Porque el Amor si existe y cuando se recibe, se agradece

Resulta particularmente difícil encaminarse y mantenerse en el mundo de las relaciones interpersonales.

Precisamente por eso, por tratarse de procesos comunicativo-afectivos, entablados entre seres que siendo genéricamente idénticos, son muy disímiles entre sí, en atención a las características inherentes a cada persona, que le son exclusivas y difieren del otro. Por ello entablar una suerte de comunión de ideas donde convergen armoniosamente afectos y deseos, resulta muchas veces cuesta arriba, más no imposible.

La guerra de los opuestos, con su inminente carga de atracción que pesa y se expresa en cada gesto, mirada y expresión de afecto ha dado mucho de que hablar y vivir.

No somos islotes, rodeados de agua que podemos permanecer inertes, etéreos frente al paso del tiempo, sin interacción alguna con cualquiera de los otros componentes humanos y naturales de nuestro entorno. Por el contrario, necesitamos los unos de los otros, específicamente en el terreno de “las relaciones de pareja”, sobre todo encaminadas hoy día a una concepto globalizado de tolerancia y naturalidad: homosexuales y heterosexuales, en las que el factor común es el AMOR, la materialización cierta de ese afecto que trasciende más allá de si mismo y se amalgama en una policromía de sentimientos, una caravana de emociones que transita por el desierto de la vida, el valle de las emociones, la colina de la nostalgia, la cascada del deseo y la fuente de la pasión.

No es fácil, pero tampoco es imposible, compaginar la vida, amoldarnos a un compartir constante, muy a pesar de las incidencias propias de cada ser y su posición ante la vida.

Vivimos atribulados, enredados en una suerte de tela de araña de emociones, sensaciones, deseos y decepciones, altos y bajos generados por nosotros mismos en nuestro a veces lacónico, desmesurado, apresurado, intespectivo e irremediable andar por estos mundos de Dios, ansiando tomar y ser tomados en cuenta, buscando nuestro par.

Yo soy prueba fehaciente de ello. Durante mucho tiempo ansié encontrar una respuesta, una efectiva compañía para materializar cuanto llevada por dentro, compartir, vivir y vivenciar el Amor, acariciar y ser acariciado, darle sentido a una existencia que si bien poseía valía en si misma, ansiaba ser reconocida y atesorada en recíproco por otra compañía.

Y busqué en vano, durante muchísimo tiempo, llegando incluso a pensar que jamás tendría derecho a ello, que no existía quién se detuviera a percatarse de mi existencia.

Esa situación degeneró mi normal existir y me hizo atravesar senderos de duda, desesperación y angustia. También me hizo equivocar, y gravemente, me llevó a ser presa de quien, sin escrúpulo alguno, burlándose de este sentir, estafaron mi dignidad y sentimientos y mancillaron la valía de un hermoso sentir.

También fui objeto de psicoanalíticos consejos, de quienes me indicaban, ¡vacílatelo, resígnate a estar solo, si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada…!
Y aguardé.

Hasta que al fin, cuando todo parecía perdido y ni modo, la resignación empezaba a rondar cual ave de rapiña a su presa… llegó el AMOR. vestido de sorpresa, de sobresalto, emociones y alegrías. Así, de improviso, como brisa fresca, para llenarlo todo de alegría multicolor, de cariño sincero, de emociones compartidas. Pero no todo podía ser perfecto, porque sencillamente la perfección no existe y la felicidad, como el AMOR no es eterna ni la dicha completa. Con él legó también la angustia, el desespero de saber que el amor físico no es eterno, que la muerte siempre ronda, por ser el destino mediato más seguro, que hay que asimilar la idea, aunque no nos guste, reconocer su presencia pese a que incluso cerremos los ojos y tapemos nuestros oídos.

