In Memoriam...

Quiero aprovechar esta ocasión, para rendir especial tributo, a todos aquellos seres maravillosos que con su mágica presencia han revitalizado mi mundana existencia, para tratar de hacer de ella el digno ejercicio del derecho ciudadano. Por ello trataré de referirme, con vuestro permiso, en esta y ulteriores oportunidades a personalidades, gente de la vida diaria, del jet set, de la música, literatura, cine, televisión y en fin a esos héroes cotidianos que me han acompañado durante un poquito más de tres décadas. Y nada mejor para comenzar que homenajear a dos extraordinarias estrellas de la música hispanoamericana. Disímiles en temperamento y estilo, pero afines en su primer nombre artístico, entrega a la escena, perdurabilidad musical y momento de partida de este apartado cosmos material. Rocío Dúrcal y Rocío Jurado, ambas de nacionalidad española, la primera, María de los Angeles de las Heras Ortiz, (Octubre 1944, Madrid,España) conocida como Rocío Dúrcal, candorosa, alegre, coqueta, etérea... Poseedora de un particular encanto que la convirtió, siendo española, en el ícono indiscutible de la balada ranchera contemporánea, gracias a las composiciones que para ella hiciera el astro mexicano Juan Gabriel, y no conforme con eso, mantuvo una envidiable e ininterrumpida carrera discográfica como pocas damas de la canción. Artista desde muy joven, poseedora de un hermoso rostro y particular encanto que la catapultaron al éxito en el cine y la tv de su país natal, con películas como Cristina Guzmán, Rocío de la Mancha, Canción de Juventud, Cenicienta del Barrio, Más bonita que Ninguna, Amor en el Aire, entre otras, que lograron internacionalizarla muy pronto, supo ganarse el corazón y aprecio de millones y millones de fans, por decirlo de manera discreta, constituyendo una extraordinaria y sucesiva serie de éxitos: ?quién no ha cantado, tarareado o disfrutado de Amor en el Aire, La Guirnalda, Caricias, Jamás te dejaré, Costumbres, Amor Eterno, La Gata Bajo La Lluvia, Vestida de Blanco, Caminito, Me nace del Corazón, Te quiero Mucho, Déjame Vivir, Tu Abandono, Tenías que ser tan Cruel, Como Tu Mujer, Si Te Pudiera Mentir, Hay Amores de Amores, Para Toda la Vida, y en fin, tantas canciones que nos acercan al desamor, la llegada de un amor, la pena por su partida, la nostalgia, etc.

Su indiscutible presencia, trasciende la material existencia para erigirla en una mítica figura de la balada ranchera, gracias a los temas que para ella compusiera el astro azteca Juan Gabriel que de antemano la inmortalizaron en la memoria y el corazón de los amantes de la música generándole con ello permanencia y atemporal presencia en el acontecer discográfico internacional.

La Otra figura, Rocío Mohedano Jurado (Chipiona, Cádiz, 1945), " La Jurado" como se le llama y conoce, mítica, temperamental, "faraona del amor y de las penas del corazón", poseedora de una torrencial voz que le permitió desarrollar un estilo interpretativo que justificadamente la acreditó como la más grande de España. También estrella del cine y televisión española, hizo delirar desde muy joven a sus fans con su perturbadora presencia en las pantallas. Única en su estilo, su particular presencia atesora la historia musical con temas de grandes y universalmente conocidos compositores como Manuel Alejandro, Herrero y Armenteros y Juan Carlos Calderón, entre otros, que le compusieron temas como Señora, Con mis cinco sentidos, Como una Ola, Se nos rompió el Amor, Paloma Brava, Palabra de Honor, Como yo te Amo, Muera el Amor, Con los Brazos Abiertos, Por Qué me habrás Besado, Amor Callado, Ya Basta, Himno a Andalucía, Virgen de Regla, y muchas otras canciones que vivirán eternamente en nuestra memoria para validar nuestros estados de ánimo, conmemorar el amor y la pasión o regodearnos en el desamor y despecho, como buenos latinoamericanos, inmersos en nuestra intrínseca cultura del dolor y el sufrimiento (tema de otra ocasión), de manera que resulta imposible alejarla de nuestra memoria...

Queridos Amigos, la Dúrcal y la Jurado se han ido de estos lares, efectivamente ya no andan por aquí... pero he de contarles un secreto, en una noche estrellada, si están muy atentos, tal vez sea posible que tengan oportunidad de escucharles, allá arriba... en el cielo, interpretando para ustedes, como siempre con dulzura y fiereza, en cada caso... sus inolvidables canciones...Paz a sus restos y hasta siempre... Señoras!