sábado, febrero 19, 2011

La felicidad,...(para compartir)




La felicidad...por Dr. Jorge Carvajal Posada

..no dejen de leerlo!

Podríamos callar, mirarnos a los ojos y sonreírnos. Podríamos encontrar en esos ojos una humanidad profunda y entrar en ese territorio de la magia que es el territorio de la vida. Podríamos creer que vivimos más allá de existir,.
A pesar de nuestras pequeñas miserias hay tanta grandeza en la semilla humana. Hay tanto en nosotros esperando para ser, para fructificar, para amar.
Hay tanto en nosotros esperando revelarse, recrearse, fructificar. Somos semilla y a partir de ese potencial infinito, de ese océano interior podemos re-encantar la vida. Podemos volvernos a crear y así divertirnos y gozar.

¿Y si de pronto pensáramos todos que el sentido de la vida es la felicidad? ¿Y si nos atreviéramos a ser felices? ¿Cómo sería eso? ¿Cuáles serían los ingredientes de la felicidad? ¿Si pudiéramos identificarnos con el ser que somos y no con la sombra, la apariencia o la dependencia?


1) El primer paso a la felicidad es la autenticidad. La autenticidad es una genuina identidad, es una identidad única, original, es la identidad que nos hace íntegros. La vida es creativa cuando es única. La vida es arte, se goza, se inventa a cada momento. Cuando eres único vives la magia del amor. El amor no se gasta, no es repetitivo, el amor no se fatiga, el amor no es rutina, ni condición. Es una fuerza magnética, atractiva que te renueva a cada instante.
Cuando te puedes renovar a cada instante eres único y entonces eres una obra de arte del Creador. Cuando eres único o única te das cuenta de que eres importante, porque eres irrepetible, porque no tienes competencia posibles, porque te sales del mundo absurdo de la competitividad, porque puedes compartir, te puedes dar y entregar sin temor a perderte y en cada dar te vas a renovar, te vas a completar y además vas a completar al otro con tus ojos, con tu abrazo, con tu palabra, con tu silencio, con tu compañía, con tu presencia. Así puedes disfrutar la vida. Primera clave para la felicidad: sé como tú; no como nadie más, único, irrepetible y original.

Da tu propia nota en la sinfonía de la creación, esa nota que es necesaria. No hay dos seres humanos como tú. El Creador te necesita y tú eres una faceta única del Creador. El Creador habita en la diversidad del mundo, su unidad está hecha de diversidad. Cuando tú no pretendes ser como nadie más que como tú, entonces descubres esa corriente hermosa del
Creador dentro de ti, y entras en el mundo maravilloso de tu tierra, de tu solidez, el mundo de tu raíz, de tu savia. Cuando tú no pretendes ser como nadie entras en el lugar desde el que puedes nacer. Si no tienes ese útero que te está pariendo, que es tu propia identidad, si no te aceptas, si no te amas, si no te afirmas nada podrás encontrar. Autoafírmate que tú eres
ese potencial único en el que el Creador está esperando revelarse.

Autoafírmate para que me completes, para que completes el universo, para que completes como padre al hijo y como hijo a la madre y como hermano a la humanidad. Esa es la autoafirmación.

Ello no sería posible si no te hubieras perdonado. Lo más duro en el momento de la muerte es la culpa, no es el cáncer, no es el dolor. Lo más doloroso es el miedo al más allá, el infierno de esa falsa creencia de que hay un Dios castigador, el temor oculto de que Dios no te puede perdonar, de que no te va a perdonar. Pero Dios es amor y donde hay amor no puede haber juicio. Si Él ya te perdonó, tú también te podrías perdonar. El juicio está dentro de ti, el infierno está dentro de ti y tú lo has construido.

Sin embargo podrías construir un primer paraíso y punto de partida. Lapregunta es: ¿cuentas contigo, te aprecias, te valoras, te reconoces? Ese es el primer paso en el sendero de la felicidad. Es un paso hacia el interior. Encuéntrate contigo, en tu centro, en tu corazón. Respira profundo y siente la maravilla de la vida. El sol brilla para ti, los pájaros cantan para ti y el aire y de la magia de la mañana soplan para ti. El universo celebra tu presencia cuando tú te presentas ante ti. Entonces descubres tu rostro, que no es otro que el del amor. Recuperas tu poder y entras en comunión.