Una penosa enfermedad, avivó aún más el AMOR, con ternura, abnegación y entrega, cuidados y reprimendas, angustia, desespero y resignación ante el certero e inminente final; Luego de dos años y medio, un 30 de septiembre, después de unma penosa enfermedad, lenta, angustiosa, mortal, se extinguió una luz, sopló un viento frío y acabó con una existencia física que tras el dolor y la ausencia, a pesar de todo el amotr y la dedicación del mundo supo con el pasar el tiempo, aminorar la pérdida y dar calidez y honrosa satisfacción al mirar atrás y sentir haber cumplido con ese sentir en su mejor acepción.

Luego de ello, de asimilar la pérdida, de vivir el frío ausente de la soledad temprana, abrupta, de vivenciar un anticipado abandono involuntario cruel, terrible, aunado al pensar que se cerraba la puerta y se desterraba el amor, sabiendo a pesar de ello, que al fin de cuentas se había Amado ya.

Sin embargo el destino, que depara sorpresas, supo avivar por segunda vez y particular manera, la llama del Amor que se creía extinguida. Volvió a encenderse, la bendición de una segunda oportunidad había llegado sin esperarla siquiera, para volver a iluminarlo todo.

Una estación de autobús privada sería el lugar del encuentro, fortuito, ocasional y hermoso. Un viaje a Caracas, por asunto de trabajo, de aquélla hermosa y extraordinaria responsabilidad que detentaba con tanto orgullo y que tantas satisfacciones me brindara, antes de ceñirse sobre mi el trágico destino laboral que cambiara por completo tanto mi vida como la de muchos insignes profesionales y trabajadores. Otro jilgüero, inteligente, profesional, mediático, insistente, incisivo, valeroso, llegaría con su canto, para alegrar la vida, dando continuidad valiosa a este trajinar constante, transformando de nuevo existencia en vida útil, con aciertos, desaciertos, críticas severas a veces, exigencias y tristezas. Pero además, departiendo alegría en cada beso, junto a un bebé canino, que llegó con toda prisa a alborotarlo todo y poner de cabeza todo un status quo de tranquilidad y angustia.

Estar Vivo y en plenitud de facultades es suficiente razón para sentirse agradecido con la vida, pero nuestro afán de dominar y controlar todas las cosas a nuestro antojo, para bien para mal, enturbia la mayor parte de las veces, la posibilidad cierta de actuar y sentirnos agradecidos por ello y si además, tenemos la dicha infinita de poder amar y ser amados, aunque sea una vez, ya es bastante motivo para sentirnos realizados, eso tomando en cuenta, que si logramos observar, más allá de ello, siempre alguien nos ama: nuestros padres y hermanos y familiares (bueno éstos quizás no siempre, pero a veces ocurre) nuestros amigos (y aquí si que siempre resulta, porque, indefectiblemente siempre hay alguien que nos quiere y acepta, a quien queremos y aceptamos, con sus defectos y virtudes )

Si bien el amor de pareja y la pasión no son eternos, La magia del Amor en si misma existe, vive y permanece inalterable en tiempo y espacio…

Por ello hoy, día de especial júbilo, por conmemorarse el 4º aniversario de la llegada a mi vida de ese otro ángel especial que colma mi existencialidad para transformarla en vida útil, con su bagaje de emociones, quiero Agradecer por la constancia, la entrega, el sacrificio, la paciencia, la ternura, tolerancia y el afecto materializado en múltiples maravillosos momentos, agrios unos, dulces otros, que se compaginan,interiorizan y materializan en un todo, dándole luz a la oscuridad, alegría a la tristeza y confianza a la inseguridad.

Gracias, destello de luz al final del túnel, latigazo de electrizad, relámpago en la oscuridad, por cada momento de compañía, cada regalo de cariño, cada preocupación certera; gracias por las críticas, los reclamos y exigencias, porque éstos también forman parte de la vida y permiten reestablecer ese equilibrio de amargo y dulce necesario para compaginar la vida y con ello caminar juntos por este especial sendero, contigo a mi lado, compartiendo cada día.

¡Gracias por esos hermosos detalles, por esa nueva y valiosísima oportunidad que intensifican los instantes y me hacen amarte con verdadera alegría!…