jueves, mayo 08, 2008

Viva Venezuela,mi patria querida,en la intimidad colectiva de una sala de cine!


Enhorabuena Venezuela! ya era de hora de q nuestro cine renaciera como reexpresion de los cambios efectuados en estos tiempos (ojo, no me refiero a la involucion politico,socioeconomica de este triste acontecer) y buscara las maneras de coectarse con generaciones de ayer y hoy. Nuestro cine, uno de los mas maduros 9crealo o no0 de hispanoamerica,merece la oportunidad de desarrollarse y buscar su lugar dentro y fuera del pais. 

Urdaneta, Jakubowicz,Caridad, Szeplaki, forman parte de un microuniverso donde Benacerraf, Lugo, Lamata, Fina Torres,De la Cerda, Siso, Arvelo, Bolivar, Chalbaud y Wallerstein, entre otros, forjaron toda una estela historica de proezas y talento, que merece expandirse y hacerse finalmente su propio nicho. Que bueno q a fin de cuentas,no todo es malo en Venezuela!

Películas venezolanas hacen taquilla

7:39 AM | El cine local se ha tuteado en las carteleras con las películas gringas. El apoyo estatal y las ventajas de la tecnología han ayudado a que este año se estrenen 44 filmes venezolanos.

Una versión inédita del cine venezolano se proyecta en las salas del país: 44 películas de factura local serán estrenadas este año, lo que implica más del doble de lo registrado en 2007, según anuncia el Centro Nacional de Cinematografía, Cnac. Todo un récord si se compara con la década precedente, marcada por la crisis del sector que ya cargaba el histórico lastre de los prejuicios generalizados hacia la producción criolla.


Sólo durante el primer trimestre de 2008, siete filmes venezolanos compartieron cartelera junto a los estrenos "gringos" que tradicionalmente dominan 90% de la distribución cinematográfica en Venezuela. Pero no se trató únicamente de fugaces anuncios en cartelera: algunas películas (como Puras Joyitas, de Henry Rivero y César Oropeza, o Cyrano Fernán dez, de Alberto Arvelo) lograron mantenerse durante varias semanas, pasando a ser catalogadas como éxitos de taquilla. Su poder de convocatoria llenó dignamente las salas, para contrariedad de los más descreídos.

Podría identificarse este fenómeno como un nuevo boom del cine venezolano? Algunos nuevos cineastas como Carlos Caridad, Alejandra Szeplaki y Geiyka Urdaneta, que estrenan precisamente este año sus óperas primas, detectan algunas señales que permiten hablar de nuevos tiempos.

"Como todo fenómeno, el del cine venezolano implica múltiples factores", aclara Alejandra Szeplaki, quien tiene pautado para noviembre el estreno de su primer largometraje Día naranja. Para la cineasta, la Reforma a la Ley de Cinematografía Nacional, (sancionada en octubre de 2005) ha sido uno de los pasos definitivos para impulsar el desarrollo de la cinematografía local. Esta legislación propicia, entre otros avances, una mayor participación de la empresa privada en la actividad cinematográfica (como producción y distribución) a través de impuestos e incentivos fiscales. Para la directora del documental Leo Matiz en Caracas, la ley de cine representa la materialización de una larga lucha de cineastas por hacer valer los derechos de los creadores y del público venezolano, que además fue sancionada por unanimidad por la Asamblea Nacional.

Además de coincidir en la importancia de la Ley de Cine (que cristalizó una lucha gremial de 15 años), Geyka Urdaneta -quien se prepara para estrenar su película Cuidado con lo que sueñas- destaca el interés del actual gobierno en dotar al Estado de una infraestructura física y presupuestaria para el crecimiento de la cinematografía venezolana. La edificación de la Villa del Cine y el fortalecimiento del Cnac forman parte de este apoyo, que a su vez motoriza "Con el financiamiento de 100% de las primeras producciones, el Cnac está fomentando la generación de relevo", resalta Carlos Caridad Montero, que junto a Alfredo Hueck dará a conocer a mediados de este año Senderos, su primera película de 80 minutos de ficción.

"En el año 2006 se aprobó el presupuesto a seis óperas primas, lo cual no ocurría a finales de los 90 ni principios del 2000".

NUEVO ACTOR: EL PÚBLICO

"Quizás sea muy arriesgado hablar de movimiento de jóvenes cineastas", observa Andrea Ríos, una de las tres realizadoras que participa en la película Una, dos y tres mujeres, junto a Andrea Herrera y Anabel Rodríguez, con financiamiento de la Villa del Cine. Para la realizadora, el fenómeno responde sobre todo a la necesidad del público de verse, oírse y reencontrarse en las pantallas. "Desde hace tres años, siento que el espectador ha cambiado".

Para Szeplaki, el proceso de oxigenación y refrescamiento de las pantallas a cargo de la "sangre joven", ha propiciado una enorme conexión de la gente con las nuevas producciones.