Vives en alegría y levedad y ya no tienes el peso del cuerpo, de la culpa, del condicionamiento. Aceptas tus luces y tus sombreas. Te aceptas como un bello crepúsculo, una bella aurora. Descubres como descubría San Agustín sincerado ante el Cristo: "Muy tarde te amé, muy tarde. Estuve lejos de Ti, pero ahora me reconozco en Ti, porque Tú eres parte de mí y estás en mi interior".

Perdimos el paraíso externo y nos fuimos por el sendero de la víctima hasta que por fin construimos una fe que ya no es externa, que se enraiza en el interior y comenzamos a confiar y confiamos en nosotros.

El punto de partida es la identidad. Sé como tú, único, original y creativo. Así vas a ser reconocido por todos, porque a todos nos vas a completar. Vas a entrar en ese universo maravilloso de sensibilidad a la necesidad. Vas a ser auténtico, vas a reconocer en ti lo esencial. Lo esencial es aquello que puedes dar, porque lo que no se da se pierde.

Vas a reconocer la nota clave de un corazón que nace y muere a cada instante. La muerte y el renacimiento del corazón es la sístole y la diástole, dura un solo segundo. En cada segundo el corazón se da entero. Si el corazón guardara una gota en cada segundo en una hora tendríamos insuficiencia cardiaca. Hermoso sería que nosotros pudiéramos atender esa ley del corazón y así en cada segundo, desde tu identidad entregar y fructificar sin medida. Ese fruto dulce de tu vida se hizo para dar.

Cuando ya tengas tu tierra y tu paraíso, multiplica tus semillas, porque así dándote se liberan y es dando como recibimos. Cuando nos damos descubrimos nuestra genuina identidad, nuestra tierra, nuestro paraíso.
Cuando hay un yo aparece un tú. Entre el tú y el yo se genera un movimiento de resonancia, de comunicación coherente, de diálogo. Surge ahí una inteligencia que representa tu capacidad de adaptarte a la vida. No hay una inteligencia espiritual, separada de la inteligencia molecular. Es una inteligencia dinámica y adaptativa. Tu capacidad de adaptación a la vida.

2) El segundo movimiento hacia la felicidad es la adaptabilidad. Adáptate a la vida, al cambio, a la corriente. No te resistas pues produces calor, desgastas tu energía. No te recalientes. El mundo del desgaste es el mundo de la entropía. Cuando no te resistes, la vida pasa a través de ti y te refresca y te fecunda. Cuando te quedas en el territorio del yo, te limitas al crecimiento personal, al orgullo espiritual. Cuando haces mil cosas para crecer aunque nadie crezca, aunque la tierra sea un desierto, realmente vas, aunque le llames espiritualidad, por el camino del despeñadero.
Necesitas del otro para mirarte, para reconocerte para observarte en ese espejo y poder modificarte y crecer hacia un nuevo ser. Esa nueva tierra tuya ha sido fecundada por el tú, cuando el tú, cabe en el yo entonces surge la maravilla de un nosotros. Y entonces llega Él, pues ya lo dijo "Cuando estéis dos e mi nombre, allí estaré Yo". En ese nosotros encontramos el hijo, la conciencia. En ese nosotros, en ese territorio de relación, nace la interacción.

La clave de la felicidad es un comprender. El cuerpo es un patrón de relación. Ese soporte relacional determina la calidad de tu vida. En ese territorio relacional nace la confianza. En nuestros estudios hemos comprobado que allí donde hay más confianza en los demás, en el vecino, en el de al lado, en el gobernante, en el empresario., allí donde hay más confianza porque hay más transparencia y más honestidad, hay también una mayor felicidad.

Nuestra tierra es vulnerable y puede así germinar. Nosotros somos también vulnerables y entonces nos podemos adaptar. Nuestra adaptabilidad es nuestra mejor fortaleza. Nosotros podemos airear nuestra tierra vulnerable y en ella construir el surco y en ella sembrar la semilla. Una tierra permeable se deja permear por el agua, sólo una tierra vulnerable puede
dejar de ser desierto.

