miércoles, junio 13, 2012

Compartiendo acertadas opiniones,...y "momentums"

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El flaco y su moméntum

MIGUEL E. WEIL DI MIELE |  EL UNIVERSAL
miércoles 13 de junio de 2012  04:50 PM
Es cuestión usual de los azares del escribir que se cruce en el medio de la redacción algún evento o situación provocando que los tres mil quinientos caracteres (contando espacios en blanco) que han de llenar esté pedacito del ciberespacio, cambien el tema con el que se decidió empezar el artículo, dándole el impulso necesario para que ande hasta el venerado punto y final.

Así pasó luego de la embriaguez caprilista por la descomunal manifestación de ciudadanía del domingo que empieza uno a juntar letras, procreadas por la cópula del teclado y las huellas dactilares, leyendo por acá y por allá lo que dijo; lo que dicen los medios; lo que dicen los de un lado; lo que dicen los del otro; revisando lo que se fue anotando durante la semana, las ideas sueltas, o los artículos de otros lares y otras materias, que recuerda uno alguna cosa que leyó sobre el moméntum, una magnitud física fundamental, o algo por el estilo, y sobre como la relacionaban con un fenómeno social que ahora no viene al caso. Moméntum entendido como una fuerza que mantiene la cosas en movimiento, o a los eventos desarrollándose una vez que han comenzado.

El moméntum de la vinotinto por ejemplo, que a los que hemos sido futboleros de siempre nos ha dado más euforia de la que cabe en un grito de gol. Aquello que dice el niñito de la publicidad de Adidas, de "la verdadera pasión". La cursilería de contrabando que es más buena que nada para poner la piel de gallina y arrancarle a uno alguna aguada de guarapo o taquicardias minúsculas. Así, entre fútbol, videos y fotos de la marcha, encuentra uno el moméntum del escrito, y escribe del moméntum.

Y cuando Izarra y compañía empiezan a tuitear, en estado de negación, como si no hubiera mañana sobre la falta de contenido del discurso, que si tanto caminar para hablar 15 minutos, con la acostumbrada zafia que parece constituir la referencia del lenguaje del Gobierno, es difícil no avizorar su falta de moméntum. El discurso es vacío dicen. Quizás no lo entienden, porque lo estoico del flaco los ofusca, tanto como ofusca a Rafael Poleo y otros jurásicos que visto lo visto han empezado a enmendar sus opiniones cuya desconexión con la realidad está a punto de condenarles a la ultratumba de lo político.

El error fundamental de parte importante de la oposición fue no entender que los planteamientos políticos y sociales, habían cambiado para no volver a ser nunca como antes. Algo que supo interpretar con audacia el actual miraflorino, generando para sí un moméntum que arrancó en 1999 y que le ha permitido moverse con verdadero apoyo popular por 13 años. Pero desde esas mismas fechas, el flaco ha ido consolidando un discurso desconectado tanto de lo adeco-copeyano como de lo psuvista. No podemos hablar de una "tercera vía" porque ello implicaría admitir el falaz discurso del Gobierno y de los opositores radicales en el que todo lo de antes fue de derechas y lo actual es izquierda comunista. Pero sin duda estamos ante un fenómeno que no es ni chicha ni es limonada, y que representa un clamor generalizado de institucionalidad independiente de colores políticos, de seguridad, de no violencia y de Estado de Derecho en comprensión del vínculo de éste con la dignidad que implica ser ciudadano. Todo inalcanzable sin lo que es el centro del discurso: la reconciliación. Porque aquello del sentir vinotinto como una cosa de todos no es sólo la cursilería aparente. Allí el moméntum que arrancó el domingo, y lo será de aquellos que lo pregonen. Y el escrito consigue su punto y final. El flaco en cambio, sigue en movimiento.

miguelwd@yahoo.com

Twitter: @weilmiguel

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