¡Cómo tratar de ser feliz sin morir en el intento!
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Parece mentira, pero ¿quién entiende a la gente? hacemos del principio de la sana crítica, una verdadera coño de madrada!, criticamos por todo! y pareciera ser una constante de inconformidad e infelicidad reinante en estos nuevos tiempos.

La premisa ahora no es !ser feliz por encima de todo! o !vive y deja vivir!, !haz el amor y no la guerra!; no, eso quedó relegado a los almibarados textos de autoayuda (con el perdón de sus representantes y adeptos).

La consigna de ahora parece ser: ¡Sé infeliz y no mires con quién, al fin y cabo, todos lo somos!, ¡crítica sin medida y vencerás!, ¡Mientras más jodas al de al lado, más chance tendrás de ser feliz!, ¡Jode, Jode y Jode, porque no sabes cuándo lo harán contigo!. Y esa premisa se valida a diario en el caleidoscópico universo de nuestra vida cotidiana.

A mi, particularmente me critican que estoy obsesionado con este blogg, que no paro tratando de manifestar ideas, etc y me pregunto ?a quién le hago daño con ello, siempre que no incumpla con mis responsabilidades?¿por qué he de privarme de esta nueva alternativa, descubierta para expresarme, drenar, desahogarme?incluso puede que nadie me lea, estoy consciente de ello, pero al menos he logrado crear un microespacio particular, mío, un soliloquio maravilloso, monólogo escrito de carácter permanente, donde tienen cabida múltiples situaciones, ideas, anécdotas, etc.

Que no sea escritor, licenciado en letras, comunicador social, bueno, no lo soy, pero ni modo, ¡de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco !.

A fin de cuentas, la vida es sólo un tránsito hacia quién sabe qué, es tan corta y efímera, que más vale aprovechar las oportunidades que se presentan, antes que sea tarde!

Igual pasa con Clara Inés, cuya jefa la tortura a diario, tanto a ella como al resto de sus compañeros, convencida de que "se las sabe todas" y bajo su paranoíca idea, veja, humilla, critica y vapulea a su personal, para paliar un poco su miserable existencia, su embarazo no tomado en cuenta, su crisis matrimonial y por sobre todas las cosas, su terrible y palpable soledad, sin amigos ni apoyo de nadie, salvo su familia, quien quizás sólo a ratos se la cale.

Y qué me dicen de Manuel, quien habiendo dejado de lado, tras treinta años de existencia, la reducida convivencia familiar, finalmente logró salir de casa paterna e independizarse, para conocer el amor y tratar de vivir al máximo esa experiencia con Ana, alegre, gentil, complaciente, a quien después de un mes de vivir juntos le fue diagnosticada una enfermedad terminal, que acabó con su terminal existencia, luego de dos años en los que la pareja, si conoció y disfrutó del amor, pero también...del dolor.

O Mariluz, quien luego de muchos sacrificados años de trabajo, a la espera de su pronta jubilación para poder disfrutar del "descanso del guerrrero", siente que su vida laboral peligra ante la posición estúpida de una administración paranoica, que lejos de detenerse en sus garafales errores, vé a los trabajadores más antiguos que ella misma se empeñó en conservar por eficientes como sus peores enemigos y los acosa constantemente bajo la amenaza de prescindir de ellos en cualquier momento y bajo cualquier descabellado alegato.

Cierro este ciclo con Canuta, compradora compulsiva de tiendas por departamentos populares, experta en un área especifica de una profesion muy vapuleada, que por obra y gracia del destino( ¡y de la buena suerte que tienen algunos!) de repente ejerce un cargo de alta gerencia en un área desconocida para ella y lejos de instruirse para dar la talla, imbuida en su "honorable pasado", comienza a jugar a la teoria del error/ensayo en ejercicio del cargo, colocando en jaque a todo su personal, que despavorido reza a diario porque las equivocaciones no salgan a flote y acaben por arrasar no sólo con ellos sino además con la institución que inocentemente cree contar con la persona indicada!.

...¡Y después se resisten a creer que la realidad supera a la ficción!

...Estas historias continuarán....en algún momento.