¿De qué esta hecha nuestra vulnerabilidad? Está hecha de flexibilidad. No tenemos que ser perfectos. Cuando somos auténticos y a la vez somosflexibles podemos germinar. Cuando la semilla de la vida, cuando el propósito del alma germinan entonces nos podemos realizar.

La segunda clave es por lo tanto humildad. La humildad es la clave del aprendizaje, sólo desde la humildad podemos abrir nuestro corazón. Sólo desde la humildad podemos sensibilizar nuestra piel, todas nuestras pieles, la piel de nuestro campo mental, de nuestro campo emocional y abrirla a la caricia del cosmos.
Vulnerabilidad, humildad y flexibilidad son las claves para la nueva vida, para recuperar el poder de ser servir y de disfrutar, para convertirte en el fruto maduro de la vida. El orgullo nos impide disfrutar, porque el orgullo nos separa. El orgullo divide y destruye el territorio de la conciencia, que es el territorio del nosotros.

Dos movimientos pues hasta el presente: El yo interno que nos conduce a la autenticidad y en segundo lugar la adaptabiliad para llegarnos al tú y construir un nosotros.

3) Ahí viene la tercera condición para la felicidad, la más difícil de todas: la vida cambia y todo muere. No hay nada constante. Todo muere salvo el cambio. No te resistas al cambio. El cambio te introduce en una corriente de transformación y transmutación que permite al Espíritu fecundarte.

El cambio es fuerza transmutadora. No temas el caos, pues es la matriz del cambio. No temas el mal, ni la sombra pues son reveladores de la luz. No temas la noche, pues sin ella no podrías reconocer los infinitos soles que la habitan. Cuando aceptamos las transformaciones y las transmutaciones en la vida, cuando no nos resistimos a cambiar, podemos ascender en la savia de la evolución, florecer y dar nuestro fruto.

Cuando nos reconocemos, encontramos la crisis aseguradora del cambio.

Vivir es un proceso de cambio permanente. Cuando tenemos crisis, la vida se bifurca y no vuelve a ser la misma. Nuestra identidad no es de fundamentos, nosotros no somos un fundamento. Nosotros somos lo significativo: el lenguaje, el sueño y la esperanza. Nosotros no somos este cuerpo, pero a través de él podemos ascender.

El cuerpo es un instrumento del ser y el ser es ese proceso de cambio permanente que nos empuja en un proceso de aprendizaje continuo. Vivir es encender un fuego interior, es convertir el conocimiento en sabiduría que nos permite desenvolvernos en un proceso de cambio permanente.

Este cuerpo no es lo que creemos, es una estructura que está al borde del caos. Primero nos ramificamos. Procedemos de un solo tronco, pero un día la vida se bifurca. ¿En qué instante tu vida no volvió a ser igual? Se trata un punto crucial, donde te crucificas y mueres para nacer a una nueva dimensión.

En el presente podemos siempre aprender del pasado. Podemos cambiar la historia aprendiendo las lecciones. Hay dos tipos de seres humanos: los aprendices y las víctimas. Tú puedes optar por una u otra vía. Puedes optar por dejar de ser víctima de tus creencias. Recuerda que ellas también pueden ser dagas o cáncer, pueden ser fatales.

Tú terminas convertido en aquello que crees de ti. Tú creas el universo en el que crees. Si tú crees que eres culpable te vas a castigar de mil maneras. Si tú crees que no eres digno, te vas a enfermar también. Podrías sin embargo mirar al pasado, con ojos de presente, de presencia y de amor, no para quedarte en el dolor de tu pasado, sino para aprender la lección que dejaste de aprender.

Todas las lecciones aprendidas te ayudan a disfrutar de la Presencia que habita en tu presente. Los problemas los podemos volver a vivir desde la conciencia y no desde la culpa o el condicionamiento. Recuperamos la plenitud de la conciencia y así liberamos el fruto de la lección. Ello cambió la historia. La historia no son fechas, sino códigos de lectura que hemos de aprender.

El problema no es lo que nos pasó, el problema es cómo vivimos lo que nos pasó. Si pudiéramos dejar el rol de la víctima, podríamos resolver esos aspectos cruciales que siguen congelados en nosotros.

Si estos puntos de muerte no los vivimos desde la actitud de la víctima se produce el renacimiento. Nosotros podemos volver a nacer. El pasado ha pasado y ahora disfruta de ese punto de partida hacia la felicidad que constituye la paz. La paz la descubrimos no exteriormente, sino en el fondo del ser.

