martes, junio 20, 2006


Madre sólo hay Una... y Padre... puede ser cualquiera!
Con esta expresión, tendemos a referirnos usualmente para demostrar el inmenso afecto que le profesamos a nuestras madres...y el desdén y la consecuente poca consideración a la figura paterna, dada su presencia o inexistencia en nuestras vidas. Y es que, en nuestro peculiar universo latinoamericano, cuna del Derecho de Nacer y arraigado matriarcado institucional, con la profunda raíz machista insuflada generacionalmente por la propia mujer latina, que considera que para que el varón sea "hombre", debe manifestarse cual "padrote", en aras de su efectiva masculinidad, suerte de semental que procrea, humilla, mancilla, maltrata y abandona a la mujer o la relega para compartirse con otras y asi demostrar su "hombría", con incapacidad total y permanente de manifestar sentimientos (entiéndase que las lágrimas, ternura, dolor y manifestaciones de comprensión y afecto son exclusividad de las damiselas en peligro y comedidamente para las mujeres de guáramo), de manera que poco queda señores para considerar que los hombres puedan ser objeto de sentimentalismos, sin dejar de ser hombres y en consecuencia lo único que los acredita como tales, es la patanería y la paternidad irresponsable, entre otros vicios e irregularidades del sentir y del ser. Pero afortunadamente esto no es así. A mi entender, tanto el hombre y la mujer en su concepción genérica más amplia de ser humano, poseen (salvo ciertas excepciones de las que les comentaré en ulterior ocasión) la misma capacidad de amar, sentir y expresar sus emociones. No se trata de esterotipar a hombres y mujeres, padres y madres, como villanos y mártires. Existen multiplicidad de situaciones. Si bien existe la paternidad irresponsable, sé también de padres ejemplares, que sin ser unos santos (de lo contrario no estarían vivos) han dado siempre lo mejor por sus hijos . Ciudadanos honorables, profesionales universitarios y gente sin estudios superiores, que han sido ejemplos de rectitud, honestidad, sacrificio y entrega de sus hijos, en cuyos hogares no ha faltado el pan y a cuya descendencia han mantenido hasta permitirles granjearse un futuro: de hecho yo soy prueba de ello, porque afortunadamente ha sido mi caso, pero también el de muchos.
Conozco incluso colegas a los que lo único que he de envidiarles (sanamente) es la abnegación y entrega que han puesto en el ejercicio de su rol de padre y eso es muy loable, así como también hay madres que desmerecen tal honroso calificativo, por no ser precisamente un dechado de virtudes. De ahí el por qué quiero dedicar estas líneas, con ocasión de la conmemoración del Día del Padre, el pasado domingo 18 de junio, para felicitar a todos aquellos hombres que trascendieron la frontera de la estigmatización genérica : hombres vrs mujeres y en plena consciencia de su responsabilidad afectiva fueron, son y han sido ejemplo a seguir en la conformación de sus hogares y consolidación del afecto familiar... A ellos... el más sincero agradecimiento por la eficaz y no tan agradecida labor cumplida y un millón de Felicidades, no sólo ese día, sino todos los días de su vida!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quedó claro en lo que argumentas que diriges tu salutación y felicitación a aquellos padres que verdaderamente han sabido desempeñar su rol. Luchar contra esa cultura latinoamericana de que lo que debe prevalecer es el "matriarcado" es como esperar mucho a estas alturas, sin embargo, hay que reconocer abiertamente que no se debe meter en un mismo saco a todos. Como bien dices, existen gracias a Dios, hombres que han sabido ser padres ejemplares, conductores de hogar y ciertamente, Freddy, tanto hombre como mujer tienen la misma capacidad de amar, sentir y expresar sus emociones y por ello reitero al igual que tú, una Felicitación sincera para aquellos padres que de verdad juegan un papel importante en la familia, llenando de amor y de cuidados a todos sus hijos. Bendito Dios porque aún gozas del tuyo y Bendito sea Dios porque me dió uno que fué y sigue siendo maravilloso porque muy dentro de mi corazón lo llevo conmigo y tengo de él solo maravillosos recuerdos... Una vez más agradecida por permitirme expresar estas ideas que afloran desde lo más profundo de mi ser y me hacen sentir una vez más afortunada. Te dejo un abrazo y mi cariño de siempre. MIGUELINA