jueves, julio 28, 2011

Compartiendo,además de reflexiones,nuestra paradójica realidad!


Queridos y siempre recordados amigos,me permito la mañana de hoy, compartir para reflexionar con usds respecto a este articulo publicado en la edicion electronica del diario venezolano EL UNIVERSAL, de Thays Peñalver, sobre parte de lo que acontece en nuestro burtoniano "dia a dia venezolano",... espero lo lean,disfruten e internalicen;un cordial abrazo electrónico (por ahora) hasta que tengamos oportunidad de reencontrarnos personalmente,...

FEVC

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El Jumanji revolucionario


THAYS PEÑALVER | EL UNIVERSAL

jueves 28 de julio de 2011 09:09 AM

Ejercer el derecho al voto en Venezuela, ha sido siempre similar a lanzar los dados como en la película Jumanji de Robin Williams, no terminaban estos de caer cuando ya entrábamos en pánico porque nadie sabía qué clase de cosa podía emerger del tablero político. Los venezolanos acudíamos cada 5 años a tirar los dados y muy pronto comenzábamos a ver a los murciélagos revoloteando por ahí. Pero, ¿qué pasó en la última jugada? Pues que decidimos hacerle tantas trampas al juego democrático, que finalmente nos llegaron casi todas las catástrofes juntas: nos salió el cazador, las ciudades parecen milenarias, comenzaron a crecer las enredaderas carnívoras, en algunos lugares ya hay arenas movedizas, vivimos en un sobresalto permanente y nos falta un mal, que debe venir por ahí.

Por eso no nos asombran las locuras que ocurren y los más de diez mil muertos todos los años nos parecen lógicos, así ver a los malandros armados hasta los dientes en las cárceles planificando delitos desde allí, porque saben que no podrán encontrarlos criminalísticamente culpables. Por eso cuando nos anuncien que las cárceles tendrán puertas giratorias en las entradas, diremos todos: qué más da, aquí "el orden está subvertido" ¿"no es así Van Pelt?".

Por eso no nos parece inverosímil que los que tienen que investigar cómo mueren miles de venezolanos en las calles, se dediquen mejor a averiguar cómo murió Bolívar hace 180 años, porque hay sospechas de que, parafraseando a Ibsen, "nos lo mataron malamente". Tampoco nos parece descabellado que anden por ahí profanando tumbas y que vayan del sarcófago del Libertador a la cripta de los Bolívar, para averiguar si la que está ahí es María Antonia o cualquiera otra. Y es que mientras estos episodios grotescos ocurren, los venezolanos procuramos salvarnos de la estampida de elefantes, rinocerontes y búfalos en este Jumanji revolucionario.

Andábamos lidiando con las arañas gigantes cuando en pleno bicentenario de nuestra Declaración de Independencia (de España), un español consumó aquello a lo que tanto temía Andrés Eloy Blanco, que alguien "profanara los restos del más puro de los hombres" y abriera el sarcófago que la Constituyente de 1947 había determinado como sagrado, con la certeza de que los restos que allí reposaban eran definitivamente los de nuestro Libertador. Tampoco les importó que el Dr. José María Vargas en 1843 dejara sentado que los restos que llegaban a Venezuela eran los de Bolívar y que estaban casi hechos polvo y que él mismo decidió colocarlos en una urna de hierro para preservarlos. Pero, ¿qué les puede importar la historia y sus grandes hombres a este Jumanji revolucionario?, ¿quiénes son Andrés Eloy y Vargas para los cocodrilos? Pues los mandaron a donde los Yankees y optaron por un experto que explicó: "el primer paso es la pulverización de los huesos para que puedan contactar mejor con los líquidos en los cuales luego se extrae el ADN", así fue como en el Jumanji revolucionario, un español formado en el FBI, abrió el sarcófago, cortó los huesos del Padre de la Patria y los molió para que nos revelara lo que sabíamos desde 1843 y corroboramos en 1948. No sin antes explicarnos, lo que cualquiera en el Rodeo hubiera pensado: "nunca van a descubrir la causa de su muerte".

Desde el cielo cuatro nuevos amigos ven lo que sucede, Andrés Eloy trata de calmar a un Bolívar indignado recitando: "los cuatro que aquí estamos/nacimos en la pura tierra de Venezuela/la del signo del éxodo, la madre de Bolívar/y de Sucre y de Bello y de Urdaneta/ y de Gual y de Vargas y del millón de grandes" mientras Cabrujas dice: "prefiero el cachivache anterior. Solo porque era un poquito más decente, un poquito más mentiroso. O quién sabe si más loco". Mientras que otro se levanta y nos grita: NO SE RINDAN, QUE NO ESTAN SOLOS...reconozco la voz, que de niña, sentada en sus piernas, me hablaba de lo maravillosa que es Venezuela.

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