martes, julio 10, 2007

Cuando reflexionar duele...



Quisiera aprovechar esta oportunidad, para disculparme con mis queridos amigos lectores y compañeros de vivencias, anécdotas, vicisitudes y remembranzas, por haber hecho a un lado las reflexiones y últimamente abusado del poder de la música en este espacio, lo cual se ha hecho sentir en algunos de mis queridos amigos.

Confieso que esto no ha sido gratuito y sin ánimos de obtener vuestro perdón, sucede que, como bien dicen por allí, “la vida es una canción” y además de servir de catalizador de emociones, a veces, el día a día, las circunstancias impuestas, el acoso y supresión de alternativas, para ser libre y sin afectar la productividad, desarrollar al máximo nuestras capacidades, por lo que hacer uso de un buen tema, además de resultar cónsono con los fines propuestos del blog, permiten dar continuidad a esta hermosa y útil (para quien suscribe) medio de comunicación efectivo.

No obstante y para ser justo con una de mis más queridas amigas, ciertamente hace falta la reflexión, aunque duela hacerlo.

Y lo expreso de esa manera, porque hoy día, reflexionar, en las actuales circunstancias, además de servir de ejercicio intelectual, proporcionar la exteriorización de nuestro sentir y servir de instrumento catalizador conductual de nuestras humanas decisiones, constituye además, créanlo o no, una material manifestación de dolor, ante lo que acontece, al menos, ante mis ojos, esto es, los “acontecimientos del día a día”, que aceleradamente desgastan, corroen y derrumban, ya no solamente el ideario particular de aquellos que confiadamente aspirábamos y esperábamos que, más temprano que tarde, se impusiera la razón y reestableciera el equilibrio patrimonial, nacional, político y afectivo requerido para retomar el status quo inicial y ponderar, el anhelo de justicia, participación y vida ciudadana a que, presuntamente todos tenemos derecho.

Los hechos lo comprueban, ya nada tiene sentido. El patriotismo y la necesidad inminente de resguardar lo que históricamente fuimos, somos y anhelamos ser, se ha desvanecido o descolorido, como si el viejo lienzo del destino hubiera sido borrado por una inesperada filtración en la pared de la cual colgaba, y en su lugar, otra pintura, violenta, roja y caricaturizada le ha sustituido, donde no hay sonrisa ni esperanza válida, sino autoritarismo, odio y oprobio.

Y a quienes lean esta nota y piensen que exagero, permítanme decirles, que no es verdad. He estado aquí y lo he visto y sentido. Me he podido percatar que no existe posibilidad de “flexibilizar” el radical discurso, de dar cabida a la razón y convencimiento de que en esta amplia patria cabemos todos, que cada quien merece un digno lugar en la ejecución de la vida patria y ciudadana, que ello es posible. Pero no, no lo es. Y no ha de serlo, durante mucho, mucho tiempo.
No existe voluntad de parte de ningún bando, porque en realidad sólo existe un bando organizado y no es precisamente el de la disidencia respetable, sino el de la radicalización del discurso, que todo lo arrasa y destruye cualquier disidencia, sin importar que a ésta le asista razón alguna.

No hay modelo de país distinto al del odio y la retaliación, de la exacerbada manifestación de la venganza contra quien disienta, sin importar manifestación de pensamiento, razón, consanguinidad ni ciudadanía.

El respeto se ha ido de aquí, ya no vive por estos lados y cualquiera que pretenda acceder a este derecho, como a cualquier otro fundamentado en las libertades ciudadanas y los derechos del hombre ha de tener presente que para lograrlo ha de abandonar suelo patrio, con o sin bases necesarias para subsistir en territorio extranjero, donde desgraciadamente no extienden tolerantemente sus brazos para permitir vivir tranquilamente, sino por el contrario, se estigmatiza, persigue y reenvía a suelo patrio a todo aquél que desesperadamente anhela, salir adelante, en cualquier sitio.

