sábado, diciembre 29, 2007

Adiós ¿a la Inocencia ?




Rememorando el disfrute de las últimas películas animadas estrenadas este año en el país,descubro, con no poco asombro, cómo la animación se ha abierto a caminos insospechados, convertiéndose hoy día en un género con vida propia y dividendos nada despreciables, que permiten quintuplicar los costos si se toma en cuenta no sólo el producto de su taquilla (si se quiere lo menos rentable) sino todas las ganancias que cada producción genera dentro del mercado del video doméstico (renta y compra) más el merchandising que genera la instauración de todos los personajes fílmicos de cada relato en el alma, corazón y bolsilo de sus múltiples adeptos.

Ello va en consonancia con el significativo fenómeno de la "adultización del género"(y que me perdone la Real Academia!) que no es más que el simple hecho de que,sinceramente,los dibujos animados, ya no son para niños. No es a los pequeños de la casa a quienes van dirigidos los subliminales y directos mensajes de las nuevas producciones:Es a losbpadres,a los adultos a quiees se desea atrapar y cautivar.

Las trivialidades y perjuicios del comprometerse y respomnsabilidades de asumir la patermidad por parte de un ogro, la rata de campo que se resiste a conformarse en ser tratado como un sucio especimen y con ello renunciar a su vehemente y personal deseo de ser el mejor chef del mumdo;la princesa que descubre en el atribulado y cosmopolita mundo de la gran ciudad que "el felices por siempre" va más allá de reir y cantar esperanzada en historias de principes azules que te proporcionan eterna e instantánea felicidad y la abejita que no solo se resiste a laborar por siempre mecanizada y autómata sin dejar de vivir y ser feliz sino que además se permitre el tupé de interactuar con los humanos,demandarles por su histórico abuso contra las abejas e incluso mantener una "extraña" amistad con una hermosa chica;todo ese cocktail bastante cargado de emociones,insatisfacciones,neurosis,perjuicios,prejuicios,sueños y realidades constituyen un elemento vital de la masificación de una industria bastante más allá de las premisas de aquél ilusorio e ideal cariucaturista que lo inició todo con un ratón.

Y claro está, no hay nada de malo en ello si tomamos en cuenta que somos los adyltos los que detentamos el poder de adquisición, los que desde niños caimos rendidos,subyugados y tendidos a los pies de aquéllas historias clásicas de antaño y quienes pretendemos además,inculcar en nuestras futuras generaciones, la misma pasión y encanto por dicho género.

Sólo que los tiempos cambian.

Y las historias y sus receptores también.

No todos los peques andan en la misma onda idealista,soñadora e incauta que nos tocó vivir a nosotros. No todos creen lo que creímos ni viven lo que vivímos. Esta sociedad globalizada ha traido consigo nuevos personajes y actores que llaman la atención de nuestros pequeños. Sus propios personajes y héroes,distintos de los nuestros.

De ahi el por qué la magia también se atesora y profundiza en nosotros, nuestro inconsciente plagado de dulzonas melodías,princesas encantadas,príncipes azules, monstruos, dragones que vencer para eternizar el bien contra el mal. Y funciona, créanme que es así. Por eso es a nosotros a quienes nos interesa estar al pendiente de cada nueva entrega de Disney,Pixar o Dreamworks, para mantener latente y despierto a ese(a) pequeño (a)niño(a) que cohabita en nuestro mundo particular, para mantener avivada la chispa y vigor de esa entrañable inocencia perdida en los atribulados caminos del crecer...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Respondiendo a tu pregunta, yo diría que NO.
Pienso que no hay por qué decirle adiós a la inocencia, al contrario, si dejamos ese niño despierto en nosotros, sea cual sea la edad que tengamos, tendremos una garantía: habremos de vivir más felices. Ello nos permite conectarnos con lo más sublime, lo hermoso, lo sencillo, lo eterno.
Tuve la genial oportunidad de disfrutar por segunda vez y en el cine, la película Encantada, la cual me dejó una vez más con un sinfin de sensaciones, todas gratas, llenas de magia, esa que no debemos dejar morir.
Coincido contigo en cuanto dices que a los niños de ahora poseen otro nivel de atención, para nada comparado con el nuestro o con el que nos tocó vivir. En efecto, tienen otros intereses, ni mejores ni peores, simplemente diferentes. Pero en todo caso, en cualquier época, cualquier estación de nuestras vidas habrá algo que jamás nada ni nadie puede cambiar: es esa inocencia que todos tuvimos y que por alguna razón no dejamos ir, porque la magia y la fantasía es lo que nos permite soñar y todos, alguna vez hemos soñado o somos en gran parte constructores de sueños, gracias a Dios y existen los Estudios de Disney, los bien llamados Dreamworks o Pixar. Feliz noche, última noche del año, querido amigo. Abrazos...MIGUELINA

FEVC dijo...

Amiga, aprecio tu respuesta.
Al escribir este post,quise expresar, la idea de que la animación, prácticamente dejó de ser un arte y bello sueño, para transformarse en industria. Crecimos y ella se modificó con nosotros,para adecuarse a nuestras exigencias y atraparnos,
cautivarnos definitivamente sobre la base de la ensoñación y anhelada creencia de nuestra infancia en sueños, principes valientes,princesas cautivas,
cuentos de hada y universos de ilusión.SE olvidó de la infancia y niñez para ir en pos del adulto que una vez fue niño (alguno inevitablemente lo dejó de ser, asesinó al niño que llevamos dentro)
Cada vez se acrecienta más el espectro de la animación como industria, empeñada en si misma solo en obtener ganancias a cuenta de cualquier precio; y si bien los niveles de sofisticación y asombro son cada vez mayores,el encanto y la inocencia,la sencillez de los trazos e ilusiones se han ido esfumando un poco.

Okey, está bien,no puede negarse que ello es producto del incremento de la tecnología,lo cual es comprensible, a medias, pero también de una avariciosa preconcepción de algunos de los ejecutivos de la industria, que han pensado en "reproducir fórmulas no más" sacrificando contendido y mensaje en muchos casos.
De ahi el por qué, por ejemplo, productos como Reyes de las Olas, Tierra Mágica y otros menores que a pesar de cierta campaña publicitaria, no llegan a cautivar al gran público y se pierden en la memoria colectiva,por poner solo un ejemplo.
Saludos agradecidos...

Anónimo dijo...

Visto desde esa óptica, coincido contigo. La vida actual, mercantilista,ofrece un sinfin de posibilidades a la hora de elegir los medios que proporcionarán ganancias o rentabilidad, y es indudable que algunos ejecutivos de la industria del cine no escapen a esta visión, es por ello, que muy a pesar nuestro, se vean en la "necesidad" de pasar por alto aquello de atrapar al público infantil con historias de ensoñación, princesas, happy ending, etc, etc.para finalmente, buscar atrapar al público adulto, como eslabón final de la cadena que compone un sistema económico: el consumidor.
Lo ideal sería mantener un equilibrio a la hora de elegir las producciones e historias, que si bien puedan llegar a brindarnos gran espectáculo por contar hoy día con una alta tecnología, también puedan ofrecernos calidad de mensajes, sin dejar de producir con ello el esperado éxito en taquilla,lo cual se traduciría en grandes ganancias para todos. Es un placer compartir contigo, querido amigo. Abrazos. MIGUELINA