domingo, noviembre 29, 2009

Si tu me amaras,...detendria el tiempo para darte amor eterno con afan,si tu me amaras....!


3 comentarios:

Anónimo dijo...

UN REGALO QUE ESPERABA COMPARTIR...

“…donde acaba y empieza, inhabitable, un imposible espacio de reflejos…” Jorge Luis Borges

Amar es vencer la desmemoria, dijo Jean Giraudoux al presentar “Ondina” en un teatro parisino. Antigua leyenda de una ninfa del río Rhin extraviada en los bosques, que se enamora de un humano llamado Hans.

La Diosa de las Aguas, ante la fuerza de ese sentimiento, tolerará que Ondina se vaya con él, pero le advierte que por ser hombre la traicionará. Cuando ocurra por tercera vez, Hans quedará dormido para siempre y ella regresará a las aguas sin recordar su tránsito por la tierra.

Asumir la dicha
El vértigo de la “vida” estremeció la psiquis inmortal de Ondina, atrapada entre fantasía y realidad, instinto y lógica, Eros y Tanathos. La Diosa de las Aguas le preguntó cómo teniendo otras posibilidades, eligió a Hans. Ondina respondió: “Yo no elegí; los grandes sentimientos nos eligen”. ¿Optas por el amor a sabiendas de que te traerá olvido y muerte? “Si no soy capaz de abrirme a él, nadaré eternamente bajo el agua sin haber conocido la vida; quiero asumir mi relámpago de dicha, aunque suponga, después, muerte y olvido”.

Último acto
Al cometer su tercera falta, Hans comprende lo que está por suceder.

HANS: No habrá más que una Ondina, siempre la misma, que me habrá olvidado. Tampoco es justo. ONDINA: Por eso hice cosas que no entendías. Reclamabas que no variaba mis idas y venidas en casa, que no cambiaba mis caricias sobre tu cuerpo, que contara mis pasos desde nuestra cama a la mesa. Había previsto este día en el que tendría, sin memoria, que volver al fondo de las aguas. Obligaba a mi cuerpo a seguir un itinerario inmutable. En el Rhin, sin recuerdos, mi cuerpo copiará los movimientos que hacía junto a ti. No sabré con certeza lo que quieren decir, pero viviré en ellos. Ya arrojé cama, mesa y espejos al fondo de las aguas, para que allí perviva esta casa. Durante los milenios por venir, alguna vez mis gestos coincidirán con los que hice antes, aquí, contigo. Y así, separados por el olvido y la muerte, juntos, repetiremos el instante en que fuimos felices.
Obsesión y amnesia
Ondina se adelanta a la interpretación psicoanalítica de los rituales obsesivos, gestos sin explicación lógica aparente. Y anticipa el concepto freudiano de la amnesia infantil (“Lo sucedido en tempranos años deja huellas importantes que ejercen un influjo sobre los períodos posteriores y que son reprimidas; no se prohíbe lo que no se desea, no se reprime lo que no es importante”).

Última escena. Ondina pierde la memoria y Hans se desploma.

ONDINA: ¿Quién es ese hombre? ¿Quién es él? DIOSA DE LAS AGUAS: Se llama Hans. ONDINA: ¡Qué lindo nombre! ¿Por qué no se mueve? DIOSA DE LAS AGUAS: Está muerto. ONDINA: ¿No podemos devolverle la vida? DIOSA DE LAS AGUAS: Imposible. ONDINA: (dejándose llevar hacia el Rhin). ¡Qué lástima! ¡Cómo lo hubiera amado!
Seamos realistas: pidamos lo imposible
Ondina ya olvidó y aún así, desmemoriada, una parte de ella recuerda. En el prólogo de “Ondina”, Colette Weill nos dice: “Ondina y Hans son la unión imposible entre la acción y el sueño, entre lo real y la poesía, entre la civilización y el instinto, entre la sociedad y la naturaleza, entre el olvido y la memoria…”.

Me pregunto: ¿No serán ambos (además), protagonistas de un exorcismo compartido, capaz de borrar temores y límites preestablecidos? Y quizá (sólo quizá), al atreverse a vivir al margen de contextos alienantes, ¿Lograrían transmutar la prohibición en libertad y en posible lo imposible?

Columnista José A. Saenz Astort
Jueves, 05 de Marzo de 2009
Revista: Sala de Espera

Anónimo dijo...

...para quienes nos emocionamos y vibramos escuchando una canción, y quienes nos cautivamos con una lectura tan romántica como esta que te dejé en la mañana para compartir, resulta más que un deleite, un regocijo para el alma.
El columnista de este hermoso artículo me impresionó muchísimo por la sutileza conque maneja la historia y la forma en que mezcla un pensamiento de Jorge Luis Borges con el mismo..."donde acaba y empieza, inhabitable, un imposible espacio de reflejos..."
Asumir el "relámpago de la dicha" me hizo recordar aquel viejo pensamiento de Henri Poincaré citado en una oportunidad "El pensamiento no es más que un relámpago en medio de una larga noche. Pero ese relámpago lo es todo".
De algún modo concuerdo con Ondina en que los sentimientos no lo elegimos nosotros, los grandes sentimientos nos eligen. Si la vida es un relámpago, pues cuántos relámpagos hemos dejado pasar en nuestras vidas? ¿ y qué de la muerte y el olvido? si no es posible amar no se puede sentir que se está vivo, es por ello que el autor de este artículo comienza muy bien su discurso diciendo que Amar es vencer la desmemoria. Olvidar es sinónimo de muerte en esta historia mágica.
Paradójica como la vida misma...pues así, separados por el olvido y la muerte, juntos, se podrá repetir el instante en que se ha sido feliz...con solo recordar.
El final del artículo me conmovió aún más porque ¿se puede ser realista pidiendo lo imposible?

Querido amigo, deseaba expresarme a través de este hermoso artículo, el cual me dejo reflexionando acerca de muchas cosas, todas vienen como lluvia o relámpagos, son ideas tan rápidas y fugaces, pero al mismo tiempo, tan aleccionadoras, que no sé si tenga el tiempo o el tino apropiado para hacértelas ver de la forma tan maravillosa que me impresionó.
Tal vez llegó a mis manos en momentos cruciales o tal vez sigue siendo el reflejo de lo que una parte de mí se identifica.
Me encantó compartirlo contigo, como siempre, resulta grato el poder hacerlo.
Ni te imaginas cuan agradecida me siento no solo por saber que sigo contando con tu maravillosa presencia, la cual, aun en la más evidente ausencia física me hace saber que una parte de nosotros estará siempre conectada con el otro(a).
No, no podría olvidarte...siempre te llevo conmigo y en mis oraciones. Por favor, cuidate mucho, mi querido amigo, y gracias por seguir allí del otro lado de esta ventana mágica, de mi querido rincón. Abrazos y besos, de esta, tu amiga de siempre...MIGUELINA

Anónimo dijo...

Ups!...disculpas...olvidé mencionar el título del artículo: "Una Ondina nadó al otro lado del espejo..."
PD: Un saludo y mi abrazo, querido amigo.
Feliz tarde!! ;) MIGUELINA