EL VIAJE DE LA VIDA CON EL ARRAIGO DE CONVERTIRSE EN HEROE EN NUESTROS DIAS

Asumir con entereza, las circunstancias de la vida, representa, más que un reto, una verdadera obligación de vida. No es fácil, pero hay que hacerlo, aunque a veces el miedo, la soledad o angustia obnubile, no sólo nuestra mente, sino además el entendimiento requerido para abordarlo.

Son tantas las preguntas que formular y tan disímiles las respuestas que dar, que el reto se magnifica, obligándonos a subir pendientes con superlativas inclinaciones, empinadas cuestas en cuyo tránsito, no siempre contamos, con la gente maravillosa que sí pudo acompañarnos durante buena parte del camino.

La vida es un viaje continuo, hasta llegar a un certero destino. Dicha travesía, para serles franco, a veces me recuerda el increíble viaje de Frodo Bolsón, el hobbit de la comarca, cuya apacible y alegre vida cambió en un tan sólo un segundo, al hacerse portador del anillo único y con ello acreedor de una descomunal tarea que cambiaría su destino. Su incesante e intrincado desplazamiento para destruir el anillo y eradicarcon ello el poder de Saurón, la restauración de las fuerzas del mal, que amenazan con acrecentar su poderío y destruir todo a su paso. Cuando nos adentramos en las apasionantes páginas de esta universalmente conocida trilogía, primero, gracias al talento y místico despliegue imaginativo narrativo de Talkien con su Señor de los Anillos (La Comunidad del Anillo, Las Dos Torres y El Retorno del Rey),y luego a la grandilocuencia y homenajeada virtud del neozelandés Peter Jackson, quien, con tan sólo unas pocas películas de culto y muchísimo escepticismo, por ser tomado como un loco por muchos, logró, en una titánica aventura, rodar en simultáneo, la más famosa y arriesgada de las trilogías narrativas, transformando en auténticas imágenes, cómo nadie lo hubiera llegado a pensar, toda la sencilla belleza y trepidante majestuosidad de estas páginas maravillosas.

En nuestra aventura personal, como en El Señor de los Anillos, descubrimos las diferencias que nos asisten y cómo, pese a ello, puede renacer la solidaridad y la suerte de misión común, para lograr un mismo fin.

Cómo podemos hermanarnos y lograr salir adelante, combatiendo el mal y afrontando peligros en una heroica misión.

Ciertamente, a veces la realidad supera a la ficción.

Resulta que sin saberlo, somos héroes de nuestra propia historia, forjadores de nuestro destino. Combatimos dragones, luchamos contra intolerantes ogros, nos volvemos niños, creemos en las hadas y cumpliendo nuestro compromiso de erradicar la maldad, para retornar al fantástico universo del que formamos parte, penetramos nuestro propio árbol, para envenenar al gigante sapo que contamina e impide la consagración de nuestros sueños y la mayor parte del tiempo, ni nos damos cuenta de ello, por vivir pendientes de “la aparentemente triste realidad” que nos circunda, del viejo cuento del sufrimiento perpetuo, de las almas que se calcinan en el infierno y penan por siempre en el purgatorio y conminados por ello, gracias a nuestra cultura del sufrimiento necesario para expiar nuestras culpas y lograr la ansiada resurrección, nos convencemos de que la felicidad no existe, al menos no en esta vida, de que no estamos hechos para ella o de que sólo es posible lograrla, teniendo alguien a nuestro lado, si es posible con suficientes recursos para proveernos de todas nuestras necesidades básicas, al menos, sin terminar de entender, que constituye una esencia propia de nuestra naturaleza humana, la búsqueda de la felicidad. Un sagrado deber, una oportunidad gloriosa que representa en si misma el reto de cumplir con efectividad nuestra particular e individual historia, en la que los demás personajes que intervienen, constituyen una suerte de cast o extensivo elenco, con contrafiguras, actores, principales, secundarios y extras, pero desprovisto del romanticismo exacerbado que tradicionalmente hemos conocido y bajo el cual adoptamos, la mayor parte de las veces, que es imposible en solitario, lograr la felicidad, cuando nadie más que uno mismo puede lograr establecer su propio estado de estabilidad, para con ello restablecer el equilibrio que se transgrede cuando se interrumpe el orden natural de nuestra humana y terrenal existencia, bien por causas propias o extrañas a nuestra voluntad. .

A continuación quisiera compartir con ustedes un ensayo con el que participé hace unos años en un concurso promovido por uno de los más importantes periódicos de mi país, en Diciembre del año 2003, en el que tuve el honor de participar,sin mayor relevancia que la satisfacción personal de hacerlo...Ojo, como siempre e independientemente de que lo hagan, se aceptan opiniones,¿vale?...