El cine, como reflejo de los venezolanos, se ha convertido en uno de los objetivos culturales del actual gobierno, considera Urdaneta. "Ha tomado en cuenta la importancia de proyectar la imagen nacionalrelacionada con la identidad-, tanto dentro como fuera del país. Es un proceso que implica tiempo y dinero, pero que pronto dará frutos".

Las recientes propuestas están estableciendo una nueva relación con el público, opina Caridad: "La gente no estaba cansada de los temas, sino que se lo contaran de la misma manera. Ahora se plantean otros puntos de vista".

TECNOLOGÍA A LA MANO

Para los nuevos realizadores venezolanos consultados, resulta engañoso identificar una temática común en las propuestas más recientes. "No creo que haya coincidencias en los discursos, cada película es diferente. La coincidencia está en la búsqueda de una voz propia y la utilización de técnicas nuevas que la generación anterior no quiso utilizar", asoma Jonathan Jakubowicz, director de la taquillera Se cuestro Express, quien se siente parte del movimiento "independiente y comprometido con la sociedad", lejos de la Villa del Cine (a la que tilda de propagandista), del Cnac (que tiene proyectos dignos, pero con temas escapistas que no molestan al gobierno) y de la movida "entregista de Chávez" que financia proyectos como el del norteamericano Danny Glover (al que otorgaron 27 millones de dólares).

El apogeo de las producciones locales no sólo se fundamenta en el abultado presupuesto del que se ufanan las instituciones oficiales del sector cultural. También, los jóvenes cineastas se lo atribuye a la revolución tecnológica que ha aliviado los costos de producción.

Caridad, que asume pertenecer a la "generación de la moviola", habla con propiedad del mejoramiento técnico que ha tenido el cine local en los últimos años. "Ya no tienes que gastar millones con un programa de edición instalado en tu computadora y cámaras de alta definición y medianamente accesibles puedes crear resultados de calidad. Esto es lo que permitió a Jakubowicz hacer cine independiente".

REALIDAD AUDIOVISUAL
No sólo en el campo de los largometrajes de ficción se registra una reactivación. También los documentales han recibido un respaldo inusitado. "El actual gobierno está particularmente interesado en este género. En los últimos cinco años la producción se ha incrementado mucho, no sólo por el apoyo oficial sino también por la democratización de la tecnología.

Filmar y editar ya no son privilegios de pocos", evalúa Eliadys Sayalero, directora de la Escuela de Cine Documental de Caracas, quien estrena en 2008 su primer documental Los musiues.

Pese a la proliferación de documentales, Sayalero opina que es todavía un género desaprovechado en Venezuela: "Aún falta mucho que decir a través del documental. En una sociedad tan polarizada, se tiende a presentar visiones muy parcializadas. Es necesario ser críticos y hurgar en lo que le pasa al venezolano, más allá de las posturas políticas".

PANTALLA FUTURA
La cantidad no siempre implica calidad, aunque la mayoría de los cineastas consultados confían en que mientras más se filme, habrá más posibilidades de que salgan películas buenas.

En ese sentido, Caridad confiesa que no mide el éxito de una película por la taquilla. "El cine venezolano es tanto el que se proyecta en las salas de ensayo o comerciales como el que rueda por Internet. El cine del futuro será menos masivo y más de nicho: tu trabajo llega a más público y conectas con él de otra manera". Ríos observa con cuidado el auge actual advirtiendo sobre una posible euforia que no lleve a nada: "Los cineastas estamos conscientes de los años de vacío. Estoy convencida de que si no existe algo, debemos construirlo. Además, cada quien como realizador debe preguntarse si tiene algo que contar y si eso le interesa a los demás".

Para Urdaneta, es pronto para conclusiones: "El llamado boom se evaluará a finales de año, dependiendo de la respuesta del público que cada vez quiere ver más cine venezolano. También la infraestructura debe ampliarse, de manera que las nuevas generaciones sigan formándose. Tampoco hay que cantar victoria: debemos continuar seduciendo al público venezolano".

Szeplaki no teme a caer en exageraciones. Está convencida de que el cine venezolano está en pleno inicio del boom. Apenas comenzamos a ver lo mejor de lo que viene. Como ocurrió con la cinematografía de España y Argentina, el estallido dará pie para mejores producciones, señala convencida.

LISETTE BOON El Mundo

1 comentario:

Anónimo dijo...

...Esta sí que es una grata noticia!! un urrah por Venezuela!! Te das cuenta cómo puede cambiar el panorama cuando se cree en un proyecto? Son muchos los factores que creo, han contribuido al mejoramiento en todos los aspectos para llevar a este nivel nuestro cine, talento indiscutible detrás de camaras, directores, artistas, tecnologías, etc y todo ello se amalgama para crear el producto final que hoy podemos apreciar. Qué alegría!! Sigamos así...Un saludo y mi cariño de siempre. MIGUELINA