Por eso expreso, reflexionar duele, al percatarse de que habiendo luchado durante toda una vida para obtener logros que permitan el ejercicio democrático de una vida ciudadana con dignidad, decoro y profesionalismo, terminas percatándote de haber perdido el tiempo, viviendo una entelequia, una utopía. Corriendo tras un sueño inalcanzable, montado en una escalera eléctrica que aún pareciera no llegar a su certero destino…

He visto a hermano contra otro, esposo contra esposa, padres contra hijos y viceversa, ciudadanos que asaltan a un camión cargado de gaseosas que al volcarse arroja su carga al medio del camino, mientras su conductor agoniza pidiendo auxilio, sin que nadie le socorra, guardias nacionales que arrebatan a los antes descritos ciudadanos la mercancía saqueada, para quedarse con ella y comercializarla o usarla a su antojo, Presidente, gobernadores y alcaldes oficialistas que se gastan el presupuesto municipal en la satisfacción de sus caprichos, en darse la vida que jamás pensaron proporcionarse y manifestar, contrariamente un discurso socialista donde ser rico es malo (claro, para los demás, no para ellos, que acaban de llegar); asesores de alcaldes opositores que les “prestan sus aviones particulares” para que éstos a su vez se trasladen de un sitio a otro y han estafado a un contingente de ciudadanos, con ardides para supuestamente multiplicar una mínima inversión y aún con el trasero sucio, se atreven a ver al resto de sus congéneres por encima del hombro y también manifestar un discurso de moralidad y decencia de lo cual no tienen la menor idea, mientras los funcionarios que se ubican por debajo de ellos son maltratados, explotados al máximo de sus capacidades, burlados en extremo, de sus habilidades al ofrecerle villas y castillos, luego de someterles a absurdas pruebas de eficiencia, que sólo han de permitir explotarles su capacidad, para finalmente solo ofrecerles migajas o cargos por debajo de sus capacidades,(por supuesto, después de sacarles el jugo).

Y créanme, no pretendo ser pesimista, de verdad, solo realista. El peor problema de quienes detentan el poder en estos momentos, es su inacción,su demagógico discurso, que ni siquiera ellos se creen, su falta de credibilidad. Si en estos nueve años, con los altísimos ingresos petroleros y el poder absoluto que se ha detentado sobre los poderes públicos y todas las instituciones de estado, se hubiese gobernado para todos, generando desarrollo,prosperidad y haciendo prevalecer el bien común frente a las apetencias individuales y personalistas de su máximo regente y sus duendecillos,preservando derechos y garantias ciudadanas para todos los venezolanos, hasta yo sería hoy día socialista.Pero les ratifico que no hay salida, no de momento, ni con la Biblia, ni con oraciones, ni con milagros, ni utilizando a los idealizados y valientes estudiantes que anhelan salir adelante y crecer, como una vez creímos y anhelamos nosotros en su momento, porque definitivamente Dios no se va a meter en este peo, que está conferido su arreglo a los mortales, a quienes tampoco interesa hacerlo, porque sencillamente nadie quiere dar su brazo a torcer y a fin de cuentas, ser poderoso y detentar la omnipotencia,es muy sabroiso y no merece compartirse con nada ni nadie. Amén de que no existe contraparte que con inteligencia y DECENCIA afronte la reconstrucción de lo que durante años, oficialistas y opositores han devastado, indistintamente de que esta “promesa ilusoria de cambio favorable de tristes nueve años de vigencia” tenga el mérito y récord de haber, cual plaga de langosta, acabado en tan poco tiempo, lo que al resto le tocó cuarenta largos años de presunta democracia participativa.

Les repito, no son cuentos de camino, lo he visto, lo he vivido y siento, el dolor de reconocer que lastimeramente nos hemos abandonado al destino que la incertidumbre, intolerancia, resentimiento social y ansias de venganza, han forjado para nosotros.

Lamentablemente, ya para algunos de nosotros, “la vida no es sueño”, como expresaba célebremente Calderón de la Barca…no, la vida, en este pequeño terruño tercermundista de territorio, se ha transformado en pesadilla permanente, de la que hasta ahora resulta imposible despertar…

...Pero muy a pesar de todo, ¿saben algo?,creo que siendo la vida para algunos, en este momento,más que sueño, una pesadilla constante...¡aún sigue siendo una canción!
Se les quiere y recuerda, siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Reflexionamos...y aunque duela a veces, hay que hacerlo. Ciertamente, el panorama no es el más alentador, quisiera decirte que te equivocas, pero tienes mucha razón en lo que expones, sin embargo,te endiendo y en estos momentos en los que las nubes han venido a opacar el día radiante que esperaba, sigo confiando en que vendrán días mejores...Es reconfortante contar con los amigos de siempre, Saludos y un abrazo...Ahh, y no problem con la música, disfruto a plenitud las que escoges para acompañar tus post... MIGUELINA