¿QUÉ SIGNIFICA SER UN HÉROE EN NUESTROS TIEMPOS?
Inspirado en el texto de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, EL RETORNO DEL REY de TOLKIEN

Para responder esta interrogante, sobre la base del capitulo final de la trilogía de el Señor de los Anillos, debe atenderse de manera especial a la fortaleza humana, es decir, a la emblemática conciencia que atiende y reside en cada individuo, ¿qué significa ser un héroe en nuestros tiempos?, pues ello implica un “asumir con entereza el destino”, afrontar con todas sus consecuencias su emblemático desenlace, dejarse guiar por la conciencia y sobre la base de ello asumir responsablemente las actitudes que ello implica, lo cual constituye la base argumental que cimienta el peregrinar del hobbit Frodo y sus amigos en ejecución de su destino. Cada uno de ellos se encuentra entrelazado por la hermandad y el amor que surge como consecuencia de una pasmosa necesidad, la destrucción del anillo único cuyo enceguecedor poder enturbia corazones y preserva la avaricia, ambición y maldad en los corazones de los seres que preservan su ilimitado poder, poniendo con ello en peligro a toda la Tierra Media . Es así como estos seres unen fuerzas y por encima de sus diferencias ideológicas y hasta raciales se encaminan juntos y aprenden que la unión y perseverancia constituyen elementos de peso necesarios para sortear los obstáculos y dar luz a las tinieblas, en búsqueda de su bienestar común. Juntos han afrontado los mayores obstáculos en los que la fortaleza que reside en cada uno de ellos y la persistente férrea voluntad de dar todo lo mejor de si mismos les ha permitido seguir adelante, por encima de sus limitaciones en un largo viaje que no es más que el peregrinar de la vida, con sus bemoles, en cuyo andar han encontrado aliados que han hecho causa común con ellos y les han permitido afrontar peligros con valentía, una valentía y arrojo que reside en lo mejor de si mismos y sale a relucir al reñirse con la peligrosidad de acabar con su existencia sin haber logrado llegar a la meta propuesta, no estamos aquí ante el típico héroe que se las sabe todas, dotado de superpoderes y por encima del bien y del mal, quien todo lo puede y nada lo amilana, no, aquí los seres comunes y hasta pequeños en su dimensión y efecto comunitario asumen con verdadero arrojo el control de su destino y se encuentran en situaciones extremas que les permiten conocer quienes son y cuan grandes y poderosos pueden ser los efectos de sus decisiones y acciones en pro del bienestar general.

Todos se encuentran, por obra del destino, atados indefectiblemente al cumplimiento de una misión que hicieron suya por decisión propia ye inmersos en un largo viaje que ha de permitirles asumir con propiedad su auténtica naturaleza, hacerse acreedores de su destino y descubrir con ellos sus fortalezas y debilidades para siendo lo que son cumplir con el objetivo trazado, dar el todo por el todo en la realización y cumplimiento de una misión voluntariamente aceptada en la que ya no hay marcha atrás, allí reside el verdadero heroísmo de estos personajes en la consciente y voluntaria aceptación de su destino y la ejecución de todas las acciones encaminadas para tal fin. Frodo, Sam, Pippin, Gandalf, Aragon, Legolas, Gimly, todos constituyen la universalidad junto a Sauron, Lengua de Serpiente, Gollum, los orcos y toda la multiplicidad de personajes cuyo destino se encuentra entrelazado con las acciones y temeridades que su voluntad interior generan en este gran y épico viaje en pos de la verdad, que como tal adolece de color y fundamentalismo, no son seres complacientes y carentes de egoísmo o pensamientos impíos los héroes de la historia o quienes detentan la razón e intrascendentes fuentes de oscuridad y oprobio las fuerzas del mal que los adversan, no, por el contrario, son seres comunes en su particular existencia desprovistos de arrojo permanente o halo místico, seres cuya normalidad es tal que solo sus grandes decisiones les atribuyen valor y heroismo, siendo allí precisamente donde radica su valor.

Ninguno de ellos sabe conscientemente que ha de ganar, pero en su interior dedica sus fuerzas al logro de tal destino, el esfuerzo y la constancia los hace héroes por haber aceptado su destino y en tal virtud haber decidido llevarlo a cabo por encima de cualquier consecuencia...

Ahora bien, ¿Qué significa ser un Héroe en nuestros Tiempos?, pues, asumir con honradez nuestro destino, teniendo plena conciencia de que todos nuestros actos conllevan a la producción de efectos que guardan estrecha relación con su consecución e inciden en los acontecimientos que han de generar su desenlace. Ser un héroe en nuestros tiempos es ser responsable de la realización de nuestras metas, en conjunción con nuestras fuerzas, consciente de nuestras debilidades y sin menosprecio de quienes nos adversan con la convicción de que éstos también constituyen fuente inagotable de vida y conocimiento cuya confrontación nos permite realzar lo mejor de nosotros mismos, afianzar nuestro conocimiento propio y del contrario, ser un héroe implica sabernos inmersos en parte de un microuniverso particular que es parte de un cosmos donde convergen infinitas fuerzas y no hay desmedro de capacidades ni fortalezas, consiste en descubrir nuestra esencia y sacar de ella el mayor provecho posible en la toma de decisiones relativas a la consecución de nuestro destino, tomadas con serenidad y atención, confiados en la serenidad y confianza de que constituye nuestra mejor intención.

... A J. R. Tolkien, mil gracias por activar la imaginación de millones de lectores e infinidad de generaciones en el mundo a través de la más portentosa saga en la historia de la literatura universal…y hoy día, agradeciendo también, a esos millones de héroes anónimos, que tanta inspiración,estímulo y confianza generan en el ánimo de quien les quiere y admira...

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