La historia no es lo que pasó, sino la lectura que haces de ella. Si no dejas pasar a las cosas, éstas se siguen reflejando en tu fisiología, en tus relaciones, en tu vida., turbando tu felicidad.

El caos nos devuelve la sensibilidad. La mujer es más sensible. En el embarazo un embrión representa un vórtice caótico de desarrollo. Podrías gozar infinitamente más de la alegría y no sentir los dolores con otra sensibilidad. Los poetas también viven en un vórtice más caótico. Aunque no nos demos cuenta y cuando hay una conjunción planetaria, una luna llena y manchas solares., todos nos volvemos un poco caóticos. Cuando no resuelvo dentro de mí ese vórtice caótico, ello va a tener una repercusión en los demás, hasta el punto de que podemos entrar en un estado de violencia.

La sensibilidad nos puede liberar o nos puede matar. Tenemos dos maneras de abordarla. Desde la posición de la víctima y entonces se convierte en lágrimas de cocodrilo, en sensiblería y nos predisponemos a la manipulación. La manipulación es el terreno de la inconsciencia. Eso no es una verdadera relación humana, pues hay posesión, chantaje.

En el terreno de la sensiblería todos somos víctima. ¡Que se acabe ese territorio de la sensiblería y el chantaje emocional y asumamos nuestra responsabilidad! Cuando nos duele la vida es que nos estamos despertando.

No necesitamos tantos analgésicos. De pronto necesitamos un dolor más grande para saber lo que éramos. De pronto alguien necesita ver la cara de la muerte para constatar el valor de su vida , de su mujer, de su hijo.

Tal vez tengamos que vernos en la cama de nuestro hijo que tiene una leucemia, para ver qué es una enfermedad, que no sólo tiene que ver con los glóbulos blancos, sino que tiene también que ver con la forma con la que nos comunicamos. Que no sólo tiene que ver con una radiación ionizante, sino con nuestra agresividad, con nuestro desamor. No hay nada más radiactivo que las emociones contenidas, retenidas y reprimidas.

Un día nos duele la vida y la vida nos dice que también es con nosotros y nos acerca un dolor que es un despertador. Un día vemos la proximidad de la muerte y ella nos enseña las lecciones más hermosas de la vida.

Un dolor nos hace sensibles, nos ablanda. Todo fruto maduro es blando. El amor deja de ser un amor duro y dominante y casi perfecto y se convierte en ternura, entonces vuelves a nacer. La sensibilidad nos hace tiernos.Los viejecitos se vuelven tiernos y les cuentan cuentos a los nietecitos. Inician el camino de regreso, el camino de regreso es la ternura.

En el seno de todo caos renacemos. En el caos existe un vórtice de sensibilidad infinita que nos permite transformarnos. El caos nos permite emerger y con el emerger llega también la felicidad.

Crear es un parto. Si en ese potencial ordenante que hay en tu interior, tú descubres esa semilla y aprovechas la turbulencia del caos para desarrollar un proceso de cambio sin precedentes, entonces puedes emerger.

Emerger es volver a nacer. El estado de emergencia es un estado de alerta intenso, un estado de genuina presencia, un estado de éxtasis. Se trata de un estado en que aún con todas las perturbaciones te encuentras contigo mismo. Paradójicamente en el ojo del huracán hay una infinita paz y adquieres un potencial infinito.

El problema no es lo que ocurra fuera. El problema es lo que ocurre dentro de ti, cuando estás dentro de ti, se desarrolla todo tu potencial trasformador. Es posible. aún con toda la turbulencia. que mantengas tu serenidad. La serenidad es la paz profunda del ser, es la paz inconmovible del ser, que te permite abordar los procesos de cambio sin resistirte a ello.

He ahí la tercera vía a la felicidad: no te resistas al cambio. Aprovecha la oportunidad de cada crisis. Utiliza tu infinita sensibilidad. Aprovecha las oportunidades que te brinda la vida para acceder a un nuevo potencial. Aprovecha la bifurcación cuando la vida no vuelve a ser igual. Aprovecha la semillas que la vida siembra en tu corazón, cuando la vida te duele
profundamente. Aprovecha el parto del caos para nacer a un orden superior y así recreas y reinventas tu vida, y así descubres una nueva identidad.

