miércoles, julio 13, 2011

Dentro de las fauces de la bestia,...




"... Cuando grita la piel, es que ya está cansada, de esperar que el invierno no se acabe de marchar;es que no aguanta tanto frio;es que ya no resiste más;cuando grita la piel, es mejor escucharla,porque está conectada en línea recta al corazón,"...(Hermosa e Inolvidable Edith Márquez,gracias por la música y con ello, no sólo perpetuar la belleza,sino avivar el fuego interno,...)...

Dentro de las fauces de la bestia,…
Estar acá, mas allá del peligro que pudiera pensarse que corremos, es una suerte de desventaja; puesto que, a decir verdad, contrario a lo que pudiera creerse, se suele asumir, que, a fin de cuentas, ya lo peor pasó (y créanme, por experiencia propia, que no hay peor cosa, que pensar que nada peor de lo que nos ha pasado ,pudiera llegarnos a ocurrir!)
Porque, yacer dentro de la bestia, nos acostumbra a la pestilencia de su mala entraña, aislándonos de los acontecimientos en pleno desarrollo; como también de la ejecución y toma de acciones, actuaciones y decisiones para precaver o prevenir, el mal peor.
Así pues, en tanto la bestia, bien descansa, teniéndonos en su interior (guácatela!), pensando,si digerirnos o bulímicamente expulsarnos de su lamentable y nada apetecible (des)composición orgánica; quienes todavía están en el exterior, bien se desesperan, angustian y enloquecen, ante el paradójicamente absurdo día a día, con la oscuridad externa reinante, producto del racionamiento eléctrico, de la ineptitud que, de paso ,tenemos que pagar con carestía, perdidas y multas disfrazadas de "contribuciones"; el infierno carcelario convertido en cotidianidad ciudadana (interna y externa); ilegalidad IMPERANTE; con magistrados que ahora, no sólo hay que rendirse al hecho de públicamente saber que vendieron su raciocino, capacidad y conciencia a una causa política, cada vez mas insostenible, sino que además, ante la mirada atónita de todos, peculan con el herario publico en medio de un día a día que exponencialmente nos aleja de lo que en alguna oportunidad, pretendimos ser, vivir y tener,…

Así las cosas, repito, nos queda la incógnita: nos quedamos dentro, resignados, indiferentes ante la muerte cloacal, al ser digeridos y procesados con la podredumbre interna, ser lanzados al exterior, contaminados, y buscar al hacer contacto con tierra, cierto aire que nos permita proseguir, tomar alguna decisión o con inercia, dejarnos volver a ultrajar,…o qué?
PD: De alguna manera, siento que debo pedir disculpas, no solo por la discontinuidad comunicacional(involuntaria);sino además, por la recurrencia ideológica o reflexiva de los últimos tiempos, ante la cual debería explicar, que obedece a la imperiosa necesidad de manifestarme ante lo evidente!, aún así, se les quiere y recuerda,…siempre!

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