En medio de la mas desesperante oscuridad, a la que estamos, desde hace tiempo y por ahora, por obra y gracia de la ineptitud gubernamental, sometidos, hemos de ceñirnos, los Venezolanos que vivimos en Chavezuela;(porque precisamente en eso hemos permitido,TODOS que se convierta nuestra Venezuela,en la de otro, que decide y manda por nosotros,incluso "a control remoto" y desde otras tierras, a su antojo!); a nuevas reglas de supervivencia ciudadana, :vale decir, a la incorporación de nuevos elementos tendentes a “matizar” nuestro dia a dia, plagado de sombras.
Y es que, son tantas las cosas que pueden suceder y de hecho suceden, en la oscuridad(expresemos las no gratas y obviemos aquellas que, nos proporcionan, relajación o placer, como aquello de estar en la penumbra en medio de un crisol de imágenes para que nos cuenten una historia que despierte las emociones, o sencillamente la penumbra del intercambio de sensaciones y fluidos placenteros que prácticamente ya al tanto se infieren, conocen, disfrutan y aprecian). Ahora detengamonos en aquellas penosas circunstancias, que harían palidecer a Audrey Hepburn, Mía Farrow e incluso, mas recientemente, Belén Rueda, en las asfixiantes Espera en la Oscuridad , Terror Ciego y Los Ojos de Julia (en el orden),ya no por tratarse del eventual crescendo y paroxismo de la aterradora historia de vivir en penumbras bajo la amenaza ocasional del mal, sino a tener que enfrentar, con visión, el día a día, de permanecer y ser objeto, no solo de las tinieblas de la noche, sino la descomposición o perdida de alimentos (los pocos que se consiguen y con lo que cuesta, además de conseguirlos, adquirirlos),desperfectos en aparatos electrodomésticos cuyo valor tampoco resulta nada despreciable y capacidad _(además del valor) de reposición se encuentra “en pico de zamuro”; y lo que es mas grave aun, las contingencias que las fallas eléctricas producen en centros hospitalarios (específicamente frente a instrumentación quirúrgica y aires acondicionados ),ascensores, centros comerciales y pare usted de contar; todo lo cual no solamente nos sume en las tinieblas sino que además derrota nuestro animo y aniquila las esperanzas del come flor más optimista e idealista.
El producto de esta circunstancia? La desidia, el desgobierno y la falta de planificación sostenida de parte de quienes ostentan la responsabilidad d e representar y ejecutar políticas de desarrollo ciudadano: El Presidente,el Ministro de Energia Eléctrica y sus secuaces. Por que Ambos? Pues porque sencillamente, en un país donde todo lo que se hace y deja de hacer se halla sujeto a las directrices o particularidades de un jerarca mesiánico, excelso gurú de la sapiencia ordinaria y popular, es a este súper héroe criollo, a quien corresponde no solo fijar directrices sino además, ejecutar u ordenar su ejecución para salvaguardar y preservar el interés colectivo, atribuido a su cargo constitucional y legalmente.
Ahora resulta que la insuficiencia eléctrica es culpa del ciudadano de calle, que no ahorra y despilfarra en el consumo, o sea, que la disminución del mantenimiento y atención del sistema eléctrico del país desde 1999 hasta la fecha, con el abandono, desatención y la inconclusa terminación y construcción de los proyectos tendentes a su desarrollo, para el cual fueron presupuestados millones de bolívares y cuya inejecución no ha sido justificada ni siquiera mencionada con ocasión del descalabro eléctrico en que nos tienen sumidos a todos, salvo los esfuerzos desmedidos a afectar lo menos posible a la gran Caracas, para, con ello evitar, de alguna callada manera, que “la sangre llegue hasta el rio”.
La infamia, inconsciencia y barbarie de quien, ante la imperiosa necesidad de dar la cara y responder ante tan irreductible e imperdonable atropello sale tranquilamente ante la imperdonable sumisión de nuestro occidente regional, que estuvo, recientemente, durante mas de 36 horas sin recibir energía eléctrica, sumido en el caos, la desesperación, angustia, clamor colectivo y efervescencia geográfica, con la solución, oficial de interponer multas, penalidades y sanciones al colectivo para enseñarle de ese modo al uso racional del servicio y seguir ,racionando y multando, mientras las arcas siguen desbarrancándose en gatos superfluos, viajes, riquezas, regalos para comprometer y comprar apoyo, voluntades y conciencias, convenios internacionales desventajosos (para nosotros),ayudas externas, y pare usted de contar,…
Ante tamaña indignación, traducida ahora también, en cifras, más allá del desborde emocional patrio, qué más hemos de esperar, para poder, finalmente, avanzar???
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