4) La cuarta vía a la felicidad es la responsabilidad. La responsabilidad es una sensibilidad humanizada. A un perro, a un gato no le podemos pedir responsabilidad, pero sí a un ser humano. Responsabilidad es una sensibilidad convertida en capacidad de responder. Tu evolución está determinada por tu grado de responsabilidad.

¿A qué respondes? ¿Respondes por tus actos, respondes por ti? ¿Respondes al dolor ajeno? La responsabilidad es una condición esencial del amor. El amor sin responsabilidad es lo más peligroso que hay en este mundo. En nombre del amor hemos cometido las mayores barbaridades.

La responsabilidad hace que el amor sea una verdadera respuesta a la felicidad. Responder en términos humanos es reconocer la necesidad. El amor es reconocer lo esencial del otro y volcarnos a satisfacer esa necesidad desde nuestra propia sensibilidad. La responsabilidad nos permite comunicarnos y corresponder. El amor nos lleva a un universo maravilloso de correspondencias.

Empiezas a liberarte cuando eres capaz de responder al hermano, al amigo, a la esposa, al hijo; cuando eres capaz de acompañar y morir en el otro y con el otro.

Todo verdadero amor surge de la amistad y toda genuina amistad es reciprocidad, es una vía que va en dos direcciones. Donde hay reciprocidad hay resonancia, donde hay correspondencia hay correctas relaciones humanas. Esa es la más maravillosa lección que vinimos a aprender: correctas relaciones humanas. En ello somos todos aprendices.

Vinimos a aprender a relacionarnos. No vinimos a aprender a ser ingenieros o abogados. Esos son instrumentos para relacionarnos. El hombre es un ser relacional y vinimos fundamentalmente a aprender relaciones humanas respetuosas, responsables, liberadoras. No son relaciones sociales para retenernos, para poseernos, para chantajearnos. Lo son para liberarnos, para completarnos.

Así transformamos la ecología de la Tierra , que no es una ecología externa. Lo que le pasa a la Tierra es lo que le está sucediendo al corazón del hombre. Si yo abro mi corazón, abro la tierra dentro de mi. Si yo amo a mi hijo, amo a la tierra, al paisaje y la atmósfera. Y si amo con un amor puro no voy a contaminarme. El resentimiento es el agente contaminante.

El amor liberador existe en la reciprocidad responsable. Amar es dar y recibir. Hay más sabiduría en el saber recibir. A menudo nos negamos a recibir el regalo de la sonrisa, de la mirada del otro, por no comprometernos, por no quedar en deudas. Necesitamos infinitas deudas de amor como vía a la felicidad. La gratitud es esa habilidad que revela tu
propia luz.

5) La quinta y última vía a la felicidad es la sencillez. Lo bello, lo bueno, lo verdadero es sencillo. Sólo lo sencillo es integro, sólo lo que es integro nos conduce a la unidad. La sencillez es transparencia, claridad, es humildad, honestidad. Nos permite bajar del pedestal y entrar en la corriente de la gente.

Conquistar el código de la sencillez en tu vida te lleva a ser feliz. No se trata de ser el gigante de tus sueños, ni el enano de tus complejos., sino de entrar en la corriente de la gente y sentirte uno con todos ellos.
Conquistar el código de la sencillez en tu vida es condición para ser feliz, porque no tienes ninguna expectativa, porque así eres feliz con todo y a pesar de todo.

Esa felicidad te hace entrar en comunión con tu humanidad. En esa comunión nos damos cuenta que somos la voz del Creador, que a la vez somos co-creadores, llamados a recrear la creación.

