El mismo pendejo de siempre...

Hay muchas definiciones del término "pendejo", así pues, la Real Academia Española, lo define:
Pendejo. (Del lat. *pectinicŭlus; de pecten, -ĭnis, pubis).
1. m. Pelo que nace en el pubis y en las ingles.
2. m. coloq. Hombre cobarde y pusilánime.
3. m. coloq. Hombre tonto, estúpido.
4. m. coloq. pendón ( persona de vida irregular y desordenada).
5. m. And. muérdago.
6. m. And. Especie de calabaza.
7. m. vulg. Arg. y Ur. Chico, adolescente.
8. m. despect. coloq. Cuba. Persona cobarde.
9. com. coloq. Perú. Persona astuta y taimada.

Si tuviera que asumir entonces, una de esas definiciones para adecuarla a una conversación sostenida durante el día de ayer, con una de las personas más importantes de mi vida, quien, palabras más, palabras menos, me decía: "eres el mismo...pendejo de siempre", tendría que quedarme, iremediablemente, con la tercera definición, que aunque no sea honrosa,termina siendo, a mi juicio, la menos nociva.

Y si, debo ser tonto y estúpido, por haberme pasado una buena parte de mi vida creyendo en el bien y el mal, en el buen obrar para lograr sacrificadamente escalar posiciones en la vida.

En los Amigos como fuente primigenia del amor.En los de ayer,los de hoy y los de siempre. Aunque no todos llamen, se dejen ver, escriban, me lean o se manifiesten. El creer en ellos y saber que "estan allí" constituye el más fuerte y hermoso estímulo, que se ha validado en momentos verdaderamente duros, imposibles de obviar, en los que requiriéndose su presencia, ésta ha sido satisfecha, que aunque quizá no la de todos, pero si la de algunos, los que han querido y podido y a quienes las circunstancias han permitido apersonarse

En la familia, como célula vital y fundamental de la sociedad y epicentro de vida ciudadana.

En la educación y el trabajo como estadios de superación y valía indisolubles, la primera como base primigenio de desarrollo sustantivo y la segunda como adjetivación de la formación asumida.

En el reconocimiento de todo aquél que esforzadamente logra superar obstáculos y pese a todo,salir adelante.

En la necesaria sujeción a reglas de conducta para normar la vida ciudadana, en pararse temprano,asistir al trabajo y cumplir con las responsabilidades asignadas,aunque no nos guste, nos resulte desmoralizante o incluso se nos desestime en nuestra valía personal y profesional.

Por creer en el amor y en la pareja como manifestación efectiva, valerosa y útil de desenvolvimiento ciudadano, pero sin escudriños, puertas cerradas, jornadas electrónicas sin fin, fantasías no cumplidas, pseudónimos o vidas paralelas, todo aquéllo que desacredita, corroe, cansa y deshabilita la vida en el amor. Sí, por creer en ese Amor, a pesar de no ser perfecto en el vestir, tareas domésticas y recordatorio de expresiones o situaciones útiles de desempeño dentro de la vida doméstica pero haber estado siempre allí, en todos los momentos, sopesando esfuerzos, admirando, sacrificando algunas cosas, callando al inicio para no generar discuciones infértiles, explotando después ante la avalancha de críticas.

Pendejo, por haber confiado y creido que ese "bravo pueblo" a que se refiere nuestro histórico himno nacional, iba a despertar y jamás permitiría, civilizadamente, atropellos, subterfugios, vejaciones, humillaciones e intolerancias que desterrazen nuestro gentilicio y mancillaran nuestra dignidad.

Pendejo, por no haber tenido el tino de "pegar la carrera" cuando, por un instante, empezaba a ser reconocido profesional y económicamente, antes de que esta debacle oficialista desterrase para siempre, lo que empezaba aser la concreción de un sueño.

Pendejo, por pretender hoy día, cansado, herido, e inmerso en esta debacle, sin reconocimientos, loas, glorria ni dinero, que exista una esperanza, aqui o allá, o más allá, una nueva oportunidad...

Pendejo, por todavía creer, a pesar de todo, que exista un alguien, capaz de escuchar esta súplica y tenderme su mano, para brindar cualquier oportunidad, consciente de que no he de sustraerle tiempo, dinero ni vida propia, que tan sólo he de saber que está allí y puede seguir estando, lejos o cerca, tarde o temprano, para mitigar la soledad y angiuustia, o la añoranza en tierras lejanas. Alguien que a lo mejor disponga de la posibilidad de hacerme entender, vivencialmente, que he estado en lo cierto y la luz existe, al final del camino, o que, por el contrario he estado equivocado todo el tiempo y en consecuencia debo dejar de ser pendejo para convertirme en, no sé, "avispado o gente más útil" y pueda concretar con ello una nueva alternativa para dignamente vivir... como debe hacerse.

Pendejo, pendejo...qué se le va a hacer, soy un pendejo que les quiere y desea siempre lo mejor, incluyendo el ferviente deseo, de que jamás se conviertan o lleguen a convertirse... en el pendejo que soy.