miércoles, junio 14, 2006



!Boo, el anticristo regresa y el mundo se va a acabar!


Desde hace mucho tiempo, la literatura, creencias, supersticiones y circunstancias premonitorias han "presagiado" el fin de la humanidad, incluyendo la apreciación teológica del Apocalipsis, cual espada de damócles sobre nosotros, mediante catástrofes naturales, plagas, presagios, malos augurios y finalmente a través de la encarnación del mal en la tierra, en la mismísima persona de satanás o su descendiente.

De ahi el por qué, el cine como manifestación cultural relevante de nuestra época, no podía dejar pasar esta atractiva situación, para aprovechar dicho filón y "asustarnos" ante tan aterradora posibilidad.

Así pues, múltiples han sido los esfuerzos por materializar lo conducente: Desde la verdader e inolvidablemente aterradora Semilla del Diablo (Rosemary´s Baby) del controvertido, talentoso y atormentado Román Polanski, clásico del cine de terror de todos los tiempos, con la para ese entonces frágil e ingenua Mía Farrow, objeto de una horripilante y mefistotélica conspiración para traer a este mundo a la encarnación del mal, a las cuatro entregas de La Profecía (fueron más de cuatro, sólo que las otras se comercializaron como subproductos no oficiales, afortunadamente aislados de la saga) que cuenta la historia más o menos pormenorizada de la llegada del anticristo a la tierra y el desarrollo de su maquiavélico plan para acabar con la humanidad, mientras se hace hombre. Es precisamente aqui donde quiero expresar mi desencanto, respetando lo que ustedes, consecuentes lectores pudieran pensar, ante la nueva versión de LA PROFECIA (The Omen, 1976) de Richard Donner, con un cast encabezado por los excelentes Gregory Peck y Lee Remick, donde el avisado director comercial de grandes éxitos como la saga de Arma Mortal, hábil y comercialmente nos acercaba al mundo financiero de la familia Thorn, su desesperación por tener descendencia, las insospechadas y morales consecuencias de la alteración natural de esta imposibilidad y la llegada a este mundo de Damian, su primogénito y sucesor del principe de las tinieblas, todo ello aderezado de mucho suspenso, una excelente banda sonora que increscendo nos aterrorizaba a medida que se desarrollaban los acontecimientos.

Ahora, muchos años después y para el conocimiento de las nuevas generaciones, los productores de la Fox, conscientes del filón comercial de la saga, aprovechando además la onda de reversionar clásicos de éste género, encargan a John Moore la realización de este film bajo la responsabilidad actoral de Julia Stiles (Kathryn Thorn), Liev Schreiber (Robert Thorn), Mia Farrow (Sra. Baylock), David Thewlis (Jennings), Pete Postlethwaite (Padre Brennan), Michael Gambon (Bugenhagen), Seamus Davey-Fitzpatrick (Damien Thorn), Nikki Amuka-Bird (Dr. Becker), Reggie Austin (Portman), Marshall Cupp (Haines). Pero lamentablemente, el camino del infierno está plagado de buenas intenciones y a pesar de los esfuerzos de producción (acertada dirección artística y fotográfica) esta nueva versión no logra involucrarnos con la aterradora posibilidad que le sirve de base central a su argumento. Las actuaciones son planas, los protagonistas principales resultan acartonados y poco creíbles y la presencia de Mía Farrow que ha podido revitalizar y generar la tensión argumental requerida, resulta al final caricaturesca, aseverando con ello la vigencia del viejo adagio de que "nunca segundas partes fueron buenas", (salvo excepciones) ... Otra vez será!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y qué me dices de "Prueba de fe", este film persigue la temática. No me atrevo ir a verla sin tener un aviso previo con lo que me podría encontrar, ojalé te encuentre por acá y me des tu opinión. Abrazos. MIGUELINA

Anónimo dijo...

Disculpa, olvidé la fecha de este comentario:22/04/07 MIGUELINA

FEVC dijo...

Gracias por ciomenzar a leer el post,desde su inicio, que honor me haces.Ya Prueba de Fe está reseñada.