
Quisiera aprovechar la oportunidad para expresar mi opinión de dos peliculas venezolanas de reciente data, que tratan temas afines y contradictorios e intencionada o desintencionadamente han estado expuestas a la mirada crítica de sostener visiones políticas particulares o ser manejadas de manera proselitista.
Miranda Regresa de Luis Alberto Lamata y Señor Presidente de Rómulo Guardia.
La primera, se caracteriza por revisionar una vez más la mítica figura de Francisco de Miranda, esta vez bajo la óptica de uno de los más talentosos y peculiares cineastas de nuestro país. Luis Alberto es hijo de uno de los precursores de la historia de nuestra televisión,el maestro Juan Lamata y posee una sólida experiencia en cine y televisión que podría expresarse,le viene de familia. Director de las excelentes Jericó y Desnudo con Naranjas(dos de las más grandes producciones fílmicas del país) y de la irregular pero taquilllerísima La Primera Vez (la pelicula del grupo Salserin) se tomo la titánica tarea de crear la primera superproducción venezolana de LA VILLA DEL CINE, organismo nacional creado para incentivar la producción fílmica de todos aquéllos que segun el Ministro de la Cultura de este régimen auspicie los ideales del socialismo y la revolución. Con un elenco encabezado por Jorge Reyes, Mimi Lazo, Luis Abreu, Luis Gerónimo Abreu, Yanis Chimaras (QEPD), Fabiola Colmenares (quien se ganó el veto por parte del cine y televisión del país cuando se atrevió valientemente a manifestar y accionar conforme a su conciencia contra los atropellos de este régimen) Danny Glover (en una participación que le abultó los bolsillos con un regalo millonario de parte de nuestro bondadoso presidente con el que hubieran podido financiuarse al menos 10 peliculas).
No obstante, a pesar de la velada oficialidad de la película, Lamata logra crear una pelicula sincera,honesta, compacta, con un lenguaje claro, bien actuada y soberbiamente dirigida donde resalta, parafdójicamente, el más contundente rechazo contra el sectarismo, la supresión de la libertad de ideas y pensamientos, lo cual logra rebazar ccualquier intención oficialista de dominar con un discurso soez,carente de sentido uy relevancia ideológica y sobrepone su naturaleza oficial, constituyéndose en un excelente film que para nada afecta su fuente de financiamiento, un alegato contra la intolerancia y la represión.
Este mismo alegato lo manifesté en un conocido blog venezolano de cine, donde me sorprendió el ver suprimido el comentario por su creador,dandome a entender su contenido sesgado y autocrático, por lo que aprovecho para expresarlo en este espacio.
Confrontado a este film, se encuentra el Señor Presidente de Rómulo Guardia, conocido artista del mundo del video clip y la televisión venezolano, rodado en absoluta reserva, sobre la adaptación de la novela de Miguel Angel Asturias y estrenado casi que a la par de la celebración del Referendo sobre la Reforma Constitucional.
Con un elenco de primeras figuras de la televisión (la mayoria trabajadores de RCTV), entre ellos el primer actor Gustavo Rodrígez, Javier Vidal, Carlos Mata y Jean Carlos Simancas, junto a Norkis Batista y Chantal Baudeaux, se nos presenta esta producción cargada de buenas intenciones,como una propuesta audaz en materia audiovisual, que a juicio de quien suscribe, salvo las buenas actuaciones, adoleció de un guión coherente, porque la histporia transcurre dejando muchos cabos sueltos y resolviendo de manera bastante convencional, la mayor parte de las situaciones. Técnicamente incluso la mayoria de las escenas resultan incómodas de disfrutar y a pesar de la excelente interpretación de Javier Vidal y el correcto desempeño de Gustavo Rodriguez, Chantal, María Alejandra Martín y Carlos Mata, el resultado final termina por sucumbir quizá ante tantas buenas intenciones malogradas en, a mi juicio, un guión poco resuelto, que pretende ser más efectista(lo cual sólo logra en su impactante inicio y unas cuantas escenas más, como la tortura del personaje de Norkis) que trascendente o lógico, lo cual se convierte en su peor error. En cuanto a Norkis, si, su interpretación es buena y diferente a cuanto ha realizado hasta la fecha,pero el personaje está guionisticamente tan maltratado, que se pierde dentro de la historia, restándole lamentablemente justificación y mérito.
Dos películas, dos propuestas,dos anhelos por captar el interés,la atención y reflexión del espectador. Una oficialista que termina no siéndolo, a pesar de ella misma y la otra contrarelovucionaria y transgresora,que se queda en el intento.
De todos modos, trate de verlas ud mismo, para que se haga su propia opinión dentro de este año que finaliza con una nutrida representación de cine criollo y la negativa a la reforma (deforma) constitucional como únicas buenas noticias.
Señor Presidente de Rómulo Guardia
Corre el año 2021 en un país latinoamericano ficticio y "El Señor Presidente", un dictador que gobierna una sociedad en decadencia, se siente atraído por la joven hija de su rival y enemigo, el general Canales. El mandatario hace todo lo necesario para destruir a su Canales y seducir a su hija, pero su mas cercano colaborador Miguel Cara de Ángel se enamora de Camila Canales y organiza su fuga desencadenando la cólera de "El Señor Presidente".
Miranda regresa de Luis Alberto Lamata
Un fablistán se introduce clandestinamente en la celda de Miranda, en la Carraca , el 10 de Julio de 1816. El joven periodista urge al generalísimo para que le conceda una entrevista, con el objeto de propagar su pensamiento anticolonialista en cierto periódico de vanguardia que se edita furtivamente en Cádiz. Miranda, viejo zorro de la geopolítica internacional desde el siglo pasado, desconfía del impetuoso muchacho, quien poco a poco se va ganando su confianza hasta que el cautivo accede a concederle la entrevista. Aquí comienza un viaje retrospectivo de la vida del generalísimo donde la vuelta al pasado, a los momentos formativos más trascendentes de la construcción del joven, el hombre, el seductor, el soldado español, el ilustrado, el desertor, el independentista, el político, el guerrero, el espía, el contrabandista, el hereje, el conspirador y el precursor, se narran para develarnos la magnitud de Francisco de Miranda, quizás por siempre el más universal de los venezolanos.