida hemos sido todos. Desde que se utilizó la expresión musiú para calificar no necesariamente elogiosamente al extranjero o turco para referirse a cualquier persona proveniente del medio oriente, o ñángara, para referirse a los izquierdosos, u oligarcas para caracterizar a todo aquél que tiene dinero, monarcas a los más pobres, sifrinos a los más ricos, escuálido a todo el que no está con el proceso y chavista de m…. al que está con el gobierno y así sucesivamente hemos construido denuestos tras denuestos, una permanente descalificación del otro.

Lo grave es, que ahora en vez de corregir esa mala maña, de muchos venezolanos se institucionaliza desde la presidencia de la república, al desconocerles la categoría de ciudadano de pleno derecho a los que no están con la “revolución” y endilgarles toda clase de epítetos, tales como "contra revolucionarios", "lacayos del imperio",
"fascistas", "golpistas", "tarifados oligarcas","traidores a la patria" y así sucesivamente. Como toda acción genera una reacción, la respuesta no es precisamente devolver la mejilla después de la cachetada.

La esperanza que tenemos, surge del lenguaje que le hemos escuchado a la mayoría de los estudiantes, cuando predican, porque lo creen, la necesidad de que en el país se imponga la tolerancia, la igualdad y la esperanza de poder vivir en paz y armonía.

Hay que hacer un esfuerzo, de lado y lado, para eliminar el uso de los epítetos descalificadores. Se puede disentir, se puede combatir, se puede enfrentar al adversario, pero eso si, reconociéndole su condición humana y respetándole su diversidad.

Venezuela es un gran país, es el resultado de años de mestizaje fructuoso, de luchas por asegurar la libertad y la igualdad, no tiene sentido echar todo por la borda con la patética satisfacción de sentir que un lado del bote en el que vivimos se está hundiendo. Así nunca llegaremos a alcanzar el destino que nos corresponde. Es hora de que todos exijamos que el conocido lema “Venezuela ahora es de todos”, no sea sólo un eslogan aplicable a aquéllos que vistan una determinada franela. Venezuela es de todos, porque sin la ayuda de todos, nunca podremos vencer las cadenas de la ignorancia y del subdesarrollo...

Hoy me dió por ser honesto

Yo quisiera devolverte, todo lo que me has prestado
Esa sonrisa permanente, ese cariño derramado.

Y quisiera parecerme, a ese héroe que reclamas
El justiciero de tus miedos, la primavera de tu cama.

Pero sólo soy un necio, mírame, abrazado a una guitarra
Soy un corazón deshecho, a trozos por la madrugada.

Déjame una copia de la llave de tu puerta
Porque se que es muy posible que mañana me arrepienta
Hoy me dio por ser honesto, aunque se que no me pega.

Y si vuelvo volveré porque encontré un millón de estrellas
Que poner en mi mirada cuando roce tu entrepierna
Cuando consiga volar a la altura en la que besas.

Porque eres tu la que me da
Ese gustito de agua que me quita la sed
Porque eres tu la que me da
Ese cachito de cielo que me obliga a volver
Porque eres tu la que me da, la que me da,
La que amasa mi pena y la empapa de miel.

Y me siento tan pequeño, enfrentado a tu mirada,
Tu pasión sigue creciendo, y a mi me ha caducado el alma.

Déjame una copia de la llave de tu puerta
Porque se que es muy posible que mañana me arrepienta
Hoy me dio por ser honesto, aunque se que no me pega.

Y si vuelvo volveré porque encontré un millón de estrellas
Que poner en mi mirada cuando roce tu entrepierna
Cuando consiga volar a la altura en la que besas.

Porque eres tu la que me da
Ese gustito de agua que me quita la sed
Porque eres tu la que me da
Ese cachito de cielo que me obliga a volver
Porque eres tu la que me da, la que me da,
La que amasa mi pena y la empapa de miel.

Porque eres tu la que me da
Ese gustito de agua que me quita la sed
Porque eres tu la que me da
Ese cachito de cielo que me obliga a volver
Porque eres tu la que me da, la que me da,
La que amasa mi pena y la empapa de miel.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buen post, querido amigo!!totalmente de acuerdo contigo. Ojalá y muchos se detuvieran aquí para reflexionar sobre ello. El paso más difícil es reconocer que de parte y parte hemos caído en el juego de la intolerancia, sin embargo, el darnos cuenta que si seguimos así, no estaremos contribuyendo en nada a salir de ese grave error. Venezuela es de todos y entre todos es como lograremos seguir adelante, respetando nuestras diferencias y de algún modo, seguir siendo el país, que pese a todo puede llegar a vivir en paz, que tanta falta nos hace... Saludos y un abrazo fuerte, corazón. MIGUELINA

FEVC dijo...

Ojalá, querida amiga, nos detuviéramos a pensar sobre ello y más que eso, actuáramos,
reaccionáramos ante la intolerancia
y nos levantáramos en una cruzada por el respeto que incluso nos merecemos cada uno de nosotros...
En fin, por eso creo que el desaliento y la desesperanza nacen,se desarrollan y viven en cada acto intolerante y cada apatía generalizada o inacción, de cada uno de nosotros, así que ¿para qué seguir creyendo en vano que es posible cambiar o encontrar una salida, que pareciera a nadie importarle?. ¡Saludos agradecidos!