Estamos aquí para conectarnos a la gran cadena de la vida, a esa gran cadena de inteligencia cósmica, río de conciencia. Somos mediadores entre los reinos inferiores y superiores de la naturaleza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días, querido amigo del alma!
¿Será coincidencial que el tema que abordas en este post se interrelacione con la hermosa experiencia que estoy a punto de contarte...y compartir?
Hoy...volví a nacer. Desperté en mi cama, ví el reloj y eran las 3:49 am. En un largo suspiro, tomé aire y logré respirar. En el sueño que acababa de tener había perdido la vida en un accidente, iba en un auto con otras personas a alta velocidad, yo iba en medio en el asiento trasero, ví los rostros pero ninguno me era familiar, el conductor volteó a mirarme y no previno que el camión que iba delante, de pronto, frena, y el estruendo no se hizo esperar... estallido de vidrios y metal, una gran explosión y de pronto, quise preguntar ¿que pasó? y miré atrás, ya no había cuerpo, me desvanecí lentamente y quise respirar, pero ya no había pulmón, ni tráquea, ni laringe, ni nariz. Abrí mis ojos con un poco de dificultad, los párpados me pesaban e incluso llegué a pensar que seguía soñando y despertaría en un hospital, pero estaba en mi cama y desde allí miré la lucecita del reloj: 3:49 am. no sabía si era hora de defunción u hora de renacimiento.
Pero estoy acá, y son según el reloj de la computadora las 6:09 am, he sobrevivido a la catástrofe de una muerte y aunque suene absurdo, miro la vida diferente desde entonces.
Vinieron las preguntas de rigor, que hubiera pasado si hubiese sido real? se me perdió el tiempo, ya no hay tiempo. Y qué pasó con los planes de vida? las cosas que quería decirle a mi esposo o a mi hijo, a dónde fueron y dónde quedaron? Hay tiempo de enmendar y tratar de construir algo nuevo? qué paso con la vida que tenía? ya no veré más un nuevo amanecer? qué hiciste Miguelina? cuánto lograste? fue suficiente lo que diste? pudiste morir en paz?
Creo que se trata de renacer, gracias a Dios, afuera amanece y desde aquí puedo oír a los pájaros. Creo que ya no soy la misma, no puedo serlo desde hoy.
Hay mucho que aprender, mucho que dar, mucho que vivir, solo quiero aprovechar cada minuto de mi vida, jamás me sentí más feliz de poder tan solo respirar, pero sé que Dios no se limita al querer dejarme existir, quiere que viva intensamente, de cuerpo y alma. Palabras que casualmente pronuncié ayer con una amiga. De los 15 caminos que leí son para alcanzar lo que deseas, retomé como ancla de inicio hacer todo entregando cuerpo y alma, no dejando a medias y hacer por hacer.(aunque siempre creí que así lo hacía)
La vida se entremezcla, reúne y trata de demostrarnos que nada es casual, todo tiene una razón de ser,estamos aquí para descubrirlo.
Amar de verdad, sin prejuicios ni mezquindad, dándolo todo, con el corazón.
Me alegra sentir y saber que puedo mirarte querido amigo, con mirada tierna y franca, saber que estás ahí compartiendo de lo hermoso que nos dá la vida. En esa semilla que sembramos ayer, hoy podemos disfrutar de lo blando del fruto maduro, y tuvimos que abonar la tierra, luego...esperar y simplemente, hoy la regamos con gotitas de agua dulce. Gracias por formar parte de ese jardín hermoso. Nada es casualidad, verdad?
Un millón de besos y bendiciones, gracias a mi querido rincón de siempre por ser ese puentecito mágico.
Gracias Padre, por la vida a partir de hoy, permitirme renacer, hoy soy mujer nueva, renovada y agradecida.
...(Perdón por la pequeña interrupción, se me secó el agua que puse para el café)y Gracias, querido amigo de siempre, por otorgarme la dicha de poder mirarte, poder reflejarme más que en tus ojos, en tu mirada...a estas alturas de nuestras vidas hemos superado la pavorosa distancia, la cual es absurda y mera excusa de medida que creamos tan solo para apartarnos. Hoy ya no existe, estamos juntos, pero felices....
Dios te bendiga abundantemente, tu amiga de siempre, pero renovada. Besos del alma, Miguelina

FEVC dijo...

Tremenda experiencia de vida amiga,la que me relatas;con una moraleja por demas ejemplarizante para crecer;nada mejor que esforzarnos por vivir a plenitud,contra todo pronostico y circunstancia. Para este sobreviviente resuklta por demas alentadora,dado el particular momento que atravieso,con puertas cerradas y un estado de salud bastante inquietante,debido a las bajas temperaturas y limitaciones actuales.
Ningun proposito mejor que el de ser felices,buscar y fomentar nuestra felicidad.
Abrazos sinceros cargados de afecto!