Cuánto nos cuesta acostumbrarnos a todo; soltar amarras, de sentimientos, culpas, temores y vaivenes; asumir no sólo el "como vaya viniendo"; sino también, el "dejar hacer, dejar pasar", vivir a diario y tratar de convertir eso, nuestra vida, en una particular mágica aventura objetivada de hechos que representen la vivencialidad y cumplimiento de una misión; cuál de ellas? la nuestra, única, particularizada, independiente incluso, de quienes en medio de este inmenso elenco estelar, representan una parcialidad vivencial que ha de encaminarse, no al logro de sus fines (para eso tienen su propia misión de vida!) sino el nuestro. Ojo, esto no pretende ser una inspiradora frase de autoayuda,(guácatela),porque insisto,NO CREO,más allá del logro de nuestro acompasado y particular ritmo de vida útil, en la existencia, de fórmulas estandarizadas o "plantillas para ser feliz" que funcionen al unísono y de manera automática para zanjar nuestros conflictos emotivo/existenciales (sin que tampoco censure,objete o critique a quienes creen fervientemente en ello,cada quien sabe lo que hace o deja de hacer,en lo que cree y deja de creer).
Que difícil y arrecho.
Difícil, porque el vivir, amerita a veces, contrariar todo aquéllo que erróneamente nos ha sido inculcado: la tesis de la culpa, la expiación, sufrimiento y remordimiento necesario para ser felices; el malparido y equívoco “felices por siempre” y la errónea concepción de que si finalmente y luego de un largo y penoso peregrinaje, conseguimos a alguien; hay que "calarse"entonces:humillaciones, maltratos y sinsabores, porque es(a) es El (la) que es y no hay mas ná!; y Arrecho, porque, por supuesto, con toda esa carga holística, quién carajos va a poder ser feliz o al menos intentar serlo, librándose de ataduras, complejos, remordimientos, culpas, pecados veniales, mortales, pasajes bíblicos y un sin fin de peroratas que te vuelven añicos cualquier intento de felicidad.
Por eso a veces, hay que dejarse de atavismos, presagios, bien intencionados consejos, pasajes bíblicos y dedicarse a la mundana experiencia de "vivir", a contracorriente y a veces, aparentemente incluso, a contra sentido, pero vivir al fin, porque nadie ha de lograr por uno mismo, el cumplimiento del plan de vida que por derecho a uno le corresponde, ni siquiera aquellos mas cercanos o que bajo la premisa de quererte, destruyen con sus criticas "constructivas" cualquier desesperado intento, de ser; así que, por difícil que parezca, dejémonos de seguirle buscando las cinco patas al felino y, como dijera el viejo Baloo (papá oso!) busquemos lo más vital no más, lo que hemos de precisar no mas, olvidándonos de la preocupación; tan solo lo muy esencial, para vivir y batallar, mamá naturaleza nos lo dá